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31 julio 2017

CÓMO ELIMINAR EL YO ERRÓNEO, EL EGO



Usted no necesita eliminar el «yo» erróneo ¿Cómo puede el «yo» eliminarse a sí mismo? 
Todo lo que usted necesita hacer es descubrir su origen y permanecer ahí.
Sus esfuerzos pueden extenderse solo hasta ahí. Entonces el más allá cuidará de sí mismo. Usted no puede hacer nada ahí. Ningún esfuerzo puede alcanzarlo.

El «yo» erróneo es la obstrucción. Tiene que ser eliminado a fin de que el «Yo» verdadero no pueda ser ocultado. 
El sentimiento de que "yo no he realizado" es la obstrucción a la realización. 
De hecho, usted ya está realizado y no hay nada más que realizar. De otro modo, la realización será algo nuevo. Si no ha existido hasta aquí, debe tener lugar en el futuro. Lo que nace también morirá. Si la realización no es eterna, no merece ser tenida. 
Por lo tanto, lo que nosotros buscamos no es nada que deba acontecer como nuevo. Es solo eso que es eterno pero no conocido ahora debido a las obstrucciones. Es eso lo que nosotros buscamos. Todo lo que necesitamos hacer es quitar la obstrucción (el ego). 
Eso que es eterno no es conocido así debido a la ignorancia. 
La ignorancia es la obstrucción. 
Rebase la ignorancia y todo estará bien.

La ignorancia es idéntica con el pensamiento «yo». Encuentre su fuente y se desvanecerá.
El pensamiento «yo» es como un espíritu que, aunque no es palpable, surge simultáneamente con el cuerpo, florece y desaparece con él. 
La consciencia del cuerpo es el «yo» erróneo. Abandone esta consciencia del cuerpo. Se hace buscando la fuente del «yo». 
El cuerpo no dice «yo soy», es usted quien dice, «yo soy el cuerpo». Descubra quién es este «yo». Al buscar su fuente, se desvanecerá.

La práctica espiritual consiste en retirarse dentro del Sí mismo cada vez que usted es perturbado por el pensamiento.
No es la concentración o la destrucción de la mente, sino la retirada dentro del Sí mismo.

El verdadero propósito de la auto-indagación es enfocar la mente entera en su fuente. En la pregunta “¿Quién soy «yo»?”. 
No es un caso de «yo» en busca de otro «yo», sino que implica una intensa actividad de la mente entera para mantenerla firmemente asentada en la Auto-consciencia pura.

¿Qué es la mente después de todo? Es una proyección del Sí mismo. 
Vea a quién aparece y de dónde surge. Se encontrará que el pensamiento «yo» es la causa raíz. Vaya más profundamente. El pensamiento «yo» desaparece y hay una consciencia «Yo» infinitamente expandida.

Aunque las tendencias hacia los objetos de los sentidos que han estado recurriendo a través de las edades, surgen innumerables veces, como las olas del océano, todas ellas perecerán a medida que la meditación en la propia naturaleza de uno deviene cada vez más intensa. 
Uno debe aferrarse firmemente a la auto-atención “¿Quién soy yo?”.

Mientras haya tendencias hacia los objetos de los sentidos en la mente, la indagación «¿Quién soy yo?» es necesaria.
Tan pronto como surgen los pensamientos, uno debe aniquilarlos a todos ellos por medio de la indagación en su mismo lugar de origen.
La atención debe permanecer en la naturaleza real de lo que soy.
Si uno recurre ininterrumpidamente al recuerdo de su propia naturaleza real hasta que obtiene el Sí mismo, eso sólo será suficiente.
Sólo indagar «¿Quién soy yo que está en esclavitud?» y conocer la propia naturaleza real de uno, es liberación.

Mantener siempre la mente fijada sólo en Sí mismo, es llamado «auto-indagación». 
No hay necesidad de renunciar a la vida de acción. 
Si usted medita durante una hora o dos cada día, puede entonces continuar con sus deberes. 
Si usted medita de la manera correcta, entonces la corriente de mente inducida continuará fluyendo incluso en medio de su trabajo.
La misma línea que usted tome en la meditación se expresará en sus actividades.
En la medida en que usted lo haga, encontrará que su actitud hacia las gentes, los aconteceres y los objetos, cambia gradualmente. Sus acciones tenderán a seguir a sus meditaciones por sí solas.
Un hombre debe entregar el ego personal que le ata a este mundo. Abandonar el sí mismo falso es la verdadera renuncia.

¿Cómo puedo obtener la paz?
La paz es su estado natural. Es la mente la que obstruye el estado natural. 
Si usted no experimenta paz, ello quiere decir que su indagación ha sido hecha solo en la mente. Investigue qué es la mente y ella desaparecerá. 
No hay ninguna cosa tal como la mente, aparte del pensamiento. Sin embargo, debido a la emergencia del pensamiento, usted supone algo desde lo cual emerge y usted llama a eso la mente. 
Cuando usted prueba a ver qué es, encuentra que realmente no hay ninguna cosa tal como la mente. 
Cuando la mente se ha desvanecido así, usted realiza la paz eterna.

El mundo sólo es irreal como mundo. Es decir, como entidad subsistente por si misma. Pero es real como manifestación del Absoluto.
Lo mismo que las escenas que se proyectan en la pantalla del cine son irreales en cuanto que no son vivas, pero que sin embargo son reales si son consideradas como espectáculo de sombras.
El ser que adora, la adoración y el Dios adorado, sólo tienen realidad en cuanto que son manifestaciones del Ser.

Su deber es ser y no ser esto o aquello. «Yo soy lo que yo soy» resume toda la verdad.
El método se resume en las palabras «Sea en quietud». 
¿Qué significa en quietud? Significa destrúyase a usted mismo.
Debido a que toda forma o figura es la causa de perturbación, abandone la noción «yo soy fulanito». 
Todo lo que requiere para realizar el Sí mismo es ser en quietud. 

Sólo la verdad de uno mismo merece ser escrutada y conocida. Tomándola como el blanco de la atención de uno, uno debe conocerla agudamente en el corazón. 
Este conocimiento de uno mismo será revelado solo a la consciencia que es silente, clara y libre de la actividad de la agitada y sufriente mente.
Sepa que sólo la consciencia que brilla siempre en el Corazón como el Sí mismo sin forma y que es conocida por el propio ser en quietud de uno, sin pensar en nada como existente o no-existente, es la realidad perfecta.

Conocer el Sí mismo significa ser el Sí mismo.
Aunque usted no puede ver sus propios ojos y aunque no disponga de un espejo para mirarse en él, ¿niega usted la existencia de sus ojos?
Similarmente, usted es consciente del Sí mismo aunque el Sí mismo no está objetivado.

Sea como usted es. No hay nada que vaya a descender o a devenir manifiesto. Todo lo que se necesita es perder el ego. Eso que es está siempre aquí. Incluso ahora usted es eso. Usted no es aparte de ello. El vacío (de su mente) es visto por usted. Usted está aquí para ver el vacío. 
El pensamiento, «yo no he visto nada», la expectativa de ver y el deseo de sacar algo, son todos las operaciones del ego. Usted ha caído en las redes del ego. Todo esto lo dice el ego, no usted. Sea usted mismo y nada más.
Una vez nacido, usted obtiene algo. Si usted obtiene algo, debe restituirlo después. Por lo tanto, abandone toda esta verborrea. Sea como usted es. Vea quién es usted y permanezca como el Sí mismo, libre de nacimiento, de ir, de venir y de retornar. 

La pregunta «¿Quién soy yo?» no es una invitación a analizar la mente y a llegar a conclusiones sobre su naturaleza. Ni es tampoco una fórmula mántrica. Es simplemente una herramienta que facilita redirigir la atención desde los objetos de pensamiento y percepción, al pensador y perceptor de ellos. 
La solución a la pregunta «¿Quién soy yo?» no ha de ser encontrada en o por la mente, puesto que la única respuesta real es la experiencia de la ausencia de mente.

Debido a que la auto-indagación comienza a menudo con la pregunta «¿Quién soy yo?», muchos de los seguidores tradicionales del advaita vedanta asumían que la respuesta a la pregunta era «yo soy Brahman», y ocupaban sus mentes con las repeticiones de esta solución mental. 
Ramana Maharshi criticaba este planteamiento diciendo que mientras que la mente estuviera constantemente dedicada a encontrar o a repetir soluciones a la pregunta, jamás se sumergiría dentro de su fuente y desaparecería. 
Era igualmente crítico por la misma razón que aquellos que intentaban usar «¿Quién soy yo?» como un mantra, diciendo que ambos planteamientos eludían el punto de la auto-indagación.

El objetivo de la auto-indagación es la disolución de la mente, y ésta solo puede devenir cuando dejamos de utilizarla en forma de preguntas y respuestas o mantras. Solo puede disolverse la mente cuando nuestra atención se dirige hacia Eso que Soy y se establece ahí. Es cuando la mente desaparece.

Otro error surgió de la creencia hindú de que el Sí mismo podía ser descubierto rechazando mentalmente todos los objetos de pensamiento y percepción como no-Sí mismo. Tradicionalmente esto se llama el planteamiento de neti-neti [no esto, no esto]. 
El practicante de este sistema rechaza verbalmente todos los objetos con los que el «yo» se identifica —«yo no soy la mente», «yo no soy el cuerpo», etc.— con la expectativa de que el «yo» real será experimentado en su forma pura e incontaminada. 
Esta práctica del neti-neti es una actividad intelectual que no puede llevarte más allá de la mente. El pensamiento «yo» es sostenido por tales actos de discriminación. Y el «yo» que elimina el cuerpo y la mente como «no-yo» nunca puede eliminarse a sí mismo.

Cuando la atención se posa en objetos, la mente no desaparece.
Mientras la mente siga ahí, no es posible la Realización del Sí Mismo.

La creencia de que el Sí mismo puede ser descubierto por la mente, bien sea a través de la afirmación (mantras) o de la negación (neti-neti), esta creencia de que la mente puede, por sus propias actividades, obtener el Sí mismo, es la raíz de la mayoría de los errores sobre la práctica de la auto-indagación.

La meditación en el Corazón es una manera efectiva de alcanzar el Sí mismo, pero esto no debe hacerse concentrando la atención en un punto del cuerpo físico, sino que se debe meditar en el Corazón «como él es». 
El Corazón «como él es» no es una localización, es el Sí mismo inmanente. Y uno solo puede ser consciente de su naturaleza real siéndolo. No puede ser alcanzado por la concentración.
Solo el que medita en el Corazón puede permanecer consciente cuando la mente cesa de ser activa y permanece en quietud. Mientras que aquellos que meditan sobre otros centros, no pueden ser conscientes así e infieren que la mente ha estado en quietud solo después de que torna de nuevo a la actividad.

El que elimina todos los «no-yo» no puede eliminar el «yo». 
Para decir «yo no soy esto» o «yo no soy eso» debe haber el «yo». 
Este «yo» es solo el ego o el pensamiento «yo». 
Después del surgimiento de este pensamiento «yo», surgen todos los demás pensamientos. 
El pensamiento «yo» es, por lo tanto, el pensamiento raíz. Si se arranca la raíz, todos los demás pensamientos son desraizados al mismo tiempo. Por lo tanto busque la raíz «yo», pregúntese a usted mismo «¿Quién soy yo?». Descubra su fuente, y entonces todas las demás ideas se desvanecerán y sólo permanecerá el Sí mismo puro.

Hay sólo dos modos de controlar la mente: o buscar su fuente, o entregarla para que sea destruida por el poder supremo.
La entrega es el reconocimiento de la existencia de un poder omnipotente más elevado.
Si la mente se niega a ayudar en la búsqueda de la fuente, déjela ir y espere su retorno; entonces vuélvala hacia adentro. 
Nadie lo logra sin paciente perseverancia.

El control de la respiración es solo una ayuda para profundizar dentro de uno mismo. Uno puede profundizar también controlando la mente. 
Cuando se controla la mente, la respiración es controlada automáticamente. No hay necesidad de intentar el control de la respiración, el control de la mente es suficiente.
El control de la respiración se recomienda solo a aquellos que no pueden controlar sus mentes directamente.
Un hombre más avanzado irá directo naturalmente al control de la mente sin perder su tiempo en practicar el control de la respiración.

Si uno se concentra en el sahasrara (7º chakra) no hay ninguna duda de que sobreviene el éxtasis del samadhi. Sin embargo, los vasanas, que son las tendencias mentales latentes, no son destruidos.
El yogui está por lo tanto obligado a despertar del samadhi debido a que la liberación de la esclavitud todavía no se ha cumplido. Todavía debe tratar de erradicar los vasanas inherentes en él a fin de que cesen de perturbar la paz de su samadhi.
Así, él desciende desde el sahasrara al Corazón, por lo que es llamado la jivanadi, que es solo una continuación de la sushumna.
La sushumna es así una curva: comienza en el chakra más bajo, sube a través de la espina dorsal hasta el cerebro y desde allí desciende y acaba en el Corazón.
Cuando el yogui ha alcanzado el Corazón, el samadhi deviene permanente.
Así pues, vemos que el Corazón es el centro final.

La búsqueda del Sí mismo es un método directo, superior a las otras meditaciones. 
En el momento en que usted comienza a buscar el Sí mismo y a profundizar cada vez más, el Sí mismo real está a la espera para tomarle a usted. Entonces todo lo que se hace es hecho por algo en lo que usted no tiene ninguna mano.
En este procedimiento, todas las dudas y discusiones son abandonadas automáticamente.  Lo mismo que uno que se duerme, olvida por el momento, todas sus preocupaciones.

¿Cómo puedo decir si estoy haciendo progresos con mi indagación?

El grado de la ausencia de pensamientos es la medida de su progreso hacia la Auto-realización.
Pero la Auto-realización misma no admite progreso, es siempre la misma. El Sí mismo permanece siempre en realización. Los obstáculos son los pensamientos.
El progreso se mide por el grado de eliminación de los obstáculos a la comprensión de que el Sí mismo está siempre realizado.
Así pues, los pensamientos deben ser detenidos buscando a quién surgen. De modo que vaya usted a su fuente, donde ellos no surgen.




Sri Ramana Maharshi
“Sea lo que usted es”