El primero se llama dharmakaya, el cuerpo de la ley última. Y ¿cuál es la ley última? El vacío. Todo está vacío.
Si de verdad quieres crecer, tendrás que dejar que esta comprensión cale dentro de ti: todo está vacío. La vida está vacía, la muerte está vacía, todos los fenómenos están vacíos.
Porque nada pervive, todo pasa, todo es material onírico. El entender esto te protegerá. ¿Cómo vas a ser miserable si todo está vacío? ¿Cómo puede haber dolor si todo está vacío? Tú estás vacío, el otro está vacío, así que debes haber visto un sueño, el sueño de que el otro te lastimó.
Si de verdad quieres proteger tu comprensión, éste es el primer cuerpo a desarrollar en torno a ti, el cuerpo del vacío, todo está vacío.
Si de verdad quieres crecer, tendrás que dejar que esta comprensión cale dentro de ti: todo está vacío. La vida está vacía, la muerte está vacía, todos los fenómenos están vacíos.
Porque nada pervive, todo pasa, todo es material onírico. El entender esto te protegerá. ¿Cómo vas a ser miserable si todo está vacío? ¿Cómo puede haber dolor si todo está vacío? Tú estás vacío, el otro está vacío, así que debes haber visto un sueño, el sueño de que el otro te lastimó.
Si de verdad quieres proteger tu comprensión, éste es el primer cuerpo a desarrollar en torno a ti, el cuerpo del vacío, todo está vacío.
Buda solía mandar a sus discípulos a las piras funerarias para que meditaran. Los recién llegados tenían que estar donde se queman los cuerpos, durante tres meses. Simplemente, se sentaban y observaban, día tras día. Allí llevaban a gente, la quemaban y después los amigos abandonaban el lugar. ¿Qué clase de vida es ésta? ¿Dónde está su sustancia?
Unos días atrás, aquel hombre era tan orgulloso, tan egoísta, que si hubieras dicho algo inapropiado hubiera saltado sobre ti. Y ahora ¿dónde está? Desaparecido entre las llamas. La vida es esto: «Tarde o temprano, yo también voy a estar en la pira funeraria y todo se quemará. Así que ¿para qué preocuparse?, ¿para qué armar tanto alboroto? Se trata de un sueño que dura unos pocos días. Y esos días no son mucho en la eternidad del tiempo, son tan sólo algo fugaz.»
El segundo cuerpo es nirmankaya, el surgir primero de la compasión.
Cuando todo está vacío, cuando todo el mundo está en la pira funeraria, entonces surge la compasión.
Este cuerpo no hay que cultivarlo, surge del primero. Si lo cultivas es que todavía crees en el ego. Si lo cultivas es que todavía crees en el carácter, si lo cultivas es que todavía crees en la virtud. Y si no hay yo, ¿qué es la virtud? Si no hay yo, ¿qué es el carácter? Si no hay yo, entonces ¿qué es el bien?
Primero asiéntate en el ser nadie y entonces surge el segundo cuerpo por sí mismo. Nirmankaya significa el cuerpo de la creación.
El primer cuerpo es el cuerpo del vacío y el segundo cuerpo es el cuerpo de la creación. Pero ésta es la comprensión de todos los grandes budas, que si te conviertes en nadie, surge una gran creación en ti. El todo comienza a fluir a través de ti; te conviertes en un vehículo, en un pasaje, en un medio, en una voz para el todo.
Y con el surgir del segundo cuerpo, la primera experiencia será una gran compasión. Naturalmente, al principio ésta será parcial, condicional, provocada por el sufrimiento de los demás. Ves a una anciana muriendo en el camino y surge la compasión, ves a alguien que no tiene qué comer y surge la compasión. La compasión tiene una causa en el exterior. Si nadie se muere, si a nadie le falta la comida, no habrá compasión.
En el segundo cuerpo, la compasión viene y se va; aparece en ciertas ocasiones y desaparece en otras.
Este cuerpo no hay que cultivarlo, surge del primero. Si lo cultivas es que todavía crees en el ego. Si lo cultivas es que todavía crees en el carácter, si lo cultivas es que todavía crees en la virtud. Y si no hay yo, ¿qué es la virtud? Si no hay yo, ¿qué es el carácter? Si no hay yo, entonces ¿qué es el bien?
Primero asiéntate en el ser nadie y entonces surge el segundo cuerpo por sí mismo. Nirmankaya significa el cuerpo de la creación.
El primer cuerpo es el cuerpo del vacío y el segundo cuerpo es el cuerpo de la creación. Pero ésta es la comprensión de todos los grandes budas, que si te conviertes en nadie, surge una gran creación en ti. El todo comienza a fluir a través de ti; te conviertes en un vehículo, en un pasaje, en un medio, en una voz para el todo.
Y con el surgir del segundo cuerpo, la primera experiencia será una gran compasión. Naturalmente, al principio ésta será parcial, condicional, provocada por el sufrimiento de los demás. Ves a una anciana muriendo en el camino y surge la compasión, ves a alguien que no tiene qué comer y surge la compasión. La compasión tiene una causa en el exterior. Si nadie se muere, si a nadie le falta la comida, no habrá compasión.
En el segundo cuerpo, la compasión viene y se va; aparece en ciertas ocasiones y desaparece en otras.
Sobre la base de este segundo cuerpo, cristaliza el tercero. El tercer cuerpo se llama sambhogkaya, el cuerpo de la dicha.
En el tercer cuerpo la compasión es incondicional. Ni surge ni desaparece, sino que permanece, pervive. No es cuestión de que alguien sufra o no; en el tercer cuerpo, uno es sencillamente compasión.
En el segundo cuerpo, la compasión es una relación; cuando hay necesidad, sucede.
En el tercer cuerpo, la compasión se convierte en tu estado de ser: está ahí, haya o no haya necesidad. Es como una luz encendida por la noche; sigue irradiando tanto si hay alguien como si no hay nadie en la habitación.
En el segundo cuerpo, la compasión es una relación; cuando hay necesidad, sucede.
En el tercer cuerpo, la compasión se convierte en tu estado de ser: está ahí, haya o no haya necesidad. Es como una luz encendida por la noche; sigue irradiando tanto si hay alguien como si no hay nadie en la habitación.
Y el cuarto cuerpo se llama swabhavakaya, el cuerpo de la naturaleza última, de la espontaneidad, de tu ser más interno tal como es. En el cuarto cuerpo todas las distinciones desaparecen, las dualidades se transcienden. Bueno/malo, yo/no-yo, mente/no-mente, samsara/nirvana, Dios/demonio, todas las dualidades se transcienden. Uno sencillamente es, sin distinciones, sin categorías, sin divisiones. Este es el cuerpo existencial, esto es lo que de verdad hay que alcanzar.
Todo explorador de la verdad pasa por estos cuatro cuerpos.
¿Cómo conseguir estos cuatro cuerpos?
Éstas son las cuatro provisiones:
La primera es: OBSERVA.
Observa sin evaluar, obsérvalo todo, no pierdas ninguna oportunidad de observar, porque la cuestión no es qué observas; se trata de que la observación crezca.
Obsérvalo todo, los árboles, los pájaros, los animales, la gente, el tráfico, tu mente y su tráfico, tus reacciones, las reacciones de los demás... Usa todas las situaciones para observar, para que la observación se enraíce profundamente en ti.
La primera es: OBSERVA.
Observa sin evaluar, obsérvalo todo, no pierdas ninguna oportunidad de observar, porque la cuestión no es qué observas; se trata de que la observación crezca.
Obsérvalo todo, los árboles, los pájaros, los animales, la gente, el tráfico, tu mente y su tráfico, tus reacciones, las reacciones de los demás... Usa todas las situaciones para observar, para que la observación se enraíce profundamente en ti.
La segunda es: ANALIZA. Pero sólo después de que hayas observado, no las mezcles.
Al principio, la observación tiene que ser simple observación, sin análisis, sin juicio, sin evaluación. Una vez que hayas observado, entonces analiza, entonces ve a los detalles, entonces examina minuciosamente. Entonces mira sus partes, mira de qué se compone, porque toda experiencia es muy compleja. Si quieres de verdad entenderla tendrás que separar y examinar sus partes.
La tercera es: escoge aquello que te aporte más y más dicha, más y más silencio, serenidad y calma.
Y la cuarta es: desecha todo lo que te traiga tensión, ansiedad, angustia e infierno.
Éstas son las cuatro provisiones. Si sigues estas cuatro provisiones, surgirán en ti cuatro cuerpos.
Y recuerda, cada situación tiene que convertirse en una oportunidad para meditar.
¿Qué es la meditación? Volverse consciente de lo que estás haciendo, volverse consciente de lo que te sucede.
¿Qué es la meditación? Volverse consciente de lo que estás haciendo, volverse consciente de lo que te sucede.
Osho