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10 diciembre 2015

CORTAR LAZOS ENERGÉTICOS CON PERSONAS QUE YA NO QUIERO



Los lazos energéticos son una especie de hilos o pequeños tubos de energía que se crean entre las personas y por los cuales se manda información o energía. 
Estos lazos van de chakra a chakra, uniendo todos nuestros chakras a las personas con las que nos relacionamos, y principalmente uniendo los Chakras del Corazón. 

Por ejemplo, es posible que te haya pasado que te ha venido a la mente una persona y al cabo de unos instantes, Ésta te ha llamado por teléfono. Esto es debido a los lazos energéticos. Lo que sucede aquí es que la otra persona empieza a pensar en nosotros antes de llamarnos, esta información nos llega por el lazo que tenemos con ella, la captamos de forma inconsciente, pero de algún modo sentimos que sucede algo con esa persona. Después ella nos llama.

Cuanto más tiempo hace que conocemos a una persona y más íntima es nuestra relación con ella, más fuerte es el lazo que nos une. 
Es decir, es un lazo que está muy conectado en nuestro chakra y es bastante grande, es decir, capaz de transmitir mucha información y energía. 
Si al otro extremo del lazo tenemos a una persona que nos quiere, ésta nos enviará buenos pensamientos y bonitas energías. Pero si al otro lado del lazo tenemos a una persona que nos odia, y que está todo el día pensando mal sobre nosotros, por el lazo nos llegarán estos malos pensamientos y malas energías. Tanto es así, que hasta podemos llegar ponernos enfermos.

Durante nuestra vida nos podemos encontrar en muchas circunstancias en las cuales se necesario hacer algo con nuestros lazos energéticos. Por ejemplo, si rompes con tu pareja y no habéis quedado muy amigos. O si hay alguien de tu trabajo que te envidia y quiere tu puesto de trabajo. O si tienes un vecino al que le gusta tu pareja y le encantaría quitarte de en medio. En fin, sin ser mala persona, es posible encontrarse en situaciones en la que tengamos que actuar y hacer algo con nuestros lazos energéticos. Tenemos dos opciones:

1. Poner un filtro: Esta opción consiste en crear un filtro energético y ponerlo en el lazo, programándolo para que filtre todos los pensamientos negativos y energías de baja vibración que nos puedan llegar. De este modo ya no nos afectará la energía negativa que nos manda el compañero de trabajo al que vemos todos los días.

2. Cortar lazos: Esta opción consiste en cortar el lazo que nos une con esa persona. Esta opción supone cortar las relaciones, y esto hará que nos distanciemos de esa persona, incluso que no la volvamos a ver. Por ejemplo en el caso que tengamos una ruptura de pareja, y terminemos muy mal con esa persona y no la queramos volver a ver, esta opción nos puede ayudar en ello.

¿CÓMO PONER UN FILTRO?

Siéntate cómodamente en tu postura habitual de meditación. Haz unos instantes de respiración consciente, relájate y serena tu mente. 
Cuando estés tranquilo y apaciguado, visualiza tu Canal Central y realiza la conexión Cielo-Tierra. 
Imagina como al inspirar te va llegando energía del Cielo y de la Tierra a tu Chakra del Corazón. Tu Chakra se va llenando de energía y una vez está lleno empieza a expandir energía hacia todo el cuerpo. 
Sigue inspirando y absorbiendo energía hasta que estés completamente luminoso.
Cuando llegues a este punto, imagina como la luz atraviesa las barreras de tu piel y tu aura se empieza a llenar de luz.
Una vez tu aura esté completamente luminosa, empieza a tomar contacto con la persona a la cual le vas a poner un filtro. Recuerda que en el fondo esa persona es un Ser de Luz maravilloso, y lo que te está haciendo ahora forma parte de su evolución y no es nada personal contigo. Perdónalo por sus acciones, pero no dejes que Éstas te perjudiquen. 
Visualiza tus Chakras, y los Chakras de la otra persona. Visualiza los lazos entre los Chakras, siente la conexión que hay entre esa persona y tú.
Ahora, aproximadamente a mitad de camino entre tú y esa persona, crea un filtro energético de un metro de espesor y sitúalo en el lazo. 
Mentalmente haz una afirmación positiva del tipo: “este filtro energético filtrará las energías de baja vibración y no las dejará pasar, pero sí dejará que pasen las energías de alta vibración”. 
Para reforzar más el filtro energético podemos hacer uso de los símbolos de Reiki, en especial el Cho-Ku-Rei, pero también si lo sentimos de otros. También es preferible que el filtro sea de color violeta. 
Repite esta operación entre los lazos que se crean entre los Chakras 2º, 3º, 4º, 5º y 6º. Con un especial inciso en el Chakra del Corazón.

Es posible que tengas que repetir más veces esta meditación, o que de vez en cuando tengas que renovar los filtros. Si tienes a alguien que te está mandando mucha carga negativa sería conveniente incluso hacerlo a diario. Los efectos de esta meditación se empiezan a notar al cabo de pocos días.

¿CÓMO CORTAR LAZOS?

Siéntate cómodamente en tu postura habitual de meditación. Haz unos instantes de respiración consciente, relájate y serena tu mente. Cuando estés tranquilo y apaciguado, visualiza tu Canal Central y realiza la conexión Cielo-Tierra. Imagina como al inspirar te va llegando energía del Cielo y de la Tierra a tu Chakra del Corazón.
Tu Chakra se va llenando de energía y una vez está lleno empieza a expandir energía hacia todo el cuerpo. Sigue inspirando y absorbiendo energía hasta que estés completamente luminoso. Cuando llegues a este punto imagina como la luz atraviesa las barreras de tu piel y tu aura se empieza a llenar de luz.
Una vez tu aura esté completamente luminosa, empieza a tomar contacto con la persona con la que vas a romper lazos. Recuerda que en el fondo esa persona es un Ser de Luz maravilloso, y lo que te está haciendo ahora forma parte de su evolución y no es nada personal contigo.
Perdónalo por sus acciones, pero no dejes que estas te perjudiquen. Visualiza tus Chakras, y los Chakras de la otra persona. Visualiza los lazos entre los Chakras, siente la conexión que hay entre esa persona y tú.
Ahora, imagina unas tijeras energéticas y ve cortando los lazos con esa persona. Hazlo de uno en uno y cada vez que hagas un corte añade una pequeña afirmación positiva del estilo: “corto este lazo con (nombre de la persona)”. 
Repite esta operación entre los lazos que se crean entre los Chakras 2º, 3º, 4º, 5º y 6º. Con un especial inciso en el Chakra del Corazón.

Cuando cortamos un lazo energético sucede que se produce un pequeño desgarro en el aura, tanto en la nuestra como en la de la persona con la que rompemos el lazo. Por eso en necesario que después de cortar lazos hagamos un poco de Reiki a la otra persona para reparar su aura, y también que nos hagamos Reiki a nosotros para reparar la nuestra.

Es necesario que después de cortar lazos con una persona demos la siguiente orden: “no te permito que vuelvas a engancharte a mí”. De este modo a la otra persona no le será posible volver a crear y reconectar los lazos contigo. 
Una vez hecho esto, despídete de esa persona deseándole lo mejor en su camino.
Es posible que tengas que repetir más veces esta meditación, sobre todo si los lazos que te unen a esa persona son muy fuertes. 
Los efectos de esta meditación se empiezan a notar al cabo de pocos días.

IMPORTANTE:

Tanto cuando ponemos filtros a nuestros lazos como cuando los cortamos, nos tenemos que asegurar que por nuestra parte no queda ninguna negatividad hacia esa persona. Que realmente la hemos perdonado y deseamos continuar nuestro camino sin que esto nos afecte más.

Ya que el perdón nos libera a nosotros, deshace los nudos que hayamos podido crear en nuestro Chakra del Corazón. Por mucho que pongamos filtros o cortemos lazos con una persona, si yo no he sanado mi parte de la relación seguiré sufriendo y enganchado a esa situación o persona. La liberación del sufrimiento siempre empieza en nosotros.

Ahora que tienes esta información es necesario que hagas buen uso de ella. Es decir, no empieces ahora a poner filtros y a romper lazo a diestro y siniestro. Utiliza estas técnicas solo con esas personas a las que realmente creas que es necesario tomar este tipo de medidas.

Vivir puede significar sufrir durante un tiempo, equivocarse, sentir. Si nos protegemos excesivamente de las personas y las situaciones vamos a acabar aislados del mundo y esto no es vida. Aislarnos del mundo no nos va ayudar en nuestra evolución.

08 diciembre 2015

LA COMPRENSIÓN DE MÍ MISMO ES LA LIBERACIÓN



Todo lo que existe es "Yo Soy", Consciencia Divina, Uno.
A partir de Mí Mismo, surge la mente y con ella la creación de la dimensión de las formas.
Cuando Yo Consciencia Una, me modulo a Mí Misma para crear el sueño de la ilusión, devengo como múltiples yoes separados.
Mientras hay mente y creación ilusoria, hay experimentación, percepción de este sueño a través de mi cuerpo físico-mental-emocional.
En la misma experimentación, soy consciente de Mí Mismo, pero en el momento en que surge el apego (identificación con el cuerpo-mente), surge el yo separado o ego. Es entonces, a partir de este apego al "yo personal" que Yo Consciencia Una me olvido de Mí Misma, deviniendo la inconsciencia.

Al haber apego al "yo separado" (yo personal, o yo como cuerpo-mente), surgen las emociones y con ellas el sufrimiento. Por tanto, es de sentido común que el mismo "yo separado" (ego) desee liberarse de tal sufrimiento y tal apego.
A partir de aquí, es cuando el "yo separado" emprende la búsqueda espiritual hacia la liberación.
¿Liberación de qué? 
El "yo separado", que es un sentido de identificación con el cuerpo-mente-emociones (ego), busca liberarse de sí mismo, de la misma identificación.

La liberación solo puede producirse cuando el mismo "yo separado" (ego) comprende que es una ilusión, una creación mental con el fin de experimentar ésta. A esto se le llama el Lila de Dios; un juego en el que la misma Consciencia Una crea a través de la mente para experimentarse a sí misma.
Todo lo que existe es una modulación de la misma Consciencia Una.
Todo lo que existe es tan solo Consciencia, adoptando múltiples formas físicas-mentales individuales para experimentarse unas con las otras. 
Con esta comprensión ¿qué más buscar? ¿a dónde más ir?
¿Quién es el que está consciente de cada experiencia?

La liberación tan solo es la comprensión de que solo existes Tú, Consciencia Una, experimentándote a Tí Misma a través de la creación ilusoria de múltiples "yoes separados" relacionándose entre sí.
Una vez comprendes esto, comprendes que no tiene sentido alguno causar sufrimiento ajeno, ya sea a otras personas, animales o naturaleza, ya que Tú Mismo eres Toda la existencia. El daño que puedas causar a otros, como "yo separado", te lo estás causando a ti mismo (Consciencia Una).

A partir de esta comprensión, es de sentido común comprender que cuando la Consciencia Una empieza a recordarse a Sí Misma como Unidad, Totalidad, cuando hay un Despertar del sueño de la ilusión de la multiplicidad, el mundo de las formas empieza a transformarse en un mundo consciente e iluminado, pues todo lo que existe a nuestro alrededor, es una proyección mental e ilusoria, con la finalidad de Despertarme a Mí Mismo como Consciencia Una, de mi propio sueño.
Y cuando Yo Soy Despierto, mi creación deviene una proyección Despierta y Consciente, y, por tanto, todo lo que no es Despierto y Consciente, desaparece...

Camino al Despertar

18 noviembre 2015

LA GUERRA SUTIL ENTRE EL BIEN Y EL MAL



A partir del año 1999, la lucha entre el bien y el mal se ha ido intensificando en las regiones sutiles. 
Deidades y Santos han estado librando esta batalla contra fuerzas muy poderosas del mal como brujos sutiles del mundo sutil. 
Esta lucha por parte de las fuerzas del bien ocurre totalmente en lo sutil y tiene lugar a “nivel del poder existente”, el cual se puede comprender a través de la analogía del Sol. 
Cada día, cuando sale el Sol, las flores se abren. El Sol no pide a las flores que se abran o hace que las flores florezcan, puesto que esto sucede automáticamente por su presencia. 
Del mismo modo, por Su propia existencia, los Santos y Deidades omniscientes, omnipresentes y omnipotentes, libran la batalla a través de su conciencia Divina que se transmite de forma continua.

Los aspirantes de Dios que hacen práctica espiritual por el bien de la sociedad, participan en esta batalla con su poca fuerza. Cuando promueven la conciencia sobre la Espiritualidad en la sociedad (como parte de su práctica espiritual) son atacados por energías negativas de la dimensión espiritual. 
Los aspirantes son capaces de soportar estos ataques mediante el uso de métodos de sanación espiritual, a través del poder espiritual adquirido por la práctica espiritual, y por las bendiciones y la gracia de Dios que es lo más importante. 
Las fuerzas del mal en el mundo sutil también poseen energía y se la proporcionan a los elementos antisociales en el plano de la Tierra, como se muestra en el siguiente diagrama. 
Esto resulta en aquello que vemos en las noticias de televisión, que muestran un mundo cada vez más caótico por la falta de moralidad, el comportamiento demencial, el terrorismo rampante, y las refriegas y guerras.



Como la mayoría de la gente no comprende la causa o perspectiva espiritual por detrás de los tiempos caóticos actuales, trata de enfrentar la situación a través de medios físicos, tales como librar una guerra contra el terrorismo, o a nivel psicológico organizando convenciones, cumbres, etc. Sin embargo, esta no es la solución ya que todos los elementos antisociales reciben su poder de las fuerzas sutiles del mal quienes los manejan como títeres. 
Esto hace imposible eliminarlos por medios físicos o psicológicos, puesto que si incluso el peor de los elementos antisociales en el plano de la Tierra fuera eliminado, las energías negativas de alto nivel simplemente poseerían a otro antisocial dándole su poder espiritual. 
Este poder espiritual es mucho más poderoso que cualquier poder físico.

EL ESTADO EN EL QUE ESTÁ EL MUNDO ACTUALMENTE, SÓLO PUEDE SER REMEDIADO SI SE VENCE AL MAL EN EL MUNDO SUTIL.

Ésta es la razón por la cual en los años 1999-2012, Deidades y Santos lucharon con su fuerza espiritual en una batalla sutil contra brujos sutiles de alto nivel de las regiones más profundas del Infierno.

La lucha sutil estuvo en su punto máximo en 2012 y poco a poco comenzará a disminuir en los años siguientes a medida que las fuerzas sutiles del bien opriman a las fuerzas sutiles del mal. 
Los elementos antisociales que inicialmente obtuvieron su energía de brujos del mundo sutil, ya no tendrán acceso a esa energía espiritual. 
Como resultado, los elementos antisociales de la Tierra y la gente que está poseída y afectada, reducirán y serán vencidos. 
A ESTO SEGUIRÁ UNA GUERRA FÍSICA QUE AFECTARÁ A TODO EL PLANETA, PERO QUE ES NECESARIA PARA ELIMINAR DE LA FAZ DE LA TIERRA A TODOS LOS MALHECHORES Y ELEMENTOS ANTISOCIALES.
En la gran batalla física que sobrevendrá en los próximos años (y que ya estamos presenciando), junto con un aumento de los desastres naturales, la población mundial disminuirá considerablemente. 
Esta guerra física será diferente a cualquier otra que se haya visto y toda la humanidad se verá afectada. 
Las personas con un nivel espiritual por debajo de 30% tendrán más probabilidad de verse afectadas negativamente. 
Aquellos que practican el mal serán aniquilados ya que estarán luchando a favor del mal. 

Quienes no estén ni del lado del mal ni del bien, sufrirán en el fuego cruzado.

EL 2023 ES EL INICIO DEL REINO DIVINO.
El tiempo comprendido entre los años 1999 – 2023 representa un período final entre dos eras, a medida que pasamos de una edad oscura a una que será mejor a nivel espiritual. 
Durante este período de 23 años, cualquier práctica espiritual que una persona realice según los 6 principios básicos de la espiritualidad (ver este enlace: http://www.spiritualresearchfoundation.org/…/principios-bas…) la beneficiará inmensamente. 

Esto se debe a que Dios les da a los aspirantes espirituales la gracia del progreso espiritual cuando hacen práctica espiritual incluso en tiempos adversos.

Después de la lucha entre el bien y el mal, cuando las fuerzas demoníacas sutiles hayan sido totalmente sometidas, dejarán de luchar y se irán para hacer práctica espiritual rigurosa y recuperar la fuerza espiritual que les permita volver a tratar de luchar por la supremacía en el universo. 
Asimismo, como resultado de la derrota de las fuerzas demoníacas, vendrá un período en el que predominará el Reino Divino en la Tierra y en todas las regiones por encima de la Región de las Tinieblas. 

Comenzará primero en todas las regiones sutiles por encima de la Tierra y luego proseguirá en la Tierra.

Estamos en un momento decisivo en la historia de la humanidad. 
Después de la lucha física, habrá un período de prueba y error mientras el mundo se adapta a la nueva situación mundial y se organiza. 
Durante este tiempo, el potencial para llevar adelante el Reino Divino estará en las personas que sobrevivan. 
Esto continuará hasta el año 2023. 
Después de este período de cambio, la humanidad experimentará casi mil años de paz. 

En la nueva era, se renovará el despertar espiritual y el florecimiento de disciplinas como la ciencia del Āyurvēda, hasta ahora no aceptada por el mundo moderno como ciencia dominante.

Resumiendo: Para los aspirantes espirituales de Dios (el Ser) que desean crecer espiritualmente, estos 23 años representan una oportunidad única para el crecimiento espiritual. Cada esfuerzo que se haga para realizar a Dios (el Ser) en estos años tendrá un efecto multiplicador.

Los malhechores y los elementos antisociales en la Tierra, se convierten en marionetas en manos de las energías negativas sutiles. Es por eso que para reducir la fuerza de las energías negativas, todos los aspirantes deben aumentar la práctica espiritual mediante el rezo, la meditación y la devoción a Dios. Ayudar en la difusión de la Espiritualidad haciendo al mismo tiempo esfuerzos para reducir el ego y los defectos de personalidad, da como resultado un crecimiento espiritual rápido.

Fuente: http://www.spiritualresearchfoundation.org/es/el-bien-y-el-mal-lucha
Ver también "La Tercera Guerra Mundial y el Armagedón": http://www.spiritualresearchfoundation.org/es/tercera-guerra-mundial-predicciones?gclid=CPu5qOjPmMkCFSoEwwodfWYBaQ 

04 noviembre 2015

APRENDIENDO A VIVIR EN EL SER



Lo primero que debes comprender es qué significa la consciencia. 
Vas andando, eres consciente de muchas cosas: de las tiendas, de la gente que pasa a tu lado, del tráfico, de todo. Eres consciente de muchas cosas, pero eres inconsciente solo de una cosa; y esa cosa eres tú.
Vas andando por la calle, eres consciente de muchas cosas, y no eres consciente de ti mismo.
Constantemente, estés donde estés, recuérdate a ti mismo; de la presencia Yo Soy.

Hagas lo que hagas, por dentro debes seguir haciendo una cosa continuamente: ser consciente de que tú lo estás haciendo.
Si estás comiendo, sé consciente de ti mismo. Si estás andando, sé consciente de ti mismo. Si estás escuchando, si estás hablando, sé consciente de ti mismo. Cuando estés irritado, sé consciente de que estás irritado. En el momento mismo en que aparezca la ira, sé consciente de que estás irritado.
Este constante acordarse de uno mismo, crea en ti una energía muy sutil, un verdadero centro.
Normalmente, no hay verdadero centro, solo una floja combinación de muchas cosas sin ningún centro.

La consciencia, ser consciente de ti mismo, es lo que te convierte en jefe, en presencia.
Hagas lo que hagas, y aunque no hagas nada, una cosa debe estar constantemente en tu consciencia: que tú eres.
Esta simple sensación de ser uno mismo, de que uno es, crea un centro, un centro de quietud, un centro de silencio, un centro de dominio interior. Es una potencia interior.
Por eso los budas hablan del «fuego de la consciencia». Es un fuego.
Si empiezas a hacerte consciente, empiezas a sentir en ti una nueva energía, un nuevo fuego, una nueva vida. Y gracias a esta nueva vida, nuevo poder, nueva energía, muchas cosas que te estaban dominando se disuelven. Ya no tienes que luchar con ellas.
En cuanto empiezas a ser más fuerte por dentro, con una sensación de presencia interior, cuando sientes que eres, tus energías se van concentrando, cristalizan en un punto único, en el Yo Soy.

Hagas lo que hagas, hazlo recordándote a ti mismo como presencia Yo Soy. 
Para ello, debes profundizar en ti mismo; ir a las profundidades… Estando consciente y alerta. De lo contrario, permanecerás en la superficie, distraído, y olvidado de ti mismo como presencia consciente.
Cuando eres consciente de ti mismo, no hay identificación; el falso yo, el yo separado o también llamado ego, se disuelve, desaparece… Y al desaparecer la identificación con tu cuerpo físico-mental-emocional, lo único que queda es presencia, espacio, quietud, paz, un sentido de estar siendo. Y esto es liberación.

Este centro se crea estando continuamente consciente, constantemente consciente.
Sé consciente de lo que estás haciendo; de que estás sentado, de que te vas a dormir, de que te está llegando el sueño, de que estás cayendo. Intenta ser consciente en todo momento, y entonces empezarás a sentir que en tu interior nace un centro.

Frecuentemente, no estamos centrados. A veces nos sentimos centrados, pero son momentos en los que una situación nos hace conscientes.
Si de pronto se produce una situación muy peligrosa, empezarás a sentir un centro dentro de ti; porque cuando estás en peligro, te vuelves consciente.
Si alguien va a matarte, en ese momento no puedes pensar; en ese momento no puedes seguir inconsciente; toda tu energía está centrada, y ese momento se vuelve sólido. No puedes moverte hacia el pasado, no puedes moverte hacia el futuro, toda tu atención está en este momento, el presente, aquí y ahora. Estás completamente alerta, atento. Este momento concreto se convierte en todo. Y entonces, no solo eres consciente del asesino, sino que te haces consciente de ti mismo, el que va a ser asesinado. En ese sutil momento empiezas a sentir un centro en tu interior.

Vas conduciendo un coche, cada vez a más velocidad, hasta que la velocidad se convierte en peligrosa. Entonces no puedes pensar; los pensamientos cesan. Entonces no puedes soñar. Entonces no puedes imaginar. Entonces el presente se vuelve sólido. En ese momento peligroso, cuando la muerte es posible a cada instante, te haces súbitamente consciente de un centro en tu interior.

Así pues, procura estar consciente en toda actividad normal. Inténtalo cuando estés sentado en tu butaca: sé consciente del que está sentado. No solo de la butaca, no solo de la habitación, y de la atmósfera que te rodea. Sé consciente del que está sentado. Cierra los ojos y siéntete; profundiza y siente tu propia presencia Yo Soy.

Cuanto más inconsciente estés, más alejado estás de ti mismo. Cuanto más consciente, más te acercas a ti.
Si la conciencia es total, estás en el centro. Si hay menos conciencia, estás cerca de la periferia, en la superficie. Cuando estás inconsciente, estás en la periferia, donde el centro está completamente olvidado.

Puedes moverte hacia la periferia, y entonces te mueves hacia la inconsciencia.
Te sientas a ver una película, te sientas en alguna parte a escuchar música, y te olvidas de ti mismo. Entonces estás en la periferia.
Leyendo un libro, te puedes olvidar de ti mismo; entonces estás en la periferia, en la superficie, navegando y sumergido en tus propios pensamientos y emociones.
Hagas lo que hagas, si puedes recordarte a ti mismo, estás más cerca del centro. Y un buen día, de pronto, te encuentras centrado. Entonces tienes energía. Esa energía es el fuego. Toda la vida, toda la existencia, es energía, es fuego.

Es un trabajo constante, largo y dificultoso; y se hace difícil mantenerse consciente aunque solo sea un momento; la mente está parpadeando constantemente. Pero no es imposible. 
Es arduo, difícil, pero no es imposible. Es posible, es posible para todos. Solo se necesita esfuerzo, constancia y atención. No hay que dejar sin tocar nada del interior. Toda atención debe ser puesta a la consciencia, al estado de presencia, al Yo Soy; solo entonces descubrirás la llama interior. Está ahí, siempre está ahí.

Esfuérzate por mucho que fracases. Fracasarás una y otra vez.
Pero hasta los fracasos te servirán de ayuda.
Cuando dejas de ser consciente, aunque haya sido un momento, sientes por primera vez lo inconsciente que estás.

Vas andando por la calle y no puedes dar más que unos cuantos pasos sin volver a la inconsciencia. Una y otra vez, te olvidas de ti mismo. Te pones a leer un cartel y te olvidas de ti mismo. Pasa alguien, lo miras y te olvidas de ti mismo. Te distraes y dejas de permanecer consciente de ti mismo.


Eugen Herrigel estaba aprendiendo con un maestro zen.
Estuvo tres años aprendiendo tiro con arco y el maestro siempre le decía: «Bien. lo que haces está bien hecho, pero no es suficiente».

Herrigel se convirtió en un maestro arquero. Su puntería llegó a ser perfecta al cien por cien, y el maestro seguía diciéndole: «Lo haces bien, pero no es suficiente».

-¡Con una puntería cien por cien perfecta! -decía Herrigel-. Pero ¿qué esperas de mí? ¿Cómo puedo mejorar más? Con una puntería cien por cien perfecta, ¿cómo puedes esperar más?

El maestro zen le respondió:
-A mí no me interesa tu pericia con el arco ni tu puntería. Me interesas tú. Te has convertido en un técnico perfecto, pero cuando tu flecha sale del arco, no eres consciente de Ti mismo, así que no sirve de nada. No me interesa si la flecha da en el blanco. ¡Me interesas tú! Cuando la flecha sale disparada del arco, también por dentro debe dispararse tu consciencia. Aunque no acertaras en el blanco, no tendría importancia, pero donde no debes fallar es en el blanco interior, y en ese estás fallando. Te has convertido en un técnico perfecto, pero eres un imitador.

Con el tiempo, Herrigel se desanimó y un día dijo:
-Lo dejo. Me parece imposible. ¡Es imposible! Cuando apuntas a un blanco, tu consciencia va al blanco, al objeto, y si quieres ser un buen arquero, tienes que olvidarte de ti mismo, recordar solo el objetivo, el blanco, y olvidarte de todo. Solo debe existir el blanco.

Pero el maestro zen le forzaba continuamente a crear otro blanco en su interior. La flecha debe ser una flecha doble: que apunte hacia el blanco exterior y apunte continuamente al blanco interior... al Yo (el Ser, la Presencia, el Yo Soy).

Herrigel dijo:
-Me marcho. Me parece imposible. No puedo cumplir tus condiciones.

El día de su partida, Herrigel estaba sentado. Había ido a despedirse del maestro, y el maestro estaba apuntando a otro blanco. Había otro aprendiz, y por primera vez Herrigel no estaba implicado; solo había ido a despedirse y esperaba sentado.
En cuanto el maestro terminara su lección, él se despediría y se marcharía. Por primera vez no estaba implicado.
Pero entonces, de pronto, se hizo consciente del maestro y de la consciencia de doble flecha del maestro.
El maestro estaba apuntando. Durante tres años, Herrigel había estado continuamente con el mismo maestro, pero estaba más interesado en sus propios esfuerzos.
No había visto nunca a este hombre, lo que estaba haciendo. Por primera vez vio y comprendió... y de pronto, espontáneamente, sin esfuerzo, se acercó al maestro, le quitó el arco de las manos, apuntó al blanco y disparó la flecha. Y el maestro dijo:
-¡Muy bien! por primera vez lo has hecho. Estoy contento.


¿Qué había hecho?
Por primera vez se había centrado en Sí mismo.
El blanco estaba allí, pero también Él estaba allí, presente.

Así pues, hagas lo que hagas, cualquier cosa, es necesario que tires con arco.
Hagas lo que hagas, aunque sea estar sentado, sé dos flechas. Recuerda lo que está pasando fuera y recuerda también quién está dentro.



Enseñanzas extraídas de Osho, 
del libro “Conciencia. La clave para vivir en equilibrio”. 

30 octubre 2015

EL DESPERTAR



Es en ese desierto de tu soledad del "yo" cuando dejas de comer tanto conocimiento indigesto y tóxico y te purificas mentalmente.
Te preguntas si tú eres el pensamiento, si tú eres quien por dentro hace las preguntas y si es así, entonces quién es el que escucha.

Ves que esto no es más que un juego, una ilusión.
Te descubres a ti mismo, te hallas interiormente y descubres que en realidad eres otro sin el "yo" que tanto cacarea en tu pensamiento.

Te sientes que eres otro cuando te observas más allá del pensamiento. Hallas un Yo más elevado, sabio, que habla en el silencio del desierto, como el rumor del viento. Entonces te aparece un tentador, que no es otro que tu "yo" mental que te ofrece nuevamente los caminos del poder, de la codicia, de la pasión, de la vanidad y del deseo.
Pero tú lo ves claramente y descubres que hace mucho tiempo, un poco después de que aprendiste a hablar cuando eras niño, fuiste desplazado de tu cuerpo por este demonio. Fuiste invadido por este parásito llamado pensamiento egoico. Entonces le haces callar y le expulsas de tu vida.
Vuelves a ser tú y te das cuenta que eres sabio, bondadoso, humilde, honesto, amoroso y que todas esas cualidades siempre han estado ahí, dormidas aún por varias encarnaciones. Y al ver la Luz interior que nuevamente brilla, cuando se ha corrido el velo de la ilusión y la oscuridad, regresas del desierto y hallas un camino estrecho, casi oculto, poco transitado, con un letrero modesto y bien disimulado que dice: “camino del discipulado”.
Sientes cierto temor y a la vez una leve vanidad provenientes de tu viejo "yo" que aún se asoma a las vecindades de tu aura, pero no te acobardas ni te dejas ensalzar. Te moderas, le reprendes y avanzas.
No bien das unos pocos pasos, apartando la maleza de tus emociones, ves el maravilloso resplandor de un discípulo de un verdadero Maestro que te ha estado esperando pacientemente desde hace varios años cuando por vez primera vio brillar en ti ese mágico punto de luz en el corazón.
Tú, caminante, te preguntas entonces si es en verdad un enviado del Maestro o no es más que algún espejismo del desierto.


Este amigo no te ofrece nada que sea fácil de alcanzar. No te pide ningún requisito externo. Nada de dietas especiales, nada de abluciones ni de trajes. Tan solo te muestra un espejo y te pregunta a quién ves.
- Soy yo el que se ve reflejado allí.
- Ese que ves allí no es más que un espejismo. No eres tú. Es lo que crees que eres o lo que te han dicho que eres.

- En el desierto descubrí que soy en verdad un Yo Superior pero ese no se ve en el espejo.
- Has de caminar con este espejo largo tiempo y trabajar en tu mundo interno hasta que veas quién eres.
- ¿Y cómo podré hacer eso?. Mis ojos siempre verán la cáscara externa y esa será la que se refleja.
- Entonces no mires con tus ojos ordinarios. Aprende a mirar con tu ojo interno y mírate en el espejo de tu alma.

- ¿Y cómo haré esto?
- Medita largo tiempo, sé auténtico, honesto, transparente, escucha en el silencio de tu ser. La luz espiritual que hay en ti es tu verdadero Sendero hacia lo eterno, hacia la paz que tanto anhela tu corazón. Síguela. Es el único Maestro que debes buscar.
- ¿No me llevarás tú al Maestro? Tú le conoces!
- Sí que le conozco, pero nadie puede llevarte al Maestro. Tal vez pueda indicarte algunas pautas para que por este camino te halles a ti mismo. Si lo haces estarás a los pies del Maestro. Es él quien te hallará.


Tú, caminante, sigues al discípulo pero ves que el camino es pedregoso, angosto, en medio de trampas y desfiladeros y siempre cuesta arriba. Te asaltan dudas y temores.
- No es fácil el camino
- Nadie dijo que era fácil! El Maestro vendrá a ti cuando hayas recorrido más de la mitad del Sendero hacia la cima. Nunca viene más abajo! Siempre vive en las alturas.

- ¿Podré salvar tantos escollos? ¿No hay un camino más seguro? ¿Tal vez algún atajo secreto?
- Todos los atajos te llevan al desfiladero. Camina paso a paso si no tienes luz. No camines jamás en la oscuridad. La única luz que te puede guiar es tu luz interior.

- Solo la he visto en el desierto, pero ahora que he vuelto a recorrer caminos la he perdido.
- Entonces detente y búscala. No camines en la oscuridad. Allí nadie te guía y hasta tu propia sombra te es ajena. Esfuérzate en romper la oscuridad de tu pensamiento. Ve más allá. Adéntrate en los senderos internos de tu alma, ausculta tu corazón más allá de todo vano sentimiento. Ahí está. Ahí ha estado siempre!
- Guíame tú. Muéstrame tu luz.

- Si tu ojo interno no está abierto, solo verás vagos reflejos. Solo si hallas tu luz verás mi luz. Es la misma! Pero solo puedes verla con tu ojo interno iluminado.
- ¿Y si intento simplemente imitarte?
- Dejarás de ser tú y te convertirás en un reflejo. Te perderás en un "yo" que no conoces. No te busques en mí, no soy más que un espejismo que se desvanece como una nube en el cielo. Mi "yo" muere diariamente. Sigue solo a tu luz. Medita para hallarla y si es necesario ¡regresa al desierto!
- Entonces ¿para qué estás aquí?

- Para mostrarte el espejo! Para decirte que si no matas al dragón de tu ego y a todos los demonios de tu mente, te tirarán al desfiladero. Para decirte cuáles son los demonios de tu ego. Yo solo soy el portero del camino y un guardián que te advierte que en el sendero del discipulado el ego no está invitado. Si intentas caminar con él terminarás de seguro en el abismo. Más te valdría haber seguido por los viejos caminos, esos que implican grandes sufrimientos generados por la ilusión y la ignorancia y que terminan en los pantanos de la muerte y te llevan a despertar en otra vida para volver a iniciar el recorrido, porque finalmente el sufrimiento es una fuerza que corroe la coraza de tu ego y permite que después de largas edades la luz aflore.
- Pero ya estoy hastiado de los senderos de la muerte.
- Entonces enfréntate al dragón y vive. Sal de la ilusión de tu ordinario pensamiento. Ve más allá de tus sentidos. Los demonios crean en tu mente maravillosas fantasías con los que ellos perciben. Jamás verás la realidad con ellos. Fueron hechos para percibir solo en el mundo físico y es lo único que verás con ellos.

Tú caminante sigues fielmente las instrucciones del discípulo. De vez en cuando éste te hallaba en algún recodo del camino y te traía algún bálsamo para tu alma. Una que otra vez te advirtió de algún inminente peligro. Cada cierto tiempo te volvía a mostrar el espejo y preguntaba a quien veías. Una y otra vez te mirabas en el espejo y cada vez veías más borroso el reflejo de tu "yo". 

Un día lejano, después de haber recorrido el camino con atención, con total concentración para no caer en una trampa, con gran discernimiento para decidir en cada bifurcación, siguiendo a la luz de tu alma que cada vez iluminaba más tu ojo interno, meditando a veces largas horas para hallar el rastro de la divinidad interior que te revelaría el misterio del sendero, apareció el discípulo con el espejo del "yo".
- ¿A quién ves?
- Solo veo luz. No hay reflejo, no hay imagen, no hay espejo. Solo veo un destello de mi propia alma y veo que mi luz se confunde con tu luz. 


Entonces se oyó una voz como el rumor de muchas aguas. Era la voz del Maestro:- Bienvenido al camino del discipulado. Aquí es donde comienza tu entrenamiento para llegar a la cima. Yo te acompañaré de vez en cuando y alumbraré el camino con mi lámpara para que tu pie no tropiece, pero mi espíritu siempre estará contigo porque has logrado vencer a tus demonios internos y ha muerto tu ego. Mereces ahora el ser admitido en el templo de los que se capacitan para ser iluminados. Yo solo seré una luz en el camino. Tú deberás hallarlo solo, hasta que tu luz interior se confunda con la mía. Entonces recorrerás los senderos de los Grandes Iniciados y llegarás a la puerta de la iluminación para fundirte con el Todo. Allí, antes de entrar, morirá también tu Yo superior y te sentirás como un cristal que se disuelve en el océano de la Divinidad y al disolverte sabrás que siempre fuiste el océano.

Fuente desconocida, 
extraído de Alipur Karim.

28 octubre 2015

LA CREACIÓN DE LA EXISTENCIA



Al comienzo de un Universo, el Ser Absoluto, el Uno sin segundo, genera dentro de sí un remolino de ausencia de auto-consciencia o Ignorancia Fundamental, un velo que le oculta de sí mismo. 
Ese vacío cósmico o poder ilusionante, conocido como el Velo de Maya en algunas cosmologías, posee el poder de velar la Realidad Fundamental y el de proyectar una Ilusoriedad. 
Requiere el Absoluto de hacer esto para generar el juego de la Creación.

Bajo este manto de la ilusión de Maya, se crean diferentes envolturas y proyecciones que se convierten en Planos cósmicos y Divinidades. 
El Ser Absoluto, no dual, sin tiempo ni espacio, envuelto en el velo de Maya, al asociarse al poder de ilusión que vela la Realidad Fundamental, genera al Ser manifestado o Ser Supremo (Ishvara), la fuente de toda manifestación.
Este proceso de creación de un universo es llamado Gran día de Manifestación o Mahamanvantara y es seguido de un proceso inverso de disolución llamado Gran Noche Cósmica o Mahapralaya. 
Este ir y venir de los universos en un proceso continuo es llamado Respiración Cósmica. 
Durante la Exhalación, crea el Universo. Y durante la Inhalación se disuelve. 
Este flujo cósmico genera el nacimiento de las Divinidades que rigen el inteligente y ordenado proceso de la Creación.

El universo dual es una proyección ocurrida en la Mente Cósmica (Mahat) del Ser Manifestado. Dotada de Inteligencia, al asociarse éste al poder de proyección de la Ignorancia Fundamental o ausencia de auto-consciencia, el Velo de Maya.
Este Gran Ser, a su vez, se proyecta como una trinidad de fuerzas operantes que actúan sobre la sustancia Raíz Universal (Prakriti), aquello de lo que todo fue hecho, y en la cual, antes de la generación del universo, coexisten en equilibrio tres elementos primigenios. 
Las tres Fuerzas operantes que pueden asociarse a grandes Divinidades son: Creadora, Conservadora y Destructora del Universo.

La acción de las tres fuerzas operantes o Trinidad, sobre los tres elementos primigenios, los cuales se desequilibran formando diferentes mezclas, da lugar a la formación de los cinco elementos cósmicos sutiles fundamentales que constituyen todo lo creado: Eter o Akasha, Fuego Cósmico, Aire cósmico, Agua Cósmica y Tierra Cósmica. 
A partir de ciertas mezclas de estos sutiles elementos se van formando las diferentes gradaciones de densidad que dan lugar a todos los elementos de los planos más densos que conforman además todas las estructuras o envolturas, a través de las cuales, se expresa la divinidad en oleadas de vida que constituyen reinos y seres. Tal y como los apreciamos desde la dualidad por efecto del velo de ilusión. 

Todo el proceso de creación, desenvolvimiento y destrucción de un Universo se desarrolla en el Espacio. Una ilusión creada por el velo de Maya, y requiere de eones de tiempo. Una ilusión derivada de la ilusión del Espacio, perfectamente ordenados en ciclos dentro de ciclos. 
Algunos de éstos son de corta duración, como los días y las noches de la Tierra, las estaciones, las revoluciones lunares o solares y otros son de duración más larga, como las  dispensaciones raciales, las grandes épocas o grandes razas, los períodos globales y las revoluciones cósmicas o rondas. 
Otros son aún de mayor duración como los Kalpas o Días de manifestación.

Durante todos estos períodos, largos o cortos, y en todos los seres, se ve claramente que hay un momento de inicio o nacimiento, un período de desenvolvimiento y un final o muerte, en los cuales operan, en forma permanente y simultánea, las tres fuerzas operantes del Ser Manifestado: Creación, Conservación y Destrucción.

El grado de intensidad de estas fuerzas varía para cada uno de los períodos respectivos. 
A partir del nacimiento y en los primeros años de vida, la fuerza de Creación es predominante, permitiendo el avance, crecimiento, desarrollo y desenvolvimiento. 
La fuerza de destrucción opera aquí, permitiendo los cambios pero sin anular totalmente el proceso. 
La fuerza de Conservación es en realidad un equilibrio entre Creación y Destrucción y genera Atracción, armonía, Amor, tolerancia, simbiosis, homeostasis y todos aquellos procesos que favorecen el sostenimiento de la vida.

A medida que el tiempo avanza, la fuerza de destrucción aumenta su intensidad hasta llegar a ser equivalente a la de Creación. 
Es el punto de máximo esplendor de una vida o de una civilización. Es el punto de máximo florecimiento. 
Pero luego, la intensidad creciente de esta fuerza de disolución supera a su opuesta generando deterioro, decrepitud y finalmente la muerte. 
Cuando la fuerza de Destrucción gana la batalla, la flor se  marchita y perece.

Cada proceso cósmico, ya se trate de una vida humana, de la vida de un planeta o de la de todo el Universo, es controlado por la Inteligencia Universal, mediante patrones arquetípicos de organización, estructurales y dinámicos. 
Dichos patrones, generados por la Mente del Ser Manifestado (Mahat), determinan la organización geométrica y configuración espacial que da lugar a todas las hermosas formas de la Creación, la velocidad de su formación y desarrollo y también el proceso de disolución o muerte. 
Cada estructura cristaliza en torno a invisibles pero precisas líneas de formación y se desintegra o disuelve de una manera característica.

Los buscadores espirituales y devotos se han acostumbrado, por fuerza de condicionamiento o falta de conocimiento, a ver solamente las facetas Creadora y Conservadora de la Divinidad, las cuales son asociadas al Bien. No se mira casi nunca la faceta destructora de la Divinidad. Y si bien se ve la Destrucción y se le teme, no se asocia a Dios sino que se atribuye al Mal, como algo que está fuera de él, personificado quizás en seres demoníacos, expulsados de su seno.

Es necesario en este proceso de realización, apreciar también esta faceta divina. Esto nos ayudará a ver claramente como la Divinidad es también la rectora de todo proceso de deterioro, decrepitud, disolución y muerte.
Es fácil ver a Dios actuando a través de aquellos que expresan bondad y misericordia, pero es difícil reconocer su acción en la vida de un criminal, durante un terremoto o en un proceso de enfermedad.
Le vemos en el Amor, en el Altruismo, la camaradería y en todo aquello que nos genera Atracción, pero no le apreciamos en la guerra, en el odio y en todo aquello que nos genera Repulsión.
Hemos sido condicionados para ver a Dios solo en su cara Creadora y Conservadora y hemos olvidado o no queremos aceptar su faz Destructora que rige la Ley de la impermanencia. Por eso, sufrimos frente a la enfermedad y a la muerte o cuando algo que apreciamos nos es arrebatado o no nos es concedido.

Todas las tres Fuerzas operantes actúan finalmente para el propósito divino. 
Karma o Ley de Causa y Efecto es parte del Patrón de organización que busca el equilibrio de las fuerzas operantes.

El caminante del sendero del discipulado debe aprender a permanecer imperturbable frente a cualquier cosa que sucede, viendo en ello la acción de las tres Fuerzas Divinas que trabajan para completar el Divino juego de la Creación. Recordando que solo hay en realidad, más allá del velo de Maya, un Ser Único cuya esencia permea toda aparente individual estructura del Cosmos.
Sufrir por lo que pasa es desconocer la Infinita Sabiduría, la Omnisciencia del Absoluto. Y tener miedo por lo que pasará es desconocer que la Sabiduría Divina, La Inteligencia Universal, opera en todo evento del Universo, conforme al patrón creado por la Mente Divina.
La fuerza de Destrucción no opera al azar. Solo actúa cuando es el momento perfecto y existe la necesidad de que algo sea disuelto. 

Todo lo que nace, todo lo que florece y vive, lleva en sí mismo la simiente de la disolución. Porque finalmente, el juego de la Creación termina cuando es levantado el velo de Maya que oculta la Realidad Fundamental y la proyección de la ilusoriedad de un Universo dual.
Cuando el velo se levanta, la Luz, la Eternidad y la Sabiduría irrumpen disolviéndolo todo. Desaparece el vacío o remolino generado por la ausencia de auto-consciencia, y el Absoluto se solaza en perfecta Unidad y quietud, en pausa respiratoria, en el Mahapralaya o Gran Noche Cósmica, antes de su siguiente exhalación.

La inercia en el camino es un proceso contrario a la Fuerza de Creación. 
Nuestro deseo de que las cosas permanezcan sin modificación alguna es contrario a la Ley de la Impermanencia, y desconoce la Fuerza de Destrucción que permite el cambio, la transformación necesaria para la avenida de la Luz Divina. 
Los apegos pertenecen a esta clase de perturbación. Incluso el apego al conocimiento, no por el conocimiento mismo sino por la obtusa interpretación del mismo.

El aspirante a la iniciación debe buscar con intensidad un entrenamiento perseverante, bajo la sabia guía de su Maestro. Una disciplina de trabajo que le permita desarrollar una nueva forma de cognición. Una percepción no dual capaz de rasgar el velo de Maya, para escapar de la sombra de ilusión que le impide ver la Realidad y lo mantiene dormido en el sueño de ser un yo individual, un monumento al ego.

Es necesario despertar y no dormir más hasta lograr la Realización. 
Ésta no es una necesidad del yo, sino el impulso poderoso de la Divinidad que pulsa en cada ser, tratando de romper la dura costra de ausencia de auto-consciencia, que ha sido reforzada por las sobre-imposiciones de la consciencia egoica.

Alipur Karim 

25 octubre 2015

LA DISOLUCIÓN DEL KARMA



Cuando el Alma encarna profundamente en la materia, vive procesos de ciclos, con despertares graduales. 
Pero cuando el Ser intenta hacerse absolutamente consciente, en un despertar perfecto a través de la materia, se forman remolinos, debido a la intensidad de la energía que fluye, como cuando una gran cantidad de agua se vierte en el cauce de un río.

El remolino  de Divinidad se convierte en una yoidad, en un yo, y en ese punto la vida divina se auto hipnotiza, debido al juego del Velo de Maya, y cree que está separada de sí misma.
La aparente parte que se cree separada de sí misma piensa que existe por sí misma, que es independiente, y juega al juego de ver a un Creador fuera de sí misma.
Y cuando hace esto, surge una perfecta yoidad. Como un remolino de consciencia, y ese remolino de consciencia hace que se obstruya totalmente el libre fluir de la vida divina a través de su expresión estructural.



Hay una simbiosis perfecta entre todas las criaturas que viven y conviven en el campo de la Creación. Pero el remolino genera una alteración de esa simbiosis y esto crea la apariencia de un desvío del cauce del río universal.
Ese desvío es como un tabique que se crea, como si se hubiese derrumbado algo de la orilla del río, y ocurre un desbordamiento de la energía que genera estragos y destruye lo que encuentra a su paso.
Esa obstrucción creada por la yoidad, generando un derrumbamiento en el cauce de la Vida Divina, es lo que llamamos el karma.

El río de la Vida Divina necesita corregir su cauce, necesita volver a encontrar su camino para ir hacia el mar de la Infinitud.
La dirección del agua es siempre hacia el mar y aprovecha siempre el más mínimo desnivel para fluir. 
Cuando no encuentra desnivel desborda y produce una inundación. 
La Vida Divina, buscando ese desnivel, se topa con el remolino del yo, que obstruye, produce estragos y genera lo que llamamos el karma, porque en ausencia de auto-consciencia, la yoidad, pretendiendo hacer lo correcto, hace cosas que están desviando el fluir natural de la Vida Divina a través de las estructuras. 
Cuando eso hacemos, la propia Vida Divina tiene que auto corregirse, generar un proceso de auto corrección, de rectificación. 

El sendero recto es la distancia más corta que hay entre dos situaciones, entre dos eventos. 
El sendero co-recto es un sendero corregido, cuando nos hemos desviado del sendero recto.
Debemos corregir nuestra vida, nuestro sendero, de tal manera que volvamos a encontrar el cauce de la Vida Divina.
Para hacer eso echamos mano de una Ley que es el Principio de polaridad y es éste el que genera las acciones kármicas.
Estas acciones están dirigidas, en forma general, a corregir la desviación del río de la Vida Divina. 

Estamos acostumbrados a escuchar del karma como de una situación que es individual, que nos compete directamente, como algo que se nos devuelve en forma instantánea como sujetos. Pero a la vez tenemos el concepto de que el Ser, la Vida Una, es la totalidad, sin división, y no hay partes.
¿Cómo podría la divinidad, si no tiene partes, querer castigar a una parte suya?
En realidad, la fragmentación solo puede ser una abstracción que se genera bajo el Velo de Maya. Afuera del velo, la Divinidad, el Absoluto, es Indivisible, Indestructible, es Todo, no tiene imperfección, es imposible de ser destruido, atacado, dañado, de manera que la acción kármica solo ocurre bajo el Velo de Maya.

El Absoluto nunca deja de Ser, y por tanto es absolutamente consciente de sí mismo, de la Creación, de su propia ilusión y de su propio sueño.
Soñando sabe que sueña y su sueño es perfecto.
Es dentro de su sueño que ocurre el karma, es dentro de su sueño que ocurre la desviación del flujo de la Vida Divina, pero en la realidad no hay ninguna desviación posible. 
Por tanto, el karma que ocurre y parece una tragedia dentro del sueño divino, en realidad es algo que pertenece a la perfección del sueño de la Divinidad. 

Solo lo vemos como karma desde aquí, solo lo vemos como una acción, como una fuerza que nos es devuelta para equilibrar, por polaridad, una fuerza que está desbalanceada. Pero en realidad no se puede aplicar un karma individual; en realidad el karma siempre es colectivo, porque hay una sincronía entre quien vive el evento kármico y quien es instrumento de las fuerzas kármicas.

Solo podemos percibir el karma bajo el Velo de Maya porque sin el Velo de Maya el karma no existe. Los Maestros enseñan que cuando entramos en el proceso de meditación, que significa el estado de permanecer en el Ser sin que exista la mente inferior como ilusión del yo, en ese instante se quema el Karma.

La fuerza kármica es una fuerza muy inteligente. Es la Inteligencia Divina que busca la sincronía universal para devolver el fluir de la Vida Divina al cauce natural.

No se planea una encarnación sola, pues no hay un individuo planeando una encarnación, porque las estructuras de la yoidad están disueltas. Tampoco se planea un karma solo. 
No hay un individuo planeando su auto castigo, su karma.
La misma energía divina vuelve a crear, por la memoria de sus remolinos anteriores, la precipitación de un juego de encarnaciones.
Y una vez que ha ocurrido esa aparente división, esa ilusión de separatividad nuevamente, lo cual ocurre antes del nacimiento de los seres, cuando estamos descendiendo desde el bardo hasta la encarnación, las fuerzas kármicas se reparten en forma colectiva, de tal manera que hay una sincronía, donde comienza a operar la fuerza de destrucción de la Divinidad, que hace que esas fuerzas antiguas se canalicen y vayan hacia las fuentes de su propia creación.
Entonces toda fuerza regresa a su origen, a su propia fuente, para ser corregida.
Pero la fuente aparentemente ha sido un remolino de yoidad que no existe, porque la yoidad es una ilusión, generada por un vacío en la percepción, creada  por la ilusión de la percepción sensorial, que es la que ha creado ese karma, de tal suerte que ese karma es también ilusorio. 

Una planta surge de una semilla que es similar a su propia naturaleza. No podemos sembrar naranjos y obtener cardos. Si sembramos semillas de naranja, surgen naranjas, así que lo que nace de la ilusión es ilusión también. 
El karma  dirigido a un ente individual es ilusorio por cuanto quien lo genera es un yo ilusorio y vuelve hacia él.

Si Uno logra permanecer en ese estado de contemplación y meditación en forma permanente, allí la ilusión del karma muere porque el Velo de Maya se ha levantado. 
El karma solo existe bajo este velo y si no hay velo, no hay karma. Así de fácil se acaba, y Dios despierta de su sueño.

Es como cuando tenemos una pesadilla en la que alguien nos persigue y nos va a matar con un cuchillo y no podemos correr y se atraganta nuestra voz y no podemos pedir auxilio y ya casi el asesino nos alcanza y entonces ya sucumbimos de terror. 
En el estado de ensueño es una tragedia, es algo gravísimo, tenemos sufrimiento y hay angustia. Pero de repente alguien nos dice: hey, despierta! es tan solo un sueño. Entonces despertamos, suspiramos y descansamos. 
No era verdad, termina la angustia, termina el dolor, termina el sufrimiento, todo aquello acaba, la calma vuelve. 
La persona dice que lo que vivió en la pesadilla es real, pero es una realidad transitoria, relativa. Vivió esto una existencia relativa allí, en ningún lugar real. 
Es una sensación relativa esto del karma. 
Una vez salimos del sueño, lo cual equivale a levantar el Velo de Maya, vemos que todo está bien, que todo está en calma, que solo se trataba de una ilusión. Así que al despertar de nuestro largo sueño de consciencia de Divinidad, de la ausencia de auto-consciencia, volvemos a recuperar la consciencia del Ser y despertamos de esta pesadilla llamada karma.

Pero como el karma existe bajo el Velo de Maya, mientras estemos bajo este velo, aparece ante nosotros como un karma real, en la ilusión del sueño divino llamado Creación. 
Y en este sueño hay determinados karmas que se precipitan en nuestras ilusorias vidas. 
De un lado, está el karma que debemos pagar en esta encarnación, que se ha precipitado a través de la estructura de esta vida como una corrección para volver al camino recto. 
Este es una especie de karma programado para la encarnación. 
De otro lado existen otros karmas que están latentes, dados por todo el conjunto de samskaras que se encuentran en nuestro ser. 
Los samskaras son todas nuestras tendencias negativas no redimidas de otras vidas. Esa suma de memorias, de instintos, emociones, sensaciones automáticas y pensamientos programados que se encuentran en nuestro inconsciente.

El inconsciente  está en el cuerpo físico, energético, emocional y mental.
Es un campo de fuerzas que nuestra consciencia no puede ver, que subyace a la consciencia vigílica.
En el transcurso de las encarnaciones van saliendo de acuerdo a un cronograma, a un juego, a un patrón dinámico.
El inconsciente es algo que permanece ahí, como un gato encerrado que busca huir. Cuando encuentra una ventana abierta, da el salto y aflora. 
Es energía represada, contenida por la misma Divinidad, que sabe que si manifiesta toda la sombra de un solo golpe, destruye la estructura. Así que lo va sacando a cuenta gotas.

El inconsciente no es solamente una memoria olvidada que genera un impulso, que es una memoria olvidada de un pensamiento o una emoción de algo que hemos vivido en el pasado. No es simplemente un cliché, una película o un vídeo cinematográfico lo que está guardado en nuestra memoria. 
El inconsciente es una fuerza potente que es capaz de obrar sobre nuestro cuerpo material, sobre nuestra energía, sobre nuestras emociones y sobre nuestro pensamiento. Ese conjunto de fuerzas que hay ahí, son todos nuestros samskaras. 

Cuando la consciencia Absoluta del Ser se establece y decidimos permanecer en el Ser, en ese momento la consciencia es Total.
Cuando la consciencia es total, no necesitamos guardar memoria donde hay Sabiduría Absoluta. Si lo sabes todo, ¿para qué necesitas la memoria?
La memoria es un artificio del yo, para hacernos creer que el proceso de evolución es un movimiento que se realiza a través del conocimiento de la mente racional, que necesitamos aprender cosas y más cosas, y ponerlas en la memoria y hacer un proceso de análisis, comparación y síntesis con el objeto de obtener un conocimiento y una sabiduría. Pero la Sabiduría verdadera no es así. La Sabiduría es total. Dios, estrictamente hablando, no tiene memoria ya que es sabio siempre.
La creación, su sueño, sí tiene una memoria, tiene muchas memorias, las llamadas memorias de la naturaleza.
Todas las memorias, aunque existen son ilusorias. Son producidas en el Mundo de Maya, que es el mundo de nombres y formas, el cual es generado por una perversión de la percepción. 
El karma se basa en esas memorias.
Es una ilusión creada por el Velo de Maya. Creemos  que somos incapaces de salir de la prisión. Es increíblemente fácil esto y sin embargo nos parece tan difícil salir de esta cárcel. Lo único que nos saca de esta prisión kármica es la perspectiva de percepción. 
Si miramos desde el yo estamos presos, si miramos desde el Ser somos seres libres.
Por eso, la experiencia de alcanzar el nivel de conciencia que mediante una distinta forma de cognición nos permite una percepción absoluta y total se denomina Liberación. 
¿De qué nos liberamos? De maya. De una ilusión cósmica.

En este sendero hacia la liberación total es necesario, primero, no generar más karma en esta encarnación, lo cual significa ir por el sendero recto que es el más corto.
Para lograrlo hay que tener un gran sentido del equilibrio, del punto medio, de la balanza, de ser justos.
Para evitar nuevo karma se necesita que haya justicia, el equilibrio de las fuerzas.
Tenemos que encontrar ese punto medio, el camino del Buda. Cuando encontramos ese punto medio y obramos desde ese punto, no generamos karma porque no nos vamos hacia ningún lado de la fuerza de polaridad. Si es así, no necesitamos de una posterior fuerza equilibrante para llegar al punto neutro.

Existe karma en cuanto hay dualidad, polaridad, ilusión de la realidad, ausencia de consciencia de la real unidad, vacío de auto consciencia; pero en la medida en que ese vacío se llena, porque el alpinista sube a lo alto y se libera de todas las fuerzas que hay en el valle de la ilusión, en ese momento no hay karma porque la auto consciencia vuelve.
El fluir natural de la fuerza se restablece porque la percepción va más allá de la simple causa y del efecto. Se está por encima, en el punto neutro del yin y del yang, en el punto inmóvil de la oscilación del péndulo existencial. En ese momento no hay karma; ese es el secreto real de transmutar un karma. 

La percepción de la Presencia Absoluta consiste en la atención en el presente. 
La atención en el presente es la ausencia de futuro y la ausencia de pasado. 
Si estoy en el punto neutro, en el presente perfecto, en la Seidad  o consciencia de Ser, no hay pasado, no hay futuro, no hay causa, no hay efecto, no hay karma.

¿Es obligatorio pagar el karma mediante el dolor? No.  
Hay un beneficio absolutorio que se llama la Gracia Divina.
Y es el despertar en la conciencia del Ser lo que genera la adquisición del poder de la Gracia Divina.
El mal no es real. No pertenece a la esencia pura del Absoluto, porque toda la creación es un sueño divino, y el sueño divino es un drama que está lleno de personajes, de yoes que sueñan en el bien y el mal. 
La única forma de superar el karma, todo el karma en una encarnación, la única forma de cancelar todo ese karma es salir del sueño, despertar, romper la pesadilla.
Pero en realidad es la Divinidad misma quien a sí misma se despierta, porque no hay un alguien allá afuera que pueda despertarnos. Eso solo ocurre dentro del sueño.
Es como si yo me miro en un espejo y le pido a mi imagen en el espejo algo, y espero que la imagen en el espejo me responda, cuando en realidad soy yo el que se mira en el espejo y tengo el poder de hacer lo que le estoy pidiendo a la imagen del espejo.

Solo hay karma si estamos en la oscilación. La oscilación de Maya. Pero si salimos de esa oscilación trepando por el hilo del presente perfecto, de la consciencia del Ser, entonces no hay oscilación. 
Vamos al punto donde el péndulo comienza, a la fuente de la Creación, donde no hay movimiento.
La oscilación está en el extremo del péndulo y entre más lejos se esté de la fuente, mayor oscilación existe, pero entre más cerca de la fuente hay menor oscilación y cuando llego al punto exacto, a la fuente del péndulo, allí solo hay perfecta quietud.
Si en la conciencia no hay oscilación, y de hecho en la verdadera consciencia no la hay, no hay karma, no hay ni causa ni efecto.

En la existencia fenoménica contamos con tres recursos. Existen tres fuerzas: creación, mantenimiento y destrucción. 
Y existen tres formas de saldar el karma: el dolor, el amor y la consciencia. 
El dolor está de acuerdo con la fuerza de destrucción; es el abrir una puerta a la entrada de las fuerzas de la destrucción. 
Estamos en el mayor grado de ilusoriedad cuando permitimos esto.

La fuerza del amor está de acuerdo con la armonía. Ésta revela un punto medio en el que la fuerza del amor nos enseña que podemos saldar nuestras deudas kármicas a través de ella; del compartir, de la misericordia, de hacer algo bueno, de ejercer una compensación antes de que la fuerza que nos va a compensar lo haga, antes de que tengamos que abrir la puerta a las fuerzas de la destrucción.

Hay una tercera forma que es la consciencia. 
Si nos hacemos conscientes y comprendemos, no tenemos que esperar a las fuerzas del amor que generan apego, porque nosotros en nuestra ilusión de Maya confundimos el amor real con el apego a las criaturas, y tratando de amar lo que hacemos es apegarnos y atraemos también las fuerzas de destrucción.
La consciencia se anticipa a cualquier necesidad de expresar nuestro afecto hacia afuera, debido a que rompemos la ilusión de separatividad. Entonces comprendemos que el que está afuera es todos y yo también, pero son los mismos que están adentro porque todos somos una unidad perfecta. 
Entonces obramos en una naturaleza del amor distinta. Es el amor de la Divinidad perfecta, que mantiene el equilibrio entre todas las criaturas porque todas las criaturas somos Uno; es una sensación distinta este amor que no genera apego y no atrae las fuerzas de destrucción.

El camino de la consciencia significa cambiar nuestra perspectiva de percepción; ver como el águila desde un punto más alto; como el alpinista en la cima, ver la totalidad del paisaje.
Cuando nos elevamos hacia la consciencia vemos desde una perspectiva superior y nos damos cuenta de que en realidad el karma depende de la oscilación de las fuerzas de polaridad. Y si estamos por encima, como alpinistas, en el sitio más alto, estamos en el punto donde no hay oscilación. 
Es un estado de consciencia real este estado de no oscilación, el estado de no movimiento y tiene que ver con la mente superior.
Cuando logramos estar en ese estado supra mental, entonces vamos por encima de la mente racional, ilusoria, mayávica, memorística, imaginativa, que oscila, que recuerda, que se proyecta al futuro, que nos mueve de la causa al efecto y que se traslada a través del tiempo.
En la supra mente no funciona el tiempo, no funciona la dualidad, y ese estado de percepción y de cognición es el equivalente a estar en el punto más alto de la montaña, a ir donde el péndulo no se mueve y a donde, sin haber oscilación, no hay más karma. Entonces se alcanza así el punto de liberación.

Cuando el karma llega a mí, y estoy en la conciencia de yoidad, lo único que tengo que hacer para evitar el movimiento es tener quietud,  evitar la oscilación, tener calma, y en ese instante pensar en qué es lo que realmente soy. Soy Atman, el Infinito Ilimitado, La Chispa de la llama Divina, un Ser indestructible, que no se quema, que no se moja, que no se destruye, que no se fragmenta.
Es enfocándose en la supra mente que es muy poderosa.
¿Como ésto se logra, porque la supra mente opera en un nivel por encima de la mente ordinaria?
Necesitamos que la Divina Presencia recupere su cauce. 
Cuando la Divina Presencia recupera su cauce, la supra mente, que es la Mente Divina se establece en la estructura. 
Pero no es mi mente la que tiene ese poder, no es la mente del yo, no es mi yoidad, no es un poder ganado porque me fue transmitido por alguna entidad caprichosa a la que le caí bien. Es el poder de Dios que actúa en la estructura qué logro la perfección. 

Solo se logra saldar totalmente el karma con esa perfección de la Seidad. 
Es el hecho de Ser verdaderamente, es el hecho de permanecer en el Ser Total. 
Es la comprensión de la Ley Universal lo que salda el karma.

El karma no solamente se cura con la consciencia de totalidad sino que no se genera cuando hay consciencia de la totalidad. Solo se genera karma cuando se está en la consciencia de la yoidad. 
El nivel de sufrimiento está determinado por el nivel de consciencia en el que se percibe. 
Una persona que tiene un nivel de consciencia bajo, lo cual significa, donde Dios duerme profundamente, donde hay una gran ilusión, donde reina Maya, sufre mucho. 
Si una persona no tuviese esa consciencia de que todo tiene una razón de ser, entonces está todo el tiempo oponiéndose a la realidad, y al oponerse sufre. 
A medida que vamos comprendiendo cómo funciona esto, el sufrimiento desaparece porque dejamos de ejercer resistencia frente a la realidad.
Si vamos saliendo de la ilusión, vamos haciendo agujeros en el Velo de Maya. Nuestra persistencia de obtener el estado de permanecer en la consciencia del Absoluto, nuestra intención silenciosa en la meditación, son capaces de perforar en múltiples lugares el denso Velo de Maya. Entonces la luz penetra, por los agujeros, o más que penetrar surge, porque la luz siempre ha estado ahí, como el sol que es ocultado por la nube, contenida por el remolino del yo. Y entre más luz hay, más comprendemos, y entre más comprendemos menos sufrimos, y entre mas comprendemos y menos sufrimos más estamos en la consciencia de la Eternidad. Entonces karma no tiene efecto sobre nuestro Ser, porque no hay yoidad, no hay necesidad.
Cuando la yoidad muere desaparecen los deseos, desaparece el karma. Si no hay deseos no hay karma.

Simplemente hay que elevar el nivel de conciencia. 
Cuando el nivel de conciencia se ha elevado, al punto en que no se genera más karma, el que tengo se tiene que acabar.
Cuando se agota el karma, solo se regresa a la encarnación si quiere voluntariamente volver. Los liberados con frecuencia  quieren volver, no porque estén atrapados en la rueda de samsara o rueda de las encarnaciones. Lo hacen para disolver el karma de la humanidad.
Es en la no dualidad, en la quietud interior, en el silencio de la mente, ese que no tiene comienzo ni final porque permanece en la Eternidad, donde la Sabiduría se manifiesta y es en ese estado de conciencia donde el karma no existe más.

Alipur Karim