07 abril 2014

LAS CINCO FUERZAS


1. La primera fuerza es la intensidad, la totalidad.

Si de verdad quieres transformar tu vida, si de verdad quieres convertirte en una luz para ti mismo, si de verdad quieres saber el misterio último de la existencia y el éxtasis último de estar vivo, entonces la primera fuerza es la intensidad, la totalidad.
Lo que hagas, hazlo con intensidad. No seas descuidado, no seas vago, no lo hagas a medias. Métete en ello completamente, deja que se convierta en una absorción total.
Si bailas, baila tan totalmente que el que baila desaparezca y sólo quede el baile; y entonces habrá transformación. Si amas, ama totalmente, tan totalmente que no se encuentre al que ama. Si estás totalmente en el baile, en la canción, en el amor, ¿quién queda ahí para decir, «soy el que ama, soy el que baila»? No queda nada. Y la totalidad transforma.
Sólo a los cien grados de intensidad se evapora uno de lo material a lo espiritual, de la tierra al cielo, de lo ordinario a lo extraordinario.

2. La segunda fuerza es familiarización.

Haz lo que de verdad quieras hacer y sé lo que de verdad quieras ser. La vida se vive de acuerdo a estructuras que has creado a tu alrededor. Si de verdad quieres ser otra cosa, entonces familiarízate con esa otra cosa. Si quieres tocar la guitarra, practica. Si quieres bailar, practica. Si quieres que algo suceda en tu vida, embébete más y más de ello y deja todo lo que está en su contra. Y la forma de dejarlo es no usarlo, porque usándolo creas caminos para que venga a ti una y otra vez.

3. La tercera fuerza es la fuerza de las semillas blancas.

«Semillas blancas» es una metáfora. Quiere decir: "deja todo lo que sea negro. Deja de cultivar las semillas negras de la ira, de la envidia, del odio, de la posesión, de la dominación. Deja todas las semillas negras. Incluso si surgen, absórbelas en el corazón y se convertirán en semillas blancas. Y ¿cuáles son las semillas blancas? El amor, la compasión, el servicio, la sinceridad, la sensibilidad, la conciencia, éstas son las semillas blancas."
Si quieres que tu vida tenga flores blancas, tendrás que sembrar semillas blancas.

4. La cuarta fuerza es la desaprobación, el abjurar completamente de los pensamientos orientados al ego.

Observa. Desconéctate inmediatamente de todo lo que sea envanecimiento, de todo lo que emerja del ego. Incluso demorarse en dejarlo es peligroso. Demorarse le dará energía. En el momento en que sepas que proviene del ego, desconéctate de inmediato.
Y todo el mundo sabe cuándo está siguiendo un camino de ego. No es un arte que haya que aprender, todo el mundo ha nacido sabiéndolo. Tú lo sabes. Puedes seguir un camino del ego a pesar de saberlo —ésa es otra cuestión—, pero lo sabes. Cuando el ego asome la cabeza, corta esa cabeza inmediatamente de un solo tajo.

5. La quinta fuerza es la fuerza del dedicar toda virtud al bienestar de los demás.

Comparte de inmediato todo lo bueno que te suceda. Esta es una de las cosas más fundamentales en el budismo. No acumules, no seas avaro. Si surge el amor, compártelo, viértelo. Si no te es posible encontrar a gente, viértelo sobre los árboles, sobre las rocas, pero viértelo. No lo acumules, porque si lo acumulas se vuelve veneno; si lo acumulas se amarga y se agria. Compártelo.
Y cuanto más compartas, más llegará a ti de fuentes desconocidas. Poco a poco, serás capaz de saber los caminos de la economía interna. La economía externa es: acumula si quieres tener cosas. Y la economía interna es justamente lo opuesto: acumula y no tendrás. Da y tendrás, da más y tendrás más.

Todas estas fuerzas pueden tener transcendencia sólo si te comportas de acuerdo con ellas, si actúas en concordancia con ellas. Si nada más las contemplas, son intranscendentes, serán impotentes. Hazlas realidad en tu vida.

El propósito de todo el Dharma está contenido en un punto. Ese punto es el ego.
El ego es falso. Si vives de acuerdo al falso ego, tu vida entera será falsa. Si vives sin ego, tu vida entera tendrá el sabor de la realidad, de la verdad y de la autenticidad.
Piensa, medita, practica.

Osho ~ Budismo Mahayana