La principal raíz, causa y base de dichas "enfermedades", no es nada más que la creencia de que soy un "yo separado", que me identifico con mis pensamientos, mi cuerpo y mi historia, y que de dicha identificación, se generan en mi mente desequilibrios emocionales.
El cuerpo simplemente es la manifestación del Ser que soy, de la energía que soy. Y la “enfermedad” es la manifestación en el cuerpo, de la energía de desequilibrio que surge debido al apego y dolor emocional.
Somos energía, somos información... absolutamente todo lo que existe es vibración. Los seres humanos vivimos en función de creencias; patrones de pensamientos que han sido aprendidos a lo largo de la vida de nuestro entorno (padres, familia, sociedad, cultura, país, etc.).
Al tener un cuerpo físico, surge la creencia de que somos este cuerpo, y por tanto, nos aferramos a él, originando un sentido de ser alguien, un "yo".
Todo lo que percibimos a través de nuestros sentidos sensoriales, no es nada más y nada menos que información. Todo está sujeto en base a creencias, que por supuesto, son identificaciones mentales.
Cuando hablamos de sanación, debemos comprender que lo que hay que sanar realmente es la erradicación de este falso sentido de "yo". Ésta es la creencia principal y es el punto de origen en el cual debemos trabajar.
Cuando vivimos apegados al cuerpo y a nuestro entorno mundano, vivimos desconectados de nuestra verdadera naturaleza. Es decir, nuestra atención está enfocada únicamente en la persona que creo que soy y en el mundo que me rodea. Pasamos por alto que hay algo que está más allá de la persona que creo que soy y del mundo que me rodea, y que es mi verdadera esencia.
El apego a este "yo" es el causante de todo dolor emocional, el cual es también información, energía en vibración.
¿Qué es la enfermedad?
La enfermedad física es la manifestación en el cuerpo de desequilibrio o estancamiento de nuestro campo electromagnético (energía vital), causado por una serie de creencias y apegos. Este desequilibrio se materializa en la dimensión de la materia (en nuestro cuerpo físico), dando lugar a unos síntomas específicos, los cuales nos indican que algo no funciona correctamente.
Cambia tus creencias y sanarás tu cuerpo.
Tus creencias son el punto de origen, en las cuales nos apegamos, generando así emociones negativas o positivas.
Cuando se trata de emociones negativas, hay dolor. Y este dolor emocional da lugar a unos códigos en nuestro subconsciente que se reflejarán en nuestro cuerpo físico.
Por tanto, para poder sanar, debemos cambiar estos códigos "enfermos" por códigos sanos. Y esto lo hacemos tomando consciencia de estos códigos "enfermos".
La vida nos va a ir reflejando continuamente estos códigos "enfermos", que son aquellas emociones que están en nuestro subconsciente y que debemos sanar, liberar para devenir cada vez más puros. Es decir, para despojarnos de tantos condicionamientos.
Todo lo que nos causa malestar, ya sean personas, situaciones, lugares, etc. es porque está en nosotros. No son los demás los que nos hacen sentir mal, sino que ellos son un reflejo de nuestras emociones y apegos para que podamos tomar consciencia de ellos y sanarlos.
¿Cómo sanarlos?
La respuesta a esta pregunta es erradicar la creencia mental del “yo”.
El “yo” es la principal causa de apego, del cual surgen los dolores emocionales que desequilibran el campo electromagnético (energía vital), causando bloqueos y estancamientos de nuestro flujo vital.
Cuando trascendemos el “yo”, devenimos libres, y por tanto, ya no hay apegos.
Es importante también, tomar conciencia de todos aquellos dolores emocionales y apegos, e ir liberándolos. Para ello, debemos observarlos y aceptarlos (abrazarlos con amor).
A medida que vamos liberando dolores emocionales, apegos y nos vamos desidentificando del “yo”, realizamos la liberación del condicionamiento, y por tanto, un total y completo equilibrio interno, que se reflejará externamente en una gran paz.
Donde hay paz, no puede haber enfermedad.
Debemos tener en cuenta de que somos una sola mente colectiva, todos estamos interconectados. Y a medida que nos vamos sanando a nosotros mismos de forma individual (cada uno va trabajando sus apegos), esto repercute en la mente colectiva de forma positiva, ayudando así a los demás a sanar.
Cuando te sanas a ti mismo, sanas al mundo.
Camino al Despertar