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15 enero 2015

CLAVES PARA ESTAR EN EL AQUÍ Y AHORA


La mente siempre está en el pasado o en el futuro. No puede estar en el presente, es absolutamente imposible. 
Cuando estás en el presente, la mente ya no está ahí, porque mente equivale a pensar. 
¿Cómo puedes pensar en el presente?
Puedes pensar en el pasado; ya se ha convertido en parte de la memoria y la mente puede trabajar con ello. 
Puedes pensar en el futuro; todavía no está aquí y la mente puede soñar con ello. 
La mente puede hacer dos cosas: puede moverse hacia el pasado, donde hay espacio de sobra para moverse, el vasto espacio del pasado, en el que puedes seguir y seguir penetrando; o puede moverse hacia el futuro, donde también hay un espacio infinito, en el que puedes imaginar y soñar sin límites. Pero ¿cómo va a funcionar la mente en el presente? 
En el presente no hay espacio para que la mente haga ningún movimiento.
El presente es solo una línea divisoria, nada más. 
Separa el pasado del futuro, no es más que una línea divisoria.
Puedes estar en el presente, pero no puedes pensar en él. Para pensar se necesita espacio. Los pensamientos necesitan espacio, son como los objetos, son cosas materiales, muy sutiles, pero son materiales.

No puedes pensar en el presente; en el instante en que empiezas a pensar, ya es pasado. 
Ves salir el sol y dices: «Qué bello amanecer.» Cuando lo dices ya es el pasado.
Cuando el sol está saliendo no hay espacio suficiente ni siquiera, para decir «Qué bonito», porque cuando dices «qué bonito», la experiencia ya se ha convertido en pasado. La mente ya lo ha archivado en la memoria.
Pero en el momento exacto en que sale el sol, el momento exacto en que el sol aparece sobre la línea, ¿cómo puedes pensar? ¿Qué puedes pensar? 
Puedes estar con el sol que sale, pero no puedes pensar. Hay espacio suficiente para ti, pero no para los pensamientos.
Cuando no hay pensamiento, ¿quién es el sol y quién es el observador? 
El observador se convierte en lo observado. De pronto, desaparecen las fronteras. De pronto, te encuentras con que has penetrado en el sol y el sol ha penetrado en ti. De pronto: ya no sois dos; solo existe uno.
Si empiezas a pensar, os convertís de nuevo en dos. Si no piensas, ¿dónde está la dualidad?... Estás aquí y ahora. Es tan hermoso estar aquí y ahora, y tan intenso, que ningún pensamiento puede penetrar en esa intensidad.

En el presente no es posible pensar, no es posible soñar, porque soñar es pensar con imágenes. Las dos cosas son materiales.
Cuando estás en el presente sin pensar, eres espiritual por primera vez. Se abre una nueva dimensión, la dimensión de la conciencia.
La conciencia significa estar en el momento de un modo tan total que no hay movimiento hacia el pasado ni hacia el futuro. Todo el movimiento se detiene. 
Eso no significa que te quedes estático. Se inicia un nuevo movimiento, un movimiento con profundidad.

Hay dos tipos de movimientos, y ese es el significado de la cruz de Jesús: muestra dos movimientos, un cruce de caminos. 
Uno de los movimientos es lineal: te mueves siguiendo una línea, de una cosa a otra, de un pensamiento a otro, de un sueño a otro sueño. Te mueves en una línea horizontal. Este es el movimiento del tiempo; es el movimiento de los que están completamente dormidos.
Hay otro movimiento, que tiene lugar en una dimensión totalmente diferente. Este movimiento no es horizontal, es vertical, profundo.
Cuando el pensamiento cesa, comienza el nuevo movimiento. 
Ahora caes a las profundidades, como si cayeras en un abismo. 
Las personas que meditan profundamente llegan tarde o temprano a este punto; entonces les entra miedo, porque les parece que se ha abierto un abismo sin fondo... sientes vértigo, tienes miedo. Te gustaría agarrarte al antiguo movimiento porque era algo conocido; esto se parece a la muerte.
Este es el significado de la cruz de Jesús: es una muerte. Pasar de la horizontal a la vertical es la muerte, es la verdadera muerte. 
Pero solo es muerte vista desde un lado; vista por el otro lado es resurrección. Es morir para nacer; es morir en una dimensión para nacer en otra dimensión. 
En horizontal eres Jesús; en vertical te has convertido en Cristo (Buda).

Si te mueves de un pensamiento a otro, sigues estando en el mundo del tiempo (linea horizontal). 
Si te mueves hacia dentro del momento, no del pensamiento, te mueves hacia la eternidad (linea vertical). 
No estás estático; no hay nada estático en este mundo, nada puede ser estático. Surge un nuevo movimiento, un movimiento sin motivación. 

En la línea horizontal, te mueves por motivaciones. Tienes que alcanzar algo: dinero, prestigio, poder o a Dios, pero tienes que conseguir algo. Hay una motivación.
El movimiento con motivación, equivale a dormir (inconsciente).
El movimiento sin motivación significa conciencia (despierto).
Te mueves porque moverse es un puro gozo, te mueves porque el movimiento es vida, te mueves porque la vida es energía y la energía es movimiento. No hay ningún objetivo, no intentas conseguir nada. De hecho, no vas a ninguna parte, no estás «yendo», estás simplemente gozando de la energía. No hay ningún objetivo fuera del movimiento mismo.
El mundo entero se mueve. La existencia se mueve dentro de la eternidad. La mente se mueve en el tiempo. 
La existencia se mueve hacia las profundidades y las alturas, y la mente se mueve hacia adelante y hacia atrás. 
La mente se mueve horizontalmente; eso es el sueño. Si puedes moverte verticalmente, eso es la conciencia.

Un buda también vive. Un Cristo también vive. Viviendo, respirando, pero con un tipo diferente de movimiento, sin motivación. (es el "wu wei": simplemente estar siendo).


Vive en el momento. Incorpora todo tu ser al momento. No dejes que el pasado interfiera y no dejes que el futuro se entrometa. El pasado ya no existe, está muerto, y el futuro no existe todavía.




Osho