A la verdad no hay que crearla, la verdad no es algo que esté muy lejos. La verdad está aquí y ahora, la verdad te envuelve como el océano envuelve al pez. Quizá el pez no sea consciente. Una vez que el pez se hace consciente del océano, se ilumina. El pez no es consciente, porque el pez nace en el océano, ha vivido siempre en el océano; el pez es parte del océano como lo es la ola. El pez es también una ola. Una ola más sólida, pero nacida del océano. El pez vive en el océano y un día desaparecerá en el océano. Él quizá nunca llegue a saber nada del océano. Para saber algo se necesita un poco de distancia. Para saber algo se necesita perspectiva. Y el océano está tan cerca. Quizá por eso el pez no tenga conciencia de él.
Y así es con la verdad (Dios, Conciencia, Inteligencia, Universo, como prefieras llamarle). Así es con Dios. No sabemos de él, pero no porque esté lejos; no sabemos de él porque está muy cerca. Incluso decir que está cerca no es correcto, porque tú eres Él. Dios está dentro y fuera de ti: Dios es todo. La verdad ya es, nosotros existimos en ella. Esto es lo más fundamental para empezar. No tienes que descubrirlo. Lo único que se necesita es un nuevo tipo de conciencia. La verdad está ahí, pero tú no eres consciente, no estás atento, no estás alerta. No sabes cómo contemplar, cómo observar, no sabes cómo mirar y ver. Tienes ojos, pero todavía estás ciego, tienes oídos pero estás sordo.
LA MENTE (RACIONAL) ES LA BARRERA
Ninguna otra cosa te impide el acceso a la verdad, sólo tu propia mente. La mente te envuelve como un filme, como una película que se proyecta una y otra vez. Y tú estás absorto en ella, fascinado por ella. Se trata de una fantasía que te envuelve, una historia continua que sigue y sigue. Y al estar tan fascinado por ella, te pierdes aquello que es. Y la mente (racional) no es. La mente es sólo fantasía, es la facultad de soñar.
La mente no es sino sueños y sueños. Sueños del pasado, sueños del futuro, sueños acerca de cómo deberían ser las cosas, sueños de grandes ambiciones, grandes logros. Sueños y deseos, ése es el material del que está hecha la mente. Pero la mente te rodea como una muralla china. Y por eso el pez no tiene conciencia del océano.
La mente no es sino sueños y sueños. Sueños del pasado, sueños del futuro, sueños acerca de cómo deberían ser las cosas, sueños de grandes ambiciones, grandes logros. Sueños y deseos, ése es el material del que está hecha la mente. Pero la mente te rodea como una muralla china. Y por eso el pez no tiene conciencia del océano.
LA NO-MENTE ES LA PUERTA
La no-mente es la bodhichitta; Se puede traducir también como mente búdica, como consciencia búdica. O si quieres, puedes llamarle consciencia crística, o consciencia kríshnica. No importa qué nombre se use, pero la cualidad básica de bodhichitta es ser no-mente.
Parece paradójico: la mente en el estado de no-mente. Pero el significado es muy claro: mente sin contenido, mente sin pensamientos. Eso es lo que se quiere decir, lo que se quiere indicar.
Recuerda la palabra bodhichitta porque el empeño de la espiritualidad no es otra cosa que la tarea de crear bodhichitta, la consciencia búdica. Crear una mente que funcione como no-mente, una mente que haya dejado de soñar, de pensar. Una mente que sea sólo conciencia, conciencia pura.
Parece paradójico: la mente en el estado de no-mente. Pero el significado es muy claro: mente sin contenido, mente sin pensamientos. Eso es lo que se quiere decir, lo que se quiere indicar.
Recuerda la palabra bodhichitta porque el empeño de la espiritualidad no es otra cosa que la tarea de crear bodhichitta, la consciencia búdica. Crear una mente que funcione como no-mente, una mente que haya dejado de soñar, de pensar. Una mente que sea sólo conciencia, conciencia pura.
Osho