Algunas personas andan a la búsqueda de dinero, otras quieren poder, prestigio, ganar.
Otras andan buscando a Dios, moksha, nirvana, iluminación. Pero la búsqueda continúa.
¿Y quién busca?
El mismo ego.
En el momento en que abandonas la búsqueda, también desechas el ego. En el momento en que no hay búsqueda, deja de existir el buscador.
La iluminación es descubrir que no hay nada que descubrir.
La iluminación es saber que no hay ningún sitio al que ir.
La iluminación es comprender que esto es todo, que esto es perfecto, que esto es ello.
La iluminación no es un logro, es comprender que no hay nada que alcanzar, ningún sitio al que ir. Ya estás ahí, nunca te has alejado. No puedes alejarte de ello. Tal vez te hayas olvidado, eso es todo. Tal vez te hayas quedado dormido, pero eso es todo. Tal vez te hayas perdido en muchos sueños, pero eso es todo, porque tú estás ahí. Dios es tu propio ser.
No hay que pensar en la iluminación como en un objetivo, porque no lo es.
No es un objetivo, no es algo que se pueda desear. Y si la deseas no la lograrás.
La iluminación sucede cuando desaparece todo deseo. El futuro desaparece. Cuando no hay deseo, no existe necesidad de futuro. Estás aquí y ahora.
No es algo que suceda desde fuera, sino que surge desde el interior. Siempre estuvo ahí, pero estabas enturbiado, lleno de pensamientos.
La iluminación es un proceso de desaprendizaje.
De repente olvidas todo lo que has aprendido. En ese momento no sabes nada. En ese momento no hay conocedor, en ese momento no hay observador… sólo el sonido. Y uno se despierta de un largo sueño.
No necesitas corregirte, no necesitas mejorarte. Todo eso no son más que bobadas.
La naturaleza no puede corregirse, debe aceptarse.
No existe otro modo. Seas quien seas, seas como seas, así es como eres… eso es lo que eres. Es una gran aceptación.
No hay que cambiar nada, porque todo es una hermosura… eso es la iluminación.
Todo es como debe ser, todo es perfecto.
Éste es el más perfecto de los mundos, y no carece de nada.
Experimentarlo así es la iluminación.
¿Cuál es el secreto más básico del Zen?
Soltar.
La vida se manifiesta a sí misma cuando no te agarras a ella, cuando no te apegas, cuando no acaparas, cuando no eres miserable.
Cuando estás suelto y dispuesto a soltar, cuando no cierras el puño, cuando tienes la mano abierta.
La vida se revela a sí misma llanamente cuando no te agarras a ella, ni de sentimiento ni de pensamiento.
Desapego, ése es el secreto.
Todo lo que se guarda acaba estropeándose, todo.
Acumula algo y lo matarás, acumula y se ranciará.
La razón es que todo lo que es importante, vivo y en movimiento, es momentáneo.
Pero si vives el momento soltando por completo, entonces es eterno.
Un momento vivido por completo, en un estado mental relajado, es la eternidad.
Eternidad no es duración; eternidad es profundidad en el momento.
Si profundizas en el momento, si te dejas hundir en lo momentáneo, disolviéndose por completo en ello, tendrás un vislumbre de eternidad. Todo momento vivido total y relajadamente es eternidad.
La eternidad está siempre presente. El “ahora” es parte de la eternidad, no parte del tiempo.
El secreto más básico del Zen es soltar, y el desapego. Vivir de manera tan relajada. Abandonar el cuerpo y la mente, y abandonar el abandono. Eso es relajación completa, un completo soltar.
Se suelta incluso el nirvana, incluso a Dios, incluso la espiritualidad. Incluso se suelta la meditación. La meditación es perfecta cuando se suelta.
Habrás llegado cuando te olvides incluso de la iluminación. Eso es relajación total; eso es soltar.