16 febrero 2016

LA SABIDURÍA DE LA RENDICIÓN



Es la calidad de tu conciencia en este momento lo que más determina el futuro que experimentarás.
Así que rendirte es lo mejor que puedes hacer para traer cambios positivos. Cualquier acción es secundaria.
Ninguna acción verdaderamente positiva puede surgir del estado de conciencia de no-rendición.
Para algunas personas, “rendirse” puede tener connotaciones negativas: derrota, abandono, fracaso ante los retos de la vida, volverse letárgico, etc. Sin embargo, la verdadera rendición no tiene nada que ver con eso. No significa que tolerar pasivamente cualquier situación en la que estés y no hacer nada al respecto. Ni tampoco significa dejar de planificar cosas o de realizar acciones positivas.
Rendirse es la simple pero profunda sabiduría de ceder, en lugar de oponerse al flujo de la vida.
El único lugar en el que puedes experimentar el flujo de la vida es el Ahora.
Así que rendirse es aceptar el momento presente de manera incondicional y sin reservas.
Es decir, renunciar a lo que interiormente se resiste a lo que es.
La resistencia interior es decir “no” a lo que es, a través de juicios mentales y negatividad emocional. Se nota más cuando las cosas “van mal”, lo que significa que hay una brecha entre lo que la mente pretende y lo que es. Esta brecha es el dolor.

Si has vivido lo suficiente, verás que las cosas “van mal” bastante seguido. Precisamente es ahí cuando se debe practicar la rendición, si es que quieres librarte del dolor y la tristeza.
La aceptación de lo que es inmediatamente te libera de la identificación con la mente y te reconecta con el Ser.
La resistencia es la mente.

La rendición es un fenómeno puramente interior. Esto no significa que no puedas intervenir en lo exterior o cambiar la situación. De hecho, no es la situación en general lo que debes aceptar cuando te rindes, sino el pequeño segmento llamado “el ahora”.
Por ejemplo, si te encontraras atascado en el barro, no vas a decir: “Bueno, me resigno a estar atascado en el barro”. La resignación no es lo mismo que la rendición.
No necesitas aceptar una situación indeseable o desagradable, ni tampoco mentirte a ti mismo y decir que todo está bien. No. Reconoces totalmente que quieres salir de esta situación y limitas tu atención al momento presente, sin etiquetarlo mentalmente.
Esto significa que no hay juicios mentales sobre el Ahora, y por consiguiente, no hay resistencia ni negatividad emocional. Aceptas que este momento ya es como es. Luego actúas y haces todo lo que esté a tu alcance para salir de la situación. 
A estas acciones las llamo “acciones positivas”. Y son mucho más efectivas que las negativas, las cuales surgen a partir de la bronca, la desesperación o la frustración.

Hasta obtener el resultado deseado, sigues practicando la rendición absteniéndote de etiquetar el Ahora. 
Déjame darte una analogía visual para que se entienda.
Vas caminando de noche por la senda, rodeado por espesa niebla, pero tienes una linterna muy potente que la atraviesa y crea un espacio estrecho y claro frente a ti. 
La niebla en este caso es la situación en la que te encuentres, que incluye pasado y futuro. La linterna es tu presencia consciente. El espacio claro es el Ahora.

La no-rendición endurece a tu forma psicológica, el caparazón del ego, creando un fuerte sentido de separación. 
El mundo que te rodea y en particular la gente, se perciben como una amenaza. 
Surge la compulsión inconsciente de destruir a los demás juzgándolos. Como así también surge la necesidad de competir y dominar. 
Incluso la naturaleza se vuelve un enemigo, y tus percepciones e interpretaciones son gobernadas por el miedo. 
La enfermedad mental que llamamos “paranoia” es apenas una versión un poco más aguda de este estado normal pero disfuncional de conciencia. 
No solo tu forma psicológica, sino también tu forma física (tu cuerpo) se torna rígida con la resistencia. Surge la tensión en distintas partes del cuerpo. Y el cuerpo, como un todo, se contrae.
El libre flujo de energía por el cuerpo, el cual es esencial para un funcionamiento saludable, queda restringido en gran medida.
El ejercicio y ciertas terapias físicas pueden ayudar a recuperar este flujo. Pero a menos que practiques la rendición en tu vida diaria, solo será una ayuda temporal, dado que la causa, es decir, el patrón de resistencia no se ha disuelto. 

Hay algo dentro de ti que permanece intacto a las situaciones pasajeras que conforman tu vida diaria. Y es solo a través de la rendición que puedes acceder a esto.
Se trata de tu vida, tu propio Ser, que existe eternamente en el presente sin tiempo. 
Si encuentras tu situación insatisfactoria o intolerable, es solo rindiéndote primero que puedes romper el patrón inconsciente que se resiste y prolonga esa situación. 

La rendición es perfectamente compatible con realizar acciones, iniciar cambios o lograr objetivos. Pero en el estado de rendición, una energía totalmente distinta, una calidad distinta, fluye en tu hacer. 
La rendición te reconecta con la fuente de energía del Ser. Y si tu hacer está impregnado de Ser, se convierte en una alegre celebración de energía de vida que te lleva más profundamente hacia el ahora. 
A través de la no-resistencia, la calidad de tu conciencia y, por consiguiente, la calidad de lo que sea que hagas o estés creando, mejora de manera inconmensurable. 
Los resultados entonces, vendrán solos y reflejarán esa calidad.
A esto lo podemos llamar “acción proveniente de la rendición”.

En el estado de rendición, ves claramente lo que hay que hacer. Y actúas haciendo una cosa a la vez y enfocándote en una sola cosa a la vez. 
Aprende de la naturaleza, mira como todo se desarrolla y como el milagro de la vida se despliega sin insatisfacción. 
Por eso Jesús dijo: “Mira las azucenas, como crecen… no se esfuerzan ni dan vueltas”.

Si tu situación en general es insatisfactoria o desagradable, toma solo este instante y ríndete a lo que es.
Esa es la linterna que atraviesa la niebla. Entonces, tu estado de conciencia deja de depender de lo exterior. Ya no reaccionas ni te resistes. 
Luego mira la situación más específicamente. Pregúntate: “¿Hay algo que yo pueda hacer para cambiar la situación, mejorarla, o apartarme de ésta?”.
Si la hay, actúa adecuadamente. No te enfoques en las mil cosas que tendrás o puede que tengas que hacer en algún futuro, sino en la única que puedes hacer ahora.
Esto no significa que no debas hacer planes, puede que planear algo sea lo único que puedes hacer ahora. Pero asegúrate de no estar corriendo tras películas mentales que continuamente te proyectan hacia el futuro y te hacen perder el Ahora. 
Puede que las acciones que realices no den fruto de manera inmediata; hasta que lo hagan, no te resistas a lo que es.
Si no hay nada que puedas hacer, y no puedes irte de la situación, úsala para entrar más profundamente en la rendición, en el Ahora, en el Ser. 
Cuando entras a esta eterna dimensión del Presente, el cambio suele presentarse de manera extraña, sin requerir mucho de tu parte. La vida se torna servicial y colabora. 
Si son factores internos como el miedo, la culpa o la pereza los que te impiden actuar, se disolverán a la luz de tu presencia consciente. 

No confundas la rendición con una actitud de: “Ya nada puede molestarme” o “Ya no me importa”. Si miras más de cerca, verás que estas actitudes están contaminadas de negatividad en la forma de resentimiento oculto, de manera que no es rendición sino resistencia enmascarada. 

A medida que te rindes, lleva tu atención hacia adentro, para asegurarte si aún hay algún rastro de resistencia en ti. Estate muy alerta cuando lo hagas, de otra forma, una cierta cantidad de resistencia puede seguir escondiéndose en algún oscuro rincón, en la forma de un pensamiento o de una emoción no reconocida. 



Eckhart Tolle  

05 febrero 2016

TAN TIEN



Literalmente "mar de la energía".
Es un punto, o mejor dicho un centro energético que tiene un papel central en diversas disciplinas de la tradición oriental relacionadas con el desarrollo externo e interno; en particular las artes marciales, taichichuan, chi kung, yoga y zazen.
Tiene diferentes acepciones que empleamos en la práctica: es el caldero, la cavidad inferior, el punto núcleo del organismo, el centro de gravedad, la residencia del segundo cerebro y la bomba abdominal.

Aplicación en la práctica del Tao Yin:
Por una cuestión de física elemental aumentando la presión en el abdomen aumenta la temperatura, genero más calor, más energía para recargar todos los órganos, tendones, músculos y huesos.
Mantengo el fuego caliente utilizando la respiración y las bombas del abdomen y perineo. 

Hay tres Tan Tien, tres centros energéticos fundamentales. En cada uno de ellos residen 3 mentes o centros de conciencia: 

1. TAN TIEN SUPERIOR: Ubicado en el entrecejo, el tercer ojo. 
Es la mente observadora, la mente del cerebro y el ojo interno (el tercer ojo). 
Es capaz de acceder a estados de conciencia superiores y también a la información recibida a través de los ojos, oídos, nariz y boca. 
Cuando está enfocada es la “mente observadora”. 
Si no ha sido entrenada tiene tendencia a derrochar energía y a responder a las circunstancias emprendiendo acciones innecesarias. 
Está relacionado con la transmutación de la energía mental y con la clarividencia.

2. TAN TIEN MEDIO: Ubicado en el centro medio, relacionado con el plexo solar/cardíaco.
Es la mente consciente. El cerebro-corazón, conocido como asiento de la conciencia ya que es la morada del guía interno, del maestro interior. 
Se activa sonriendo al corazón y suavizándolo con sentimientos de amor, alegría y felicidad. Está vinculado con el plano emocional.

El Tan Tien Medio es el depósito del Chi de todo nuestro sistema energético.
Además de recoger el Chi de la naturaleza, el Tan Tien Medio es el lugar donde se reúne y se fusiona la energía cultivada de los otros Tan Tien. Es el reactor en el cual se realiza el último proceso alquímico de los tres tesoros. 
La fusión de las tres energías en el Tan Tien Medio dará comienzo a la formación de la Perla. 
Cuando la Perla está formada y madura, se convertirá en lo que mi maestro llama el renacuajo. Es la energía que se desprende de la Perla y puede circular de forma autónoma sin ser guiada, ni siguiera, por la mente. Llegado a este nivel, la mente se convertirá en una mera espectadora y deja de intervenir.
Este renacuajo es el causante de la verdadera apertura del Pequeño Cielo o la Orbita Microcósmica, e incluso puede hacer su propia ruta abriendo canales según el estado del sistema energético del practicante.
El impulso de esta energía a través de la columna es muy obvio e incluso violento, ya que puede llegar a ser como sacudida o latigazo repentino que provoca caída involuntaria aun estando en una postura completamente estática y equilibrada.
En esta etapa también puede producirse “el desplazamiento de los tres tesoros”. Eso significa que la Esencia o Jing ha llegado a un estado de calma y se ha unificado con el Tan Tien Medio. El desplazamiento se hace sentir por el sentimiento de gozo que invade la zona del pecho y del corazón. Es la expansión de Chi y de la conciencia. El deseo está sosegado, dejando que la fusión de Jing y de la energía vital se eleva al Corazón expandiendo la energía del Amor Universal Incondicional y el Sheng. El Espíritu Original Innato (el Sheng) se fusiona con el Tao.

Durante el proceso de la formación de la Perla, el Tan Tien Medio experimentará 4 etapas:
1. La primera es el estado de Calor.
2. La segunda es la sensación del Gozo. 
3. La tercera es la sensación del Vacío.
4. Y la cuarta es el fenómeno de la Luz.

En la primera etapa, el Chi empieza a acumularse en el Tan Tien Medio. El Chi acumulado se va calentando con el fuego de Corazón que ha ido reposando en este centro liberando el Corazón del exceso. Por lo tanto, se puede percibir una ligera sensación de calor en el vientre en este nivel.

La sensación de Gozo experimentada en la segunda etapa es debido a la expansión del Chi hacia el centro de Corazón, despertando aun más la energía del Amor Universal. El gozo también es producido por este “renacuajo”. El desbloqueo de todos los canales facilita el flujo de Chi, mejorando el funcionamiento del sistema circulatorio y endocrino. Se produce, por lo tanto, una sensación de vigor y bienestar gracias a este estímulo de las diferentes glándulas.

Al llegar la etapa de “El Vacío”, no nos referimos que se ha vaciado el Tan Tien, eso sería una pérdida de la cosecha. El Vacío que se siente es una gran expansión como si el Tan Tien se convirtiera un espacio ilimitado. 
En esta etapa el Chi puede expandirse más allá de los límites físicos de nuestro cuerpo. Con la intención mental de expandir, el Chi interno sale por los poros y se mezcla con la energía de la naturaleza. Al inspirar, recuperamos este Chi renovado por los poros hasta reposarlo otra vez en el Tan Tien Medio. Esta exteriorización de Chi es la verdadera responsable de la sensación de Vacío. Durante este intercambio, el Chi interno es purificado y nutrido por la energía de la naturaleza. De allí la importancia de elegir el lugar de la práctica si queremos recoger una energía beneficiosa para nuestro cuerpo.
En realidad, no hay nada místico ni milagroso en este proceso. Es simplemente una transformación energética natural que permite el intercambio de nuestro Chi interno con la energía universal.

La Luz es la naturaleza de la Conciencia Universal. Es la comprensión total de nuestro ser. El Cielo, el Hombre y la Tierra están en armonía. La conciencia parcial de nuestra mente vuelve a unirse con la Conciencia Holística. Durante una práctica muy profunda, puede llegar a surgir un corto instante de despertar en el cual nos percibimos como Luz.
¿Dónde está el Ego en este momento? ¿Quién está practicando? 
Todos los conceptos intelectuales dejan de existir.

3. TAN TIEN BAJO O INFERIOR: 
El Tan Tien es también el nombre de un punto importante de acupuntura donde se almacena la energía.
Está situado hacia el interior del ombligo, entre éste y el “ming men” (la puerta de la vida, entre las vértebras lumbares L2 y L3); Si bien existen dos versiones sobre su ubicación:
- Una de ellas lo sitúa a unos tres dedos por debajo del ombligo.
- La otra lo sitúa, también a la misma distancia, pero no por debajo, sino por detrás. 

El Tan Tien corresponde también con el centro de gravedad.  
Cuando la columna está bien colocada, el centro está alineado con los pies y el punto alto de la cabeza. 
Cuando hay un exceso de curvatura lumbar, el centro de gravedad se desplaza hacia adelante, el abdomen cuelga creando problemas digestivos y sexuales.
Si estoy fuera de mi centro, estoy a merced de todo lo que suceda y lo externo me zarandea, carezco de poder y fuerza de voluntad. Además no me encuentro a gusto en ningún sitio pues siempre van a haber tensiones que me desplacen hacia otro lado. 

Otra forma de llamar al Tan Tien es “segundo cerebro” por las semejanzas que tiene el comportamiento neuronal del abdomen con el del cerebro propiamente dicho.
El cerebro abdominal opera de forma autónoma. Sus nervios pueden ser alterados por la irritación de la mucosa intestinal, una distensión excesiva del intestino y la presencia de toxinas y microbios.
Es muy conveniente utilizar el cerebro abdominal porque cuando usamos menos el cerebro de la cabeza, éste descansa, se regenera y disponemos de más energía corporal. 

Se considera que el Tan Tien inferior es el centro del cuerpo. Es el lugar donde se genera y almacena energía Chi. 
Los japoneses le llaman "ki kai tandem" y también "Hara", aquí es donde los samuráis se cortaban el vientre, el "harakiri".

Se le conoce asimismo como el "campo medicinal" y también "campo de cinabrio", pues tiene el poder sanador de la energía Chi original o energía prenatal (congénita) acumulada allí.
Es un centro de transformación y acumulación de energía.

La energía generada en este centro se usa para ayudar al cuerpo a que funcione normalmente y además potencializa sus capacidades: resistencia a las enfermedades, al frío, aumento de la fuerza y el dinamismo, calma y claridad mental y emocional.
Según la explicación taoísta, el Tan Tien es el laboratorio principal y el centro fundamental de la alquimia interior.
Cuando respiramos desde el abdomen, hinchándolo y desinflándolo como un globo, éste se comporta como una bomba que impulsa la energía por la espina dorsal y hace circular la sangre. 

La importancia del Tan Tien inferior o centro umbilical proviene de su papel en el crecimiento del embrión.
Después de la concepción el embrión comienza a dividirse inmediatamente y pronto se adhiere a la pared del útero. Crece el cordón umbilical por el que se alimenta el feto. El punto donde el cordón umbilical está unido al bebé es el ombligo. Mientras el feto se encuentra todavía en el útero materno, la energía entra al ombligo por el cordón umbilical. Luego circula por el riñón izquierdo, después por el riñón derecho, desciende hasta el centro sexual y el perineo y sube por la columna hasta la cabeza. Luego desciende por la lengua y regresa al ombligo. Este curso de circulación constituye la Orbita Microcósmica que armoniza la energía Yin y Yang del feto.
El feto se alimenta con la energía umbilical y elimina los desechos por el ombligo. Después del nacimiento, mientras el niño crece, el cuerpo sigue enviando toxinas a la zona umbilical.

El centro umbilical equilibra todas las fuerzas y es el centro de gravedad física. El cuerpo se mueve alrededor de este centro al sentarse, ponerse de pie o practicar en movimiento.

El centro umbilical, Tan Tien bajo o simplemente Tan Tien, transforma las energías del cielo, la tierra y la del plano humano en energía vital beneficiosa y fundamental para el cuerpo.
Los taoístas consideran al ombligo como el lugar donde transformar, almacenar y recibir las energías externas. En esta región no debe haber congestiones ni tensiones para que la energía pueda circular hacia dentro y hacia fuera sin dificultades.
Éste es el sitio donde se unen la esencia, la energía y el espíritu. Podría decirse también que es el sitio de unión y transformación de los planos físico, energético y espiritual.
Si hay algún problema con la energía del Tan Tien, como por ejemplo bloqueos, estancamientos o un vacío de energía, es probable que no haya energía suficiente para nutrir correctamente a los órganos y sus sistemas.

Las prácticas como zazen, que es la forma de meditación Zen, el Taichichuan o las artes marciales, hacen incapié en llevar la energía a la región umbilical, que está también relacionada con el cerebro profundo y primitivo, el que nos conecta con la naturaleza original de nuestro ser.
En la tradición budista japonesa, se la relaciona al Tan Tien con la sabiduría y la vitalidad, por eso los Budas, en figuras y estatuas, son siempre panzones.

Se recoge energía mediante las prácticas y ejercicios y se la almacena, apoyada por la respiración abdominal y profunda.

Cuidar y cultivar la energía vital es muy sencillo y agradable, es un camino de auto-conocimiento, de exploración y aprendizaje, que a veces requiere esfuerzo y siempre dedicación.
Si no cuidamos el cuerpo físico, si no exploramos y desarrollamos nuestro cuerpo de energía, si no tratamos de aprender y expandir nuestra conciencia, si no realizamos todavía que estamos vivos solo por un breve período de tiempo, entonces es como estar dormidos y soñando, y nuestra existencia tendrá la misma solidez que un sueño.
Así que, si se eliminan las trabas, obstáculos y estancamientos a este libre fluir del espíritu, de la energía y de la sangre y nos nutrimos con buen alimento, ejercicios y conocimientos y un sentimiento positivo hacia la vida, esto garantizará una buena salud, sabiduría y equilibrio.

Si la práctica está bien llevada y la energía está equilibrada, el practicante consigue sentirse muy relajado con una consciencia muy clara. Es un estado de calma en el cual se amplifican todas las percepciones sensoriales. El practicante puede sentir todo lo que está ocurriendo a su alrededor sin ser distraído. No se altera ni se sobresalta por las interferencias externas. Simplemente está sumergido en las prácticas y en la consciencia del Universo.
Sin embargo, cuando el practicante entra en un estado de borrachera mental, aunque siente igualmente una gran relajación, pero está como aturdido y cae en una sensación de flotamiento, se ha desconectado de la madre Tierra. Todos sus sentidos perceptivos están bloqueados al exterior. Pierde los sentidos de la dimensión y del espacio. Su energía está totalmente aprisionada en la cabeza sin poder intercambiarse con la energía universal. En este caso, el practicante suele “despertarse” con una sensación de pesadez en la cabeza, e incluso puede sentirse molesto por la vuelta a la realidad y necesita unos instantes para situarse otra vez en ella.
El cultivo ha de ser guiado por un maestro experimentado que haya vivido en su cuerpo los fenómenos de las diferentes etapas del proceso.
La constancia y la ecuanimidad son como dos guías que nos mantendrán siempre en el camino de la buena práctica.
Ser ecuánime es tener una actitud emocional adecuada para la práctica.
Las tensiones nerviosas afectan negativamente la práctica, por lo tanto, el practicante debe realizar los ejercicios en un estado de calma física y emocional.

En la práctica del Chi Kung, las causas que provocan esta pérdida pueden ser precisamente los enfados, los disgustos, las preocupaciones, los celos, la envidia, el orgullo y la ira, etc. Todas estas emociones negativas perturban el cultivo y causan enorme desgaste energético ¿Pero quién está totalmente libre de todas estas emociones? De allí vemos cuánta razón hay cuando todos los tratados antiguos mencionaban “muchos son los que practican, pero pocos son los que consiguen el cultivo supremo.”

Ser constante es una condición importantísima para avanzar en la práctica. Se tarda mucho tiempo para obtener un pequeño logro, sin embargo, lo puede perder en muy poco tiempo.
El sistema energético exige un cultivo constante para crecer, pero si se interrumpe esta constancia, el cultivo se marchitará y habrá que volver a sembrar de nuevo.



04 febrero 2016

TAO



Ésta es una dimensión dual, formada por el Yin y el Yang.
Es la naturaleza de este mundo; una escuela en la que es necesaria la identificación (ego) para comprender nuestro verdadero Ser, y alcanzar estados superiores de consciencia.
Todo forma parte del Plan.
Mientras exista el tiempo, habrá dualidad. Y si hay dualidad, hay identificación; de aquí surge el "yo separado".

¿La clave para dejar de vivir en la dualidad?
Simplemente vivir conscientemente en el momento presente, sin apegarse al tiempo. Y utilizar tu mente como una herramienta, pero siendo permanentemente consciente de que Tú eres lo que está más allá del pensamiento, de la identificación y del "yo".

Muchas personas cometen el error de intentar cambiar este mundo, sin ser conscientes de que éste no es el camino a la liberación.
Cuando algunos logran sus objetivos, en la otra parte del mundo surgen conflictos. 
¿Por qué? Porque todo debe estar en equilibrio.
Y así, en esta irrealidad dual, las fuerzas del Yin y el Yang se equilibran formando el Todo (Tao).

¿Cuál es el resultado de poner resistencia a lo que es?
Simplemente sufrimiento, apego y agotamiento.
Remar contracorriente conlleva un gran desgaste.
Entonces ¿cuál es la solución?
Comprender que tú no estás aquí para cambiar el mundo, sino que el mundo está aquí para cambiarte a ti.

Todo lo que venimos a hacer aquí es un aprendizaje que nos conduce a una comprensión de lo que realmente somos.
Mientras no tengamos esta visión, el mundo seguirá con su dualidad, ya que "como es adentro, es afuera".
Todo lo que estás experimentando es una proyección de tu estado de consciencia. Y como tu estado de consciencia está interconectado con el estado de consciencia colectivo, podemos decir que es una dimensión con una consciencia colectiva dual; es decir, por una parte somos Esencia y por otra parte hay identificación con este mundo holográfico (Maya o matrix).

El gran trabajo que debe hacer cada individuo en particular es un trabajo interno, que consiste en tomar consciencia de esta identificación.
Una vez nos damos cuenta de que estamos apegados a este sueño (Maya o matrix), entonces podemos empezar el sendero que nos conduce a la liberación.
Y este camino no es nada más que el desidentificarse, desapegarse del "yo separado" y permanecer como Presencia.
Una vez logrado esto, el tiempo desaparece, y con él la dualidad.

Todos los esfuerzos que hagan ustedes por cambiar el mundo o las situaciones del exterior, serán en vano a menos que empiecen a trabajar su interior; la desidentificación, el ser conscientes de que "Yo Soy aquello que está más allá de este sueño proyectado, de esta irrealidad holográfica a la que llamamos Maya".

El mundo manifestado, este mundo proyectado, solo devendrá un lugar lleno de paz, cuando desaparezca el aferramiento propio (el apego al "yo separado", a la identidad). Mientras tanto, seguiremos aquí, en esta escuela virtual y proyectada, experimentando nuestra propia dualidad. 

Camino al Despertar