30 diciembre 2013

ZEN


No hay lugar en el Budismo para el esfuerzo, simplemente sed vosotros mismos, sin añadir nada especial.
Haced vuestras necesidades, asearos, poneos la ropa y comed vuestra comida. Cuando estéis cansados, id a tumbaros.
Los ignorantes se burlarán de esto, pero los sabios lo comprenderán.
Cuando sea hora de vestirse, ponte la ropa, cuando tengas que andar, anda, cuando tengas que sentarte, siéntate. No albergues ni un solo pensamiento en tu mente respecto a buscar la Budeidad.
Un antiguo sabio dijo: "Si uno busca al Buda, uno pierde al Buda". Ante cualquier circunstancia que surja, uno nunca ha de intentar cambiarla o manipularla. De este modo, tus acciones y sentimientos habituales, que normalmente crean karma suficiente para los Cinco Infiernos, se transformarán por si solos en el Gran Océano de la Liberación.

VIVIENDO SEGÚN EL ZEN

Desde un comienzo el Zen se aparta de toda forma de teorización, instrucción doctrinaria y formalidades desprovistas de vida.
El Zen está fundado en la práctica y en una experiencia íntima, personal, de la realidad que la mayoría de las formas de la religión y la filosofía no encaran más que como una descripción emocional e intelectual.
No se quiere decir con eso que el Zen es el único camino verdadero que lleva a la iluminación.
La diferencia entre el Zen y otras formas de religión reside en que "todos los otros caminos trepan lentamente por las laderas de la montaña, pero el Zen arroja a los lados todos los obstáculos y se mueve en línea recta hacia la meta". Después de todo, los credos, los dogmas y los sistemas filosóficos son solamente ideas acerca de la verdad, del mismo modo que las palabras no son hechos sino que hablan acerca de los hechos; mientras que el Zen es una vigorosa tentativa de ponerse en contacto directo con la verdad misma, sin permitir que teorías y símbolos se yergan entre el conocedor y la cosa conocida.

En cierto sentido el Zen es sentir la vida en lugar de sentir algo acerca de la vida.
Es en sus métodos de instrucción donde el Zen es único.
No hay en él enseñanza doctrinaria, ningún estudio de escrituras, nada de programas formales de desarrollo espiritual. Aparte de unas pocas recopilaciones de sermones de los primeros maestros Zen, que son las únicas tentativas de una exposición racional de sus enseñanzas, la casi totalidad de nuestros antecedentes de la instrucción Zen son un número de diálogos entre los maestros y sus discípulos que parecen dedicar muy poca atención a las normas usuales de la lógica y el razonamiento sano, a punto tal que aparecen a primera vista como carentes de sentido.

El Zen no trata de ser inteligible, es decir, de poder ser comprendido por el intelecto.
El método del Zen es desconcertar, excitar, intrigar y agotar al intelecto hasta que se perciba que la intelección es solamente acerca de; habrá de provocar, irritar y volver a agotar a las emociones hasta que se vea claramente que la emoción es solamente sentir acerca de, y luego discurrir, cuando el discípulo haya sido sometido a una impasse intelectual y emocional, sobre cómo salvar la brecha que existe entre el contacto conceptual de segunda mano con la realidad y la experiencia de primera mano.
Para lograr esto pondrá en juego una facultad más elevada de la mente, conocida como intuición o Buddhi, denominada en ocasiones "Ojo del Espíritu".

El Zen aspira a concentrar la atención sobre la realidad misma, en lugar de hacerlo sobre nuestras reacciones intelectuales y emocionales ante la realidad; siendo la realidad ese algo siempre cambiante, siempre creciente, que conocemos como "vida", que jamás se detiene ni por un instante para que nosotros la hagamos encajar satisfactoriamente dentro de un rígido sistema de casilleros e ideas.
Es así como cualquiera que haga la tentativa de escribir sobre Zen, tiene que enfrentarse con dificultades insólitas: no puede jamás explicar, sólo puede indicar; tan sólo puede ir planteando problemas y proporcionando indicios que, cuando mucho, apenas alcanzaran a acercar al lector a la verdad, pero en el mismo instante en que trata de llegar a una definición exacta, la cosa se le desliza de las manos, y la definición termina siendo nada más que una concepción filosófica.

¿Queréis saber a quién se parecían los grandes maestros?

No tenían nada que no tengáis vosotros. Si intuís esto, no hay diferencia entre vosotros y esos viejos maestros.
Si deseáis pareceros a ellos, dejad de mirar hacia afuera. Sed vosotros mismos.
Todos tenemos la Naturaleza Búdica.
El problema es que los seres humanos se pierden en una persecución constante de cosas ajenas y lo único que consiguen es un mero conocimiento literario (intelectual, teórico) que se aleja por completo del Camino de la vida.
Cuando ceséis de correr detrás de las cosas externas, entonces es cuando os pareceréis a los viejos maestros.


No cometáis el error de buscar por todo vuestro alrededor en vez de buscar en vuestro interior.
Os equivocáis al tratar de dominar el Zen, de dominar el Dharma, de aprender palabras o frases, de ir en busca del Buda; limitaos a mirar dentro de vosotros mismos.


"Había un reconocido filósofo y docente que se dedicó al estudio del Zen durante muchos años. El día que finalmente consiguió la iluminación tomó todos sus libros, los llevó al patio y los quemó."



29 diciembre 2013

EL CAMINO DEL DESPERTAR


"No trates de seguir los pasos de los hombres sabios del pasado, busca lo que ellos buscaron".

«El desapego es despertar porque niega las apariencias».
La esencia del Camino es el desapego. Y la meta de aquellos que practican es liberarse de las apariencias.
La budeidad significa atención sutil.
Aquellos mortales cuyas mentes tienen atención natural alcanzan el Camino del despertar y por ello son llamados Buddhas.

No pensar en nada es Chan. Una vez que se sabe, caminar, estar de pie, sentarse o estirarse, todo lo que se haga, es Chan.
Saber que la mente es vacío es ver al Buddha. Los Buddhas de las diez direcciones no tienen mente. Ver la no mente es ver al Buddha.

Renunciar a uno mismo sin pesar es la caridad más grande.
Trascender movimiento e inmovilidad es la mayor de las meditaciones. Los mortales no dejan de moverse, y los arhats permanecen inmóviles. Pero la más elevada de las meditaciones trasciende tanto la de los mortales como la de los arhats. Aquellos que alcanzan dicha comprensión se liberan a sí mismos de todas las apariencias sin esfuerzo y curan cualquier enfermedad sin tratamiento. Tal es el poder del gran Chan.

Usar la mente para buscar la realidad es ignorancia.
No usar la mente para buscar la realidad es conocimiento. Liberarse uno mismo de las palabras es liberación.
Permanecer sin mácula de polvo de sensación es permanecer en el Dharma.
Trascender vida y muerte es abandonar el hogar.
No sufrir otra existencia es alcanzar el Camino.
No crear ignorancia es iluminación.
No aferrarse a la ignorancia es sabiduría.
La no aflicción es el nirvana.
Y la no apariencia de la mente es la otra orilla.

Cuando eres ignorante, esta orilla existe. Pero cuando despiertas, deja de existir.
La ignorancia significa mortalidad. Y el conocimiento significa budeidad. No son lo mismo y tampoco son diferentes. Pero la gente distingue entre ignorancia y conocimiento. Cuando somos ignorantes hay un mundo al que escapar. Cuando somos conscientes, no hay nada donde escapar.


A la luz del Dharma imparcial. los mortales no son diferentes de los sabios.
En los sutras se dice que el Dharma imparcial es algo que los mortales no pueden penetrar ni los sabios practicar. El Dharma imparcial sólo es practicado por los grandes Buddhas y bodhisattvas.
Ver la muerte como algo diferente de la vida o el movimiento como algo diferente de la inmovilidad es ser parcial. Ser imparcial significa ver el sufrimiento como algo no diferenciado del nirvana, porque la naturaleza de ambos es el vacío. Al imaginar que pondrán fin al sufrimiento y entrarán en el nirvana, los arhats acaban atrapados por el nirvana. Pero los bodhisattvas saben que el sufrimiento es esencialmente vacío y permaneciendo en el vacío permanecen en el nirvana. Nirvana significa no nacimiento y no muerte. Está más allá de nacimiento y muerte y más allá del nirvana.

Cuando la mente deja de moverse, penetra en el nirvana.
Nirvana es una mente vacía.
Cuando no existe la ignorancia, los Buddhas alcanzan el nirvana.
Cuando no existen las aflicciones, los bodhisattvas entran en el lugar del despertar.


Un lugar deshabitado es uno sin codicia, odio ni ignorancia.
La codicia es el reino del deseo, el odio el reino de la forma y la ignorancia el reino sin forma.
Cuando da comienzo un pensamiento se penetra en los tres reinos. El principio o fin de los tres reinos, la existencia o no existencia de todo, depende de la mente. Esto es aplicable a todo, incluso a objetos inanimados como rocas y palos.
Cualquiera que sepa que la mente es una ficción y está vacía de cualquier cosa real, sabe que su propia mente ni existe ni no existe.
Los mortales siguen creando la mente, proclamando que existe.
Los arhats siguen negando la mente, proclamando que no existe.
Pero los bodhisattvas y los Buddhas ni crean ni niegan la mente.
(NO HAY MENTE y NO HAY NO-MENTE).
Eso es lo que significa que la mente ni existe ni no existe. La mente que ni existe ni no existe es lo que se denomina el Camino Medio.


Si utilizas tu mente para estudiar la realidad, no entenderás ni tu mente ni la realidad.
Si estudias la realidad sin utilizar la mente, entenderás ambas.
La gente capaz de verdadera visión sabe que la mente es vacío, trascienden tanto comprensión como no comprensión.
La ausencia de comprensión y no comprensión es verdadera comprensión.
Vista con verdadera visión, la forma no es simplemente forma, porque la forma depende de la mente. Y la mente no es simplemente mente, porque la mente depende de la forma. Mente y forma crean y niegan una a la otra.
Lo que existe lo hace en relación con lo que no existe. Y lo que no existe no existe en relación a lo que existe. Esta es la verdadera visión. Mediante dicha visión nada es visto y nada es no visto.
Lo que ven los mortales son ilusiones. La verdadera visión está desapegada del ver.


La mente y el mundo son opuestos, y la visión aparece donde se encuentran.
Cuando la mente no se agita interiormente, el mundo no aparece exteriormente.
La verdadera visión es cuando tanto el mundo como la mente son transparentes.
Ver nada es percibir el Camino, y comprender nada es conocer el Dharma.


La verdadera visión no es sólo ver viendo, también es ver sin ver.
Y la verdadera comprensión no es sólo comprender comprendiendo, también es comprender no comprendiendo.
Si lo comprendes todo entonces es que no comprendes. Sólo cuando comprendes, nada es verdadera comprensión.
Comprender es ni comprender ni no comprender.


Se dice en los sutras: «No apartarse de la sabiduría es estupidez».
Cuando la mente no existe, tanto comprender como no comprender son verdad. Cuando la mente existe, comprender y no comprender son falsos.


Cuando comprendes, la realidad depende de ti.
Cuando no comprendes, eres tú quien depende de la realidad. Cuando la realidad depende de ti, lo que no es real se convierte en real.
Cuando eres tú quien depende de la realidad, lo que es real se convierte en falso.
Cuando dependes de la realidad, todo es falso.
Cuando la realidad depende de ti, todo es verdad.


Así pues, el sabio no usa su mente para buscar la realidad, o la realidad para buscar su mente, o su mente para buscar la mente, o la realidad para buscar la realidad. Su mente no hace que aparezca la realidad. Y la realidad no hace que aparezca su mente. Y porque ambas, su mente y la realidad, son inmóviles, está siempre en samadhi»
Cuando aparece la mente mortal, desaparece la budeidad. Cuando desaparece la mente mortal, aparece la budeidad.
Cuando la mente aparece, desaparece la realidad.
Cuando la mente desaparece, aparece la realidad.
Quien sepa que nada depende de nada, habrá encontrado el Camino.
Y quien sepa que la mente depende de nada, siempre está en el lugar de la iluminación.


Cuando no comprendes estás equivocado.
Cuando comprendes, no estás equivocado. 


Alguien que busca el Camino no busca más allá de sí mismo pues sabe que la mente es el Camino.
Si buscas el Camino, el Camino no aparecerá hasta que desaparezca tu cuerpo. Es como descortezar un árbol. Este cuerpo kármico experimenta continuo cambio. No cuenta con realidad fija.
Practica de acuerdo con tus pensamientos. No odies vida y muerte ni ames vida y muerte. Mantén cada uno de tus pensamientos libre de ignorancia y en vida presenciarás el principio del nirvana y en la muerte experimentarás la seguridad de no renacer.


Ver la forma sin ser corrompido por la forma o escuchar un sonido sin ser corrompido por el sonido es la liberación.

Aquellos que perciben la existencia y la naturaleza de los fenómenos y permanecen sin aferrarse son liberados.

Cuando aparece un pensamiento hay buen y mal karma, cielo e infierno. Cuando no aparecen pensamientos, no hay ni buen ni mal karma, ni cielo ni infierno.

Cada sufrimiento es una semilla búdica, porque el sufrimiento impele a los mortales a buscar sabiduría. Pero sólo puede decirse que el sufrimiento da origen a la budeidad. No puede decirse que el sufrimiento sea la budeidad.


Tu cuerpo y tu mente son el campo, el sufrimiento es la semilla, la sabiduría el brote y la budeidad el grano.


El Buddha de la mente es como la fragancia de un árbol.
El Buddha proviene de una mente libre de sufrimiento, al igual que la fragancia proviene de un árbol libre del deterioro.
No hay fragancia sin el árbol, ni Buddha sin la mente.
Cuando los tres venenos están presentes en tu mente, viven en una tierra de inmundicia.
Cuando los tres venenos están ausentes de tu mente, vives en una tierra de pureza. 


Se dice en los sutras: «Cuando no veas apariencias verás al Buddha».
No te aferres a las apariencias de la mente.
Sin la mente no hay Buddha. Sin el Buddha no hay mente. De igual manera, sin ...el agua no hay hielo, y sin hielo no hay agua.

Sin la mente no hay Buddha quiere decir que el Buddha proviene de la mente. La mente es el origen del Buddha. Pero aunque el Buddha provenga de la mente, la mente no proviene del Buddha.
Al igual que un pez proviene del agua, pero el agua no proviene del pez.
Y cualquiera que vea un pez ve antes el agua que el pez. Y cualquiera que quiera ver un Buddha verá la mente antes que al Buddha.
Una vez que has visto el pez te olvidas del agua, y una vez que hayas visto al Buddha te olvidarás de la mente. Si no te olvidas de la m
ente, la mente te confundirá, al igual que te confundirá el agua si no te olvidas de ella.


Mortalidad y budeidad son como el agua y el hielo.
Lo que en invierno se congela dando paso al hielo, se deshace en agua en verano.
Elimina el hielo y no habrá agua.
Si te deshaces de la mortalidad no habrá budeidad.
La naturaleza del hielo es la naturaleza del agua y la naturaleza del agua es la naturaleza del hielo.
La naturaleza de la mortalidad es la naturaleza de budeidad.
Mortalidad y budeidad comparten la misma naturaleza.
Es sólo a causa de la ilusión sobre diferencias por lo que tenemos las palabras mortalidad y budeidad.


"Cuando una serpiente se convierte en dragón no cambia sus escamas.
Y cuando un mortal se convierte en sabio no cambia su rostro.
Conoce su mente mediante la sabiduría interna y cuida de su cuerpo mediante la disciplina externa."


Cuando se vive en la ignorancia, se está en esta orilla.
Cuando se está consciente, se está en la otra orilla.
Pero una vez que sabes que tu mente es vacío y no ves apariencias, estás más allá de ignorancia y conocimiento.
Y una vez que se está más allá de ignorancia y conocimiento, no existe la otra orilla.




Bodhidarma

22 diciembre 2013

SANAR EL CUERPO CON LA MENTE


La meditación, el pensamiento positivo, la fe espiritual, la intención, la hipnosis, la confianza, los sueños lúcidos, el placebo, son algunas de las formas a través de las que la ciencia moderna ha redescubierto que la mente es capaz de operar y sanar el cuerpo.

El Dhammapada, uno de los textos budistas más influyentes inicia así: “Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos”.
Estas palabras son atribuidas a Buda y se remontan unos 2500 años atrás, tiempo también que ha tardado la ciencia occidental en reconocer el poder de la mente sobre el cuerpo.
En la actualidad, la ciencia reconoce que el pensamiento es fundamental en moldear los estados físicos que experimentamos.
Ahora la ciencia, apoyada en investigaciones rigurosas, puede constatar que la mente es clave en la salud, y probablemente sea el “ingrediente activo” más importante de toda la medicina.

Personas que muestran un alto grado de fe, confianza en sí mismos o en los placebos, que meditan, visualizan o hacen algún tipo de proyección mental, responden mejor a los tratamientos, se enferman menos y tienen una mayor calidad de vida.
Personas sometidas al estrés, que exhiben poca confianza –interés e intención–, que pueden ser calificadas como pesimistas y que no utilizan su mente como herramienta para transformar su cuerpo, por el contrario, tienden a enfermarse más y a responder con menor efectividad a todo tipo de tratamientos.

Nuestros estados mentales se convierten en nuestro estados físicos. La mayoría de nuestras enfermedades son el resultados de procesos psíquicos.
Además de explorar diversas técnicas de mentalización para sanar, habría que reflexionar sobre aquellos pensamientos y patrones mentales que nos han llevado a enfermar, muchos de ellos se ocultarán en nuestro inconsciente y querremos evitar enfrentarlos, pero en el proceso de detectarlos y observarlos estaremos iniciando un viaje vital de autoconocimiento en el que cada uno de nosotros puede convertirse en su propio chamán –verdaderamente en el único médico que puede hacer sanar de raíz.
Hasta que no hagamos consciente nuestro inconsciente, como enfatizó Carl Jung, seremos susceptibles a una serie de contingencias que permanentemente amenzan con tomar el control de nuestro cuerpo y de la dirección que lleva nuestra vida.

Cada pensamiento, cada actividad mental que realizas es una semilla de lo que serás.

Como suele decirse en el yoga: “el cuerpo no es sólido, sólo la mente”.
En la medida en la que seamos capaces, a través de la disciplina, de generar estados mentales suficientemente flexibles podremos seguramente superar los escollos del cuerpo y de ese supuesto determinismo inexorable que presenta la genética.


MEDITACIÓN:

La meditación es una de las prácticas más importantes para regenerar el organismo.
Existe evidencia de que la meditación estimula la repuesta inmunológica en personas con cáncer y en personas que han recibido vacunas, protege de la depresión, retarda la progresión del VIH e incluso sirve para limpiar impurezas de la piel. 
La mente no sólo es una herramienta para sanar el cuerpo, también para embellecerlo.

El antiguo maestro Nagarjuna en su texto String of Precious Jewels escribió: “la paciencia es abandonar los sentimientos de enojo” y  ”la paciencia trae la belleza”.
Para cultivar la paciencia –y su potencial de belleza–, nada como meditar.
La meditación ha mostrado un interesante potencial para combatir el envejecimiento.

La meditación trabaja influyendo en las vías de respuesta al estrés. Las personas que meditan tienen menores niveles de cortisol y muestran cambios en la amígdala, la zona del cerebro que regula el miedo y la respuesta a una amenaza (como el comportamiento de huir y luchar).

Una de las investigadoras del estudio citado, Elissa Epel, de la Universidad de California, afirman que la meditación puede “aumentar las vías de restauración y aumento de salud”, al detonar una serie de hormonas sexuales y de crecimiento.
El poder de la meditación no requiere de un arduo amaestramiento para hacerse sentir, la meditación  puede causar cambios estructurales en el cerebro con tan sólo 11 horas de entrenamiento.
Entre otros de los efectos positivos para la salud documentados de la meditación están haber disminuido la violencia en una prisión, combatir el déficit de atención y la depresión, reducir hasta en un 50% la posibilidad de un ataque cardíaco y ser más efectiva que los medicamentos industriales contra el dolor.

Los beneficios de la meditación son muchos, entre ellos:



EL PENSAMIENTO POSITIVO:

Nunca subestimes el poder del pensamiento positivo, aunque esto pueda parecer una solución demasiado simple para un problema. El verdadero problema yace en poder sostener el pensamiento positivo e intencionado por una buena cantidad de tiempo.

Las personas optimistas se recuperan más rápido de los procedimientos quirúrgicos, tienen sistemas inmunológicos más sanos, viven más en general.
En cambio el pensamiento negativo y la ansiedad son importantes causas de enfermedades. 

Los científicos empiezan a descubrir que las creencias positivas no sólo funcionan aplacando el estrés. Sentirse sano y salvo, o creer que las cosas saldrán bien, ayuda al cuerpo a mantenerse y repararse. 
La bondad psicofísica del optimismo se traduce en la reducción de los niveles de inflamación y de hormonas de estrés como el cortisol. También puede estimular el sistema nervioso parasimpático, el cual gobierna la respuesta de “descansar y digerir”, opuesta a “correr y pelear” (a veces traducida como de huir y luchar).
Tan útil como ver positivo el futuro es verte a ti mismo de manera favorable.

FE ESPIRITUAL:

En un estudio realizado con 50 personas que tenían cáncer en los pulmones, aquellos que tenían “fe espiritual” respondieron mejor a la quimoterapia y vivieron por más tiempo: más del 40% de ellos estaba vivo después de tres años, comparado con sólo un 10% en el grupo de poca fe.

Existen numerosos estudios que muestran que las personas espirituales y religiosas tienen mejor salud que las que no lo son.
Algunos científicos creen que lo que verdaderamente tiene efectos en la salud es el tener una intención o un sentido de propósito en la vida, sea la que sea. Esto hace que se manejen las situaciones consistentemente con menos estrés, lo cual como hemos visto tiene una cuantiosa serie de beneficios.
Uno de los investigadores que realizó el estudio de la meditación y la telomerasa cree que probablemente  el sentido de propósito y la intención fueron al menos tan importantes como la misma meditación en aumentar los niveles de la enzima que repara la telomerasa.
El dotar a la mente de una clara intención –de curarse, de mejorar, de aprender, etc.– es una forma de avisarle de que estamos dispuestos a aceptar transformar la realidad.

HIPNOSIS:

La hipnosis se estudia desde al menos el siglo 19.
Los pacientes hipnotizados pueden influir partes de su cuerpo de forma profunda y novedosa, como si tuvieran mayor injerencia o accedieran una mayor capacidad operativa. Algunas personas son capaces de autohipnotizarse, lo cual abre un amplio campo de posibilidades autocurativas.

Entre la hipnosis y la meditación está la terapia de regresión, en la que un paciente viaja mentalmente a sus recuerdos, representando una narrativa, y enfrenta simbólicamente sus conflictos para de esta forma, en un estado de profundidad psíquica, desamarrar los cuerpos mentales que bloquean la vías por las cuales fluye la energía vital.

SUEÑOS LÚCIDOS:

Uno de los más interesantes e inexplorados campos de la autosanación son los sueños lúcidos.
El pionero en este campo, el Dr Stephen Laberge, de la Universidad de Stanford, ha demostrado que fisiológicamente las experiencias que se viven dentro de un sueño lúcido son análogas a las que se viven despiertos. El cuerpo presenta las mismas respuestas fisiológicas durante el sueño que en la realidad física. Esto abre la puerta para que las personas que logran controlar sus sueños puedan utilizarlos como escenarios de prueba, salas de operación, en los que experimenten con el poder de su intención posiblemente simulando acontecimientos de sanación. 
Si sabemos que lo que sucede en un sueño lúcido sucede con la misma o casi la misma potencia en el cuerpo que lo que sucede despierto, y sabemos que la mente es capaz de detonar una serie de respuestas que desencadenan mecanismos de sanación, entonces ir al doctor durante un sueño puede servirnos tanto como ir al doctor despiertos.

Laberge afirma: “Existen sugerencias y anécdotas que señalan que los sueños lúcidos pueden ser útiles para la sanación. Basándose en experimentos llevados a cabo en el pasado que muestran una fuerte correspondencia entre las tareas realizadas en el estado de sueño y los efectos que tienen en el cerebro y en menor medida en el cuerpo, se ha hecho la sugerencia que sueños lúcido específicos podrían facilitar  los procesos de sanación del cerebro”.

El potencial de sanación de los sueños tiene que ver también, al igual que la hipnosis, con la posibilidad de que en estos estados podamos acceder a partes de nuestro cerebro que pueden enviar órdenes al cuerpo con mayor determinación o simplemente usar partes que no usamos pueda ser en sí mismo un acto saludable.

PLACEBO:

Repetidos padecimientos, desde la depresión, el Parkinson, la osteoartritis, la esclerosis múltiple y por supuesto la depresión se benefician del tratamiento con placebo. Estudios muestran cambios notables bajo el influjo del placebo, tales como la generación de analgésicos naturales, alteración en los patrones de excitación neuronal, disminución en la presión sanguínea y en el ritmo cardiaco y una mejoría en la respuesta inmunológica. Incluso hay evidencia de que algunos fármacos funcionan amplificando el efecto placebo –cuando las personas no saben que las están tomando dejan de funcionar.
El placebo es especialmente una prueba del poder de la mente de programar al cuerpo.

LA SOLEDAD, LA ACTITUD HACIA LOS DEMÁS:

Recientes estudios científicos muestran que la soledad –más como un estado mental que un hecho físico– puede incrementar el riesgo de sufrir ataques cardíacos, demencia, depresión y otros padecimientos.
Por otro lado las personas que están satisfechas con sus vidas sociales duermen más, envejecen más lento y responden mejor a las vacunas.

Según John Cacioppo de la Universidad de Chicago, las personas que llevan vidas sociales estimulantes y ricas, no se enferman tanto y viven más tiempo.
Pero John Cacioppo defiende que existen mecanismos directos relacionados a la soledad que brindan un déficit en la salud.

Los efectos de la soledad se hacen sentir conforme a una persona se percibe a sí misma y no en relación a su contacto social cuantitativo. Estar entre personas hostiles puede ser tan peligroso como estar solo.
Lo importante es cómo el cerebro procesa esta soledad y cómo es capaz de reforzar sus relaciones con el mundo.
Puedes estar rodeado de muchas personas pero tú sientes soledad. Esto no beneficia tu salud.
Puedes estar solo, pero si tú no sientes soledad, esto es beneficioso para tu salud.

¿CUÁL ES EL CAMINO HACIA LA EVOLUCIÓN?


Para poder evolucionar es muy importante la OBSERVACIÓN.
Mirar en nuestro interior y reconocer cuáles son nuestros defectos.
Una vez los hemos reconocido, entonces hemos de tener el deseo de trascenderlos, transformarlos para eliminarlos.
El trabajo que hemos de hacer consiste en tomar conciencia de los defectos que tenemos y corregirlos aplicando el opuesto, es decir la virtud opuesta. 
Por ejemplo, si nuestro defecto es la impaciencia, hemos de trabajar la paciencia.
Y este trabajo se ha de hacer día a día, para poder integrar la virtud en nosotros y equilibrar nuestro interior.
Entonces, cuando se dé una situación determinada, en lugar de reaccionar con impaciencia, reaccionaremos pacientemente, pues ya habremos trabajado la virtud de la paciencia durante un cierto tiempo y estará integrada dentro de nosotros.
Cuando llegamos a este punto, hemos dado un gran paso en nuestra evolución.

Lo mismo hemos de hacer con otros defectos, siempre aplicar la virtud opuesta: 


Si tenemos ira, trabajaremos la paciencia.
Si tenemos enojo, trabajaremos la aceptación y la comprensión.
Si tenemos miedos, trabajaremos el valor y coraje.
Si tenemos inseguridades, trabajaremos la seguridad y la confianza en nosotros mismos y en los demás.
Si tenemos odio, trabajaremos el perdón y el amor como capacidad de comprensión.
Si tenemos gula, trabajaremos el comer correctamente, masticando los alimentos sin sentimientos de culpa, ni ansiedad, y con una dieta equilibrada y beneficiosa para nuestro organismo.
Si tenemos tristezas, depresión, trabajaremos la alegría y el humor.
Si tenemos ansiedad, trabajaremos el estar en el aquí y ahora, esto se puede hacer a través de la meditación o estar conscientes del presente.

Si tenemos narcisismo, trabajaremos la virtud de la humildad.
Si tenemos egoísmo, trabajaremos la generosidad.

Este es el verdadero camino para la evolución del Ser.

El trabajo es día a día, es toda una disciplina que si integramos en nuestras vidas, en nuestra rutina diaria, cada vez iremos trascendiendo y eliminando más negatividades, siendo nuestro Ser cada vez más puro y evolucionado.
Nuestra consciencia se elevará a estados Superiores y nuestra vida será cada vez más llena de luz, paz y felicidad.

Camino al despertar

19 diciembre 2013

LAS LEYES DEL KARMA


1. LA GRAN LEY:

Lo que siembres es lo que cosecharás.
Esto también se conoce como la ley de Causa y Efecto.
Lo que ponemos en el Universo es lo que vuelve a nosotros.
Si lo que queremos es la felicidad, la paz, la amistad, el amor… Entonces tenemos que estar contentos, pacíficos, agradables y amorosos.
La energía negativa enviada a otros vendrá de nuevo a ti, pero 10 veces más potente.

2.  LEY DE LA CREACIÓN:

La vida no ocurre por sí sola, requiere de nuestra participación.
Somos uno con el universo dentro y fuera.
Lo que nos rodea nos da pistas de nuestro estado interior.
Sé y haz de ti mismo lo que quieres tener en tu vida.

3. LEY DE LA HUMILDAD:

Lo que te niegas a aceptar, te va a seguir ocurriendo.
Si lo que vemos es un enemigo, o alguien con un rasgo de carácter negativo, entonces nosotros mismos no estamos en un nivel superior de existencia.

4. LEY DEL CRECIMIENTO:

Donde quiera que vayas, ahí estás.
Para que podamos crecer en el espíritu, somos nosotros los que debemos cambiar, y no las personas, lugares o cosas que nos rodean.
Los únicos dados que tenemos en nuestras vidas somos nosotros mismos, y es el único factor en el que tenemos control.
Cuando nos cambiamos a nosotros mismos, en nuestro corazón, nuestra vida también cambia.

5. LEY DE RESPONSABILIDAD:

Cada vez que sucede algo malo, es porque hay algo mal en mí.
Somos el reflejo de lo que nos rodea, y lo que nos rodea nos refleja.
Hay que asumir la responsabilidad de lo que está presente en nuestra vida.

6. LEY DEL ENFOQUE:

No se puede pensar en dos cosas al mismo tiempo.
Tienes que ir subiendo la escalera con un paso a la vez.
Cuando se pierde el enfoque en el que vamos, despierta la inseguridad i la ira.

7. LEY DEL DAR Y HOSPITALIDAD:

Si tú crees que algo es verdad, entonces en algún momento de tu vida serás llamado a demostrar que es verdad.
Aquí es donde podemos poner en práctica lo que hemos aprendido.

8. LEY DE LA CONEXIÓN:

Incluso si algo que hacemos parece insignificante, es muy importante saber que se hace en conexión con todo el universo.
Cada paso lleva al siguiente paso, y así sucesivamente.
Alguien tiene que hacer el trabajo inicial para que alguien obtenga un trabajo.
Ni el primero ni el último paso son de mayor o menor importancia, porque ambos son necesarios para realizar la tarea.
Pasado, presente, futuro… Todos ellos están conectados.

9. LEY DEL AQUÍ Y AHORA:

Mirando y examinando hacia atrás, en el pasado, es lo que nos impide estar en el aquí y ahora.
Pensamientos viejos, viejos patrones de comportamiento, viejos sueños… Ellos nos impiden tener renovaciones.

10. LEY DEL CAMBIO:

La historia se va repitiendo hasta que aprendamos las lecciones de aquello que tenemos que cambiar en nosotros mismos y en nuestras vidas.

11. LEY DE LA PACIENCIA Y RECOMPENSA:

Todas las recompensas requieren de un esfuerzo inicial.
Recompensas de valor duradero, requieren de un trabajo paciente y persistente.
La alegría verdadera nos ayuda a seguir haciendo lo que debemos estar haciendo, y la recompensa vendrá a su debido tiempo.

12. LEY DE LA IMPORTANCIA E INSPIRACIÓN:

Siempre regresa algo de lo que hayas puesto.
El valor de algo es un resultado directo de la energía y la intención que se pone en él.
Cada contribución personal es también una contribución a la totalidad.
Las contribuciones mediocres no tienen ningún impacto en la totalidad, y el trabajo puesto en él, disminuye.

14 diciembre 2013

SANACIÓN CON IMANES DE DE EMOCIONES NEGATIVAS ATRAPADAS


Las emociones atrapadas son emociones negativas que se han enquistado, es decir, que se han quedado atrapadas en una parte concreta del cuerpo y no se han liberado, formando así un bloqueo que impide que fluya nuestra energía correctamente.
Las emociones atrapadas, a la larga, causan dolores, enfermedades, depresión, etc. y es muy fácil liberarlas.

Cada ser tiene un campo magnético (energía) y cuando ésta no fluye correctamente, es cuando aparecen las enfermedades.
Las emociones son las causas principales de que nuestro campo magnético no fluya correctamente. Por ej, cuando hemos tenido experiencias muy dolorosas en nuestra vida, que nos han causado sufrimiento, estas emociones no se liberan y quedan atrapadas en nuestro cuerpo.
Para liberarlas, una técnica muy fácil es con un imán, pero ¿cómo se hace?


Del mismo modo en el que se basa la acupuntura - de equilibrar el campo magnético (la energía) de nuestro organismo, a través de poner agujas de acupuntura en los meridianos (puntos de acupuntura) - también es parecida la práctica con imanes.
Los meridianos pueden pensarse como pequeños ríos de energía que fluyen justo debajo de la piel. Siguen huellas muy precisas sobre la superficie del cuerpo que no varían de persona a persona.
Determinados meridianos funcionan como reservas de energía, que se conectan y abastecen a todos los otros meridianos de acupuntura. El más importante de estos meridianos es el Meridiano Gobernante, que comienza en el centro del labio superior de la boca, se dirige hacia arriba y por encima de la cabeza y va hacia abajo por el centro de la columna, terminando en la rabadilla (chakra 2).





Debido a las interconexiones entre el Meridiano Gobernante y todos los otros meridianos, éste provee el camino más ideal para lo que queremos hacer cuando tratamos al cuerpo por emociones atrapadas usando los imanes.
Una emoción atrapada es energía. Para deshacernos de una emoción atrapada, necesitamos vencerla con otra forma de energía.
Para liberar una emoción atrapada, debes preguntar a tu subconsciente si tienes una emoción atrapada e ir preguntando para saber cuál es.

Aquí está el link para hacer la práctica de preguntar al subconsciente:

Una vez ya sabes cuál es la emoción atrapada, ya has tomado conciencia de ella, mantienes la intención en tu mente de liberarla y simplemente pasas un imán sobre el Meridiano Gobernante.
Tu intención aumentada para liberar la emoción atrapada entra en el Meridiano Gobernante y desde allí esta energía-pensamiento fluye rápidamente hacia todos los otros meridianos y áreas del cuerpo.
Esta repentina afluencia de energía-intención tiene el efecto de liberar la emoción atrapada de manera permanente.
No necesitas conocer ningún punto de acupuntura. No necesitas comprender cómo funciona todo, realmente, todo lo que necesitas hacer es tener intención y creencia (fe).

¿A dónde va la emoción atrapada?

Un ejemplo son las tarjetas de crédito. La banda magnética en la parte de atrás de la tarjeta de crédito está codificada con información específica. Cuando pones un imán sobre ella, puedes borrar la información codificada destruyendo la utilidad de la tarjeta de crédito.
Liberar una emoción atrapada se parece a que esa energía emocional codificada es borrada de manera rápida, fácil y permanente cuando pasas un imán por el Meridiano Gobernante.

Por lo general, los imanes se consideran bastante seguros, pero existen algunas ocasiones en las que no deberían usarse, o sólo deben utilizarse con la aprobación de un médico. Éstas incluyen el embarazo, uso de implantes para el dolor o bombas de insulina, implantes coclear y marcapasos.

Eres un ser hecho de energía pura. Las emociones atrapadas támbién son energía, pero negativa, pueden afectarte física, emocional y mentalmente. Cuanto antes te deshagas de ellas, mejor vas a estar.
Un simple imán de refrigerador, que probablemente ya tengas, funcionará para liberar emociones atrapadas.

Dr. Bradley Nelson
"El código de la emoción"

13 diciembre 2013

LA PRÁCTICA DE LAS 6 PERFECCIONES


Cuando tomamos el voto del Bodhisatva nos comprometemos a emprender el camino a la iluminación, el adiestramiento del Bodhisatva, que es la práctica de las seis perfecciones.

Las seis perfecciones son las siguientes prácticas:

1. LA GENEROSIDAD:
Dar ayuda material a los pobres, incluyendo dar comida a los animales; ayudar de forma práctica a aquellos que están enfermos o físicamente débiles; dar protección intentando siempre salvar las vidas de los demás, incluidas las de los insectos; dar amor aprendiendo a estimar a todos los seres sintientes reconociendo en todo momento que su felicidad y libertad son importantes, y dar Dharma impartiendo enseñanzas u ofreciendo buenos consejos a los demás para ayudarles a solucionar sus problemas de odio, apego e ignorancia.

2. LA DISCIPLINA MORAL:
Debemos abandonar todas las acciones impropias, incluidas las que causan sufrimiento a los demás. En especial hemos de procurar no romper nuestros compromisos del voto del Bodhisatva, que es la base para avanzar por el camino del Bodhisatva. De este modo nuestras acciones físicas, verbales y mentales serán puras, y nos convertiremos en un ser puro.

3. LA PACIENCIA:
Debemos evitar en todo momento enfadarnos o desanimarnos aceptando de manera temporal las dificultades o el daño que otros nos inflijan. Cuando practicamos la paciencia llevamos la armadura interna suprema que nos protege de manera directa de los dolores físicos, el sufrimiento mental y demás problemas.
El odio destruye nuestros méritos o buena fortuna y debido a ello experimentaremos obstáculos de manera contínua; y al carecer de buena fortuna nos resultará difícil satisfacer nuestros deseos, en particular lograr nuestras metas espirituales.
No hay peor maldad que el odio. Con la práctica de la paciencia podemos alcanzar cualquier meta espiritual; no hay mejor virtud que la paciencia.

4. EL ESFUERZO: 
Debemos apoyarnos en el esfuerzo irreversible para acumular las vastas acumulaciones de méritos y sabiduría. Debemos hacer hincapié en la contemplación y meditación de la vacuidad, el modo en que las cosas realmente existen.
De este modo progresaremos con facilidad en el camino hacia la iluminación. Con esfuerzo podemos alcanzar nuestra meta, pero con pereza no lograremos nada.

5. LA CONCENTRACIÓN: 
Debemos hacer hincapié en alcanzar la concentración de la permanencia apacible que observa la vacuidad.
Con el poder de esta concentración, cuando experimentemos la sabiduría especial que comprende con mucha claridad la vacuidad de todos los fenómenos, denominada visión superior, habremos avanzado del camino de la acumulación del Bodhisatva al camino de la preparación.

6. LA SABIDURÍA: 
En esta etapa debemos hacer hincapié en aumentar el poder de nuestra sabiduría de la visión superior meditando de manera continua en la vacuidad de todos los fenómenos con la motivación de bodhichita. Cuando gracias a ello nuestra visión superior se transforme en el camino de la visión, la realización directa de la vacuidad de todos los fenómenos, habremos avanzado del camino de la preparación del Bodhisatva al camino de la visión. Desde el momento en que alcanzamos el camino de la visión somos un Bodhisatva Superior y dejamos de experimentar los sufrimientos del samsara.
Después de completar el camino de la visión, para avanzar más debemos seguir practicando de manera continua la meditación en la vacuidad de todos los fenómenos con la motivación de bodhichita. Esta meditación se denomina camino de la meditación. Cuando alcancemos esta etapa habremos avanzado del camino de la visión del Bodhisatva al camino de la meditación.
Cuando al completar el camino de la meditación nuestra sabiduría del camino de la meditación se transforma en la sabiduría omnisciente que se ha liberado de manera permanente de las apariencias equívocas, esta sabiduría omnisciente se denomina camino de No Más Aprendizaje y es la iluminación propiamente dicha. Al llegar a esta etapa habremos avanzado del camino de la meditación al estado iluminado de un Buda y alcanzado la meta última de los seres sintientes.

Debemos considerar las seis perfecciones como nuestra práctica diaria.

12 diciembre 2013

LAS 3 FUNCIONES DE LA MEDITACIÓN


La energía de nuestros hábitos es a menudo más fuerte que nuestra voluntad. Decimos y hacemos cosas que no deseamos, y más tarde nos arrepentimos. Nos causamos sufrimiento a nosotros mismos y a los demás. Nos prometemos no volverlo a hacer pero reincidimos nuevamente.
Necesitamos la energía de la plena consciencia para reconocer y estar atentos a la energía de nuestros hábitos en el momento en que se manifiesta.
La consciencia nos permitirá evitar que los hábitos nos dominen.

1. La primera función de la meditación es Detener.


Bebemos una taza de té pero no somos concientes de que la estamos bebiendo. Nos sentamos junto a la persona que amamos pero olvidamos que está allí. En lugar de vivir el momento estamos en otro sitio, pensando en el pasado o en el futuro.

Debemos iluminar con la luz de la consciencia todo cuanto hagamos para que la oscuridad que provoca la falta de atención desaparezca.

2. La segunda función de la meditación es Serenar.

Cuando experimentamos una fuerte emoción, sabemos que puede ser peligroso actuar, pero no tenemos la fuerza ni la claridad suficientes para evitar hacerlo. Debemos aprender el arte de inspirar y espirar serenando nuestras emociones. Debemos ser sólidos y estables como un roble, a cual la tormenta no puede llevarlo de un lado al otro.
Buda enseñó muchas técnicas para serenar el cuerpo y la mente y observarlos profundamente. Se resumen en 5 etapas:


1- Reconocer si estamos enojados.
2- Aceptamos lo que sentimos.
3- Abrazar nuestra ira con la consciencia.
4- Observar profundamente, una vez que nos calmamos, qué es lo que provocó nuestra ira.
5- Obtener una clara visión de las causas y condiciones primarias y secundarias que ocasionaron nuestra ira.


3. La tercera función de la meditación es Descansar.

Cuando meditamos sentados debemos sumergirnos de forma natural hasta el fondo de nuestra postura de meditación, descansando sin ningún esfuerzo. Debemos aprender el arte de descansar dejando que el cuerpo y la mente se relajen. Si tenemos heridas en el cuerpo o en la mente, debemos descansar para que puedan curarse.

La meditación no tiene que ser una ardua labor. Deja que tu cuerpo y tu mente descansen, no luches, no hay necesidad de alcanzar nada.
Buda dijo: Mi Dharma es la práctica de la no práctica”.
Practica de modo que no te canse, de una forma que dé a tu cuerpo, a tus emociones y a tu consciencia una oportunidad para descansar.
Nuestro cuerpo y nuestra mente tienen la oportunidad de curarse a si mismos si les permitimos descansar.
Detenerse, serenarse y descansar son las condiciones previas para la curación. Si no logramos detenernos, el curso de nuestra destrucción seguirá en marcha.


Thich Nhat Hanh

10 diciembre 2013

LOS 3 CAMINOS DEL DHARMA, CAMINOS HACIA LA LIBERACIÓN DEL SUFRIMIENTO


En la tradición Budista, la meta de nuestra vida es alcanzar la liberación plena (budeidad).
La naturaleza de Buda está en cada ser sintiente. No solamente seres humanos, sino cada animal, cada insecto tiene la misma naturaleza búdica.
Una parte importante del significado de la vida es el alcanzar la budeidad.

En el dharma hay 3 caminos principales:

1. El camino de renunciación:
Renuncias a tus negatividades, a tus pensamientos y emociones negativas, cada vez que surgen renuncias a ellos. Aprendes a controlar y a renunciar.
Este es el camino del Sutra.

2. El camino de la transformación:

Es el camino del tantra. Básicamente no es necesario renunciar a las cosas, a los 5 venenos y la ignorancia; en vez de eso, el tantra intenta trabajar con los 5 venenos y transformar esas energías en las 5 sabidurías.

3. El camino de la liberación:
Es el camino del dzogchen, en el cual tú ni renuncias a tus 5 venenos, ni a tus emociones negativas, ni trabajas en transformar o cambiar tus emociones negativas; en vez de eso, las dejas tal cual son, donde están, sin seguirlas, sin elaborar sobre ellas, solamente dejándolas tal como son.
Cuando dejas esas emociones negativas tal cual son, ellas no tienen su propio poder para continuar. Lo que ocurre es que ellas simplemente se liberan por sí mismas. Se llama auto-liberación.
(La naturaleza de los seres sintientes es la calma mental, la paz, nada de pensamientos. Por lo tanto, si no alimentamos esos pensamientos, los dejamos tal cual son, ellos desaparecen).


La metáfora para estos 3 caminos es el ejemplo de una planta venenosa:

La persona común no puede utilizarla. Si la comes, morirás. Por lo tanto, tratas de evitarla o renunciar a ella; intentas desecharla.
La apartas en algún lugar donde los niños no puedan tocarla, donde nadie pueda tocarla y ser dañado por ella. Este es el camino del Sutra, de renunciación. 

Un doctor, sin embargo, es alguien con la habilidad y el conocimiento para transformar la planta venenosa. El doctor añade algunas otras plantas medicinales y transforma ese veneno en una medicina que cura la enfermedad.
Eso es como el camino del tantra, el camino de la transformación.

Y el pavorreal, de hecho, se come el veneno. No necesita renunciar a él, ni trata de cambiarlo y transformarlo, el pavorreal se lo come tal como es. Y lo que el veneno le hace al pavorreal es que resalta la belleza y el color del pavorreal. Este es el camino de dzogchen, el camino de la liberación.

Estos son los 3 métodos principales del camino hacia la liberación.
Todos ellos son importantes.

Tenzin Wangyal Rinpoché