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15 diciembre 2014

SER CONSCIENTE


Cuando la consciencia ya no está absorbida totalmente por el pensamiento, una parte de ella permanece en su estado original sin forma, sin condiciones. Esto es el espacio interior.

La vida de la mayoría de la gente está abarrotada de cosas: cosas materiales, cosas que hacer, cosas sobre las que pensar. Tienen la mente llena de pensamientos; un pensamiento tras otro.

Esta es la dimensión de la consciencia del objeto, que es la realidad predominante de muchas personas, y por eso, su vida es tan desequilibrada. 
La consciencia del objeto (identificación con la forma), necesita equilibrarse con la consciencia del espacio (consciencia pura) para que regrese la cordura a nuestro planeta y para que la humanidad cumpla su destino. 
El surgimiento de la consciencia del espacio es la etapa siguiente en la evolución de la humanidad. 

Consciencia del espacio significa que además de ser conscientes de las cosas (percepciones sensoriales, pensamientos y emociones), hay una corriente subterránea de consciencia. 
Esta consciencia implica que usted no solo está consciente de las cosas (objetos), sino también está consciente de estar consciente.
Si puede sentir un silencio interior alerta en el fondo, mientras ocurren las cosas, eso es! su propia Presencia.
Esta dimensión siempre está ahí, pero la mayoría de las personas son completamente inconscientes de ella. 

Cuando usted (como consciencia) ya no está totalmente identificado con las formas, entonces se libera del encarcelamiento en la forma. 
Esta libertad es el surgimiento del espacio interior. 
Llega como un silencio, una paz sutil en lo profundo de usted, incluso ante algo aparentemente malo.
Repentinamente hay espacio en torno al suceso. 
Hay también espacio en torno a los altibajos emocionales, incluso en torno al dolor. 
Y, sobre todo, hay espacio entre sus pensamientos. 
Y de este espacio, emana una paz que "no es de este mundo", porque este mundo es forma, y la paz es espacio. 
Esta es la paz de "Dios".

Ahora puede disfrutar y honrar las cosas de este mundo sin darles una importancia y una significación que no tienen. 
Puede participar en la danza de la creación y ser activo sin apego a los resultados y sin hacerle exigencias no razonables al mundo (realízame, hazme feliz, hazme sentir seguro, dime quién soy).
El mundo no puede darle estas cosas, y cuando usted ya no tiene tales expectativas, todo el sufrimiento auto-creado termina. 
Todo ese sufrimiento se debe a una valoración excesiva de la forma y a una falta de consciencia de la dimensión del espacio interior (lo que es usted en esencia).

Cuando esa dimensión está presente en su vida, usted puede disfrutar las cosas, las experiencias y los placeres de los sentidos sin perderse en ellos, sin apego a ellos, sin volverse adicto al mundo. 
Cuando la dimensión del espacio está perdida, o más bien no es conocida (cuando usted no es consciente de usted mismo), las cosas del mundo adquieren una importancia absoluta, una seriedad y una pesadez que en realidad no tienen. 
Cuando el mundo no se ve desde la perspectiva de lo sin forma (consciencia pura), se convierte en un lugar amenazador y en un lugar de desesperación. 

Descubra espacio interior produciendo lapsos en la corriente de pensamientos.
Sin esos lapsos, su pensamiento se vuelve repetitivo.
No se preocupe por la duración de esos lapsos, unos segundos es suficiente. 
Gradualmente se harán más largos, sin ningún esfuerzo por su parte. 
Más importante que su duración es producirlos frecuentemente para que sus actividades diarias y su corriente de pensamientos queden salpicados de espacios (momentos en los que está consciente).

Sea consciente de su respiración. 
Dese cuenta de cómo ello aparta su atención de su pensamiento y produce espacio. 
Una respiración consciente (2 ó 3 mejor todavía), hecha muchas veces al día, es una manera excelente de traer espacio a su vida. 

Eckhart Tolle