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26 julio 2014

EL ESTADO DE ILUMINACIÓN


Alcanzar el estado de iluminación. Esto no consiste en tener que hacer algo, o como si fuera algo que de repente te transformara en un ser milagroso, el cual tú ya eres pero lo desconoces.
Iluminación o estado de “no ego”.
Quieres alcanzar el estado de “no ego”, pero por supuesto el estado de “no ego” no puede ser alcanzado en el futuro, o con el tiempo. Este estado solo se encuentra en el Ahora. El estado de “no ego” es aquí y ahora.

El estado que tú deseas alcanzar es un concepto mental que se encuentra en lucha consigo mismo. Nunca puedes alcanzarlo porque es un concepto abstracto de quién quieres ser, y no te das cuenta de que tú ya eres eso.
Así pues, el estado de “no ego” nada tiene que ver con el futuro, no puedes hacer nada en el futuro, no puedes convertirlo en un objetivo. Si buscas el estado de iluminación o de “no ego”, no puedes hacer de ello una meta, ya que una meta implica futuro.
El verdadero punto de entrada para el estado de iluminación, o “no ego” es el momento presente.

Si tú ves esto como una meta que quieres alcanzar, pierdes el punto de entrada. Porque estás buscando en el futuro. Y esto genera un dilema en todo buscador espiritual. Porque escuchan conferencias espirituales o leen libros sobre la iluminación (no ego) y piensan: “Quizás yo también pueda alcanzar eso”. E inmediatamente se lo marcan como un objetivo a conseguir, como un proyecto a largo plazo. Y no se dan cuenta de que su propia búsqueda para realizar el estado de iluminación, le impide serlo en el momento presente.
El ego solo puede ser trascendido accediendo al poder del ahora (el estado de Ser). No hay otro camino.
La iluminación solamente aparece en el poder del ahora (el estado de Ser). En ningún otro lugar.
Solamente los seres humanos que desisten de buscar, se dan cuenta de que eso ya está aquí.

No hay nada que tú puedas hacer. Tú solo puedes permitir Ser al momento presente, y profundizar en ello.

Puedes haber oído algunos maestros espirituales decir: “Tú ya estás iluminado”. Y esto es verdad. Todo ser humano ya está completo en lo más profundo. En el nivel de la forma hay todo tipo de cosas que quizás tenga que realizar, como aprender, experimentar, etc. Pero en su Ser más profundo, la identidad ya está totalmente completa. No se requiere más tiempo o añadir más cosas para ser quien tú eres en esencia. Esto es lo que realmente importa.
La verdad es que tú ya eres eso, solo necesitas darte cuenta. Todo lo demás está en el nivel de la forma.
Así que, no más búsqueda espiritual. Intensidad sí, pero una intensidad que te conduce al Ahora. Tú ya estás iluminado.

Eckhart Tolle

25 julio 2014

MEDITACIÓN PARA FORTALECER TU SISTEMA INMUNOLÓGICO


Hay una meditación de autosanación, simple pero poderosa, que puedes practicar cuando sientas la necesidad de fortalecer tu sistema inmunológico.
Es especialmente eficaz si la utilizas cuando percibes los primeros síntomas de una enfermedad, pero también funciona con enfermedades que ya están instauradas si la usas con la suficiente frecuencia y concentración.
Asimismo, contrarrestará las alteraciones sufridas por tu campo energético a causa de cualquier negatividad.
De todos modos, la práctica de la presencia en el cuerpo momento a momento, no tiene sustituto posible, y si no se realiza, el efecto de la meditación sólo será temporal. Veamos los detalles prácticos.

Cuando tengas unos minutos libres y, especialmente por la noche antes de dormir y a primera hora de la mañana antes de levantarte, «inunda» tu cuerpo de conciencia. 
Cierra los ojos. Túmbate de espaldas. Ve llevando la atención a las distintas partes del cuerpo: manos, pies, brazos, piernas, abdomen, pecho, cabeza, etc. Siente la energía dentro de esas partes con toda la intensidad posible. Mantente en cada una de ellas durante quince segundos aproximadamente.
A continuación, deja que tu atención recorra el cuerpo unas cuantas veces como una ola, de los pies a la cabeza y de la cabeza a los pies.
Con dedicar un minuto a esta parte es suficiente. 
A continuación, siente la totalidad de tu cuerpo energético como un campo de energía unificado.
Mantén la sensación durante unos minutos.
Permanece intensamente presente durante ese tiempo, presente en cada célula de tu cuerpo.
No te preocupes si tu mente consigue apartar tu atención del cuerpo ocasionalmente y te quedas perdido en algún pensamiento. En cuanto te des cuenta de que eso ha ocurrido, reorienta tu atención hacia el cuerpo interno.

Eckhart Tolle

23 julio 2014

MEDITACIÓN PARA OBTENER LA ILUMINACIÓN



Para entrar aún más profundamente en el cuerpo, practica la siguiente meditación. Diez o quince minutos son suficientes. 

ASEGÚRATE DE QUE NO HAYA DISTRACCIONES EXTERNAS, como teléfonos o personas, que puedan interrumpirte.
Siéntate en una silla, pero sin apoyarte en el respaldo. Mantén la columna erguida. Eso te ayudará a estar alerta.
Como alternativa, elige tu posición favorita de meditación. Mantén el cuerpo relajado.

Realiza unas cuantas respiraciones. Siente que respiras hacia el bajo vientre. Observa cómo se expande y se contrae ligeramente con cada inspiración y espiración. Cierra los ojos.

Después toma conciencia de todo el campo energético interno del cuerpo. No pienses en él; simplemente siéntelo. Al hacerlo, arrebatas conciencia a la mente.
Si te sirve de ayuda, usa la visualización de la «luz» (visualiza tu cuerpo lleno de luz).

Cuando sientas claramente el cuerpo interno como un campo unificado, abandona cualquier imagen visual y céntrate exclusivamente en la sensación.
Abandona también cualquier imagen que pueda quedarte del cuerpo físico. Lo único que te quedará es una sensación omniincluyente de presencia o «de Ser», y sentirás que el cuerpo interno no tiene límites.

A continuación ahonda con tu atención en esa sensación. Hazte uno con ella. Fúndete con el campo energético de modo que desaparezca la percepción de dualidad entre el observador y lo observado, entre tú y tu cuerpo.
Poco a poco se va disolviendo la distinción entre lo interno y lo externo, de modo que ya no queda cuerpo interno. Entrando profundamente en el cuerpo lo has trascendido.

Mantente en el reino del puro Ser el tiempo que te resulte cómodo; después vuelve a tomar conciencia del cuerpo físico, de tu respiración y de los sentidos físicos, y abre los ojos. Observa tu entorno durante unos minutos meditativamente —es decir, sin ponerle etiquetas mentales— y mientras tanto sigue sintiendo tu cuerpo interno.

Tener acceso al reino de lo informe es muy liberador. Te libera del vínculo con la forma y de la identificación con ella.
Lo llamamos lo "No Manifestado", la Fuente invisible de todas las cosas, el Ser dentro de todos los seres.
Es un reino de profunda quietud y paz, pero también de alegría e intensa vitalidad. 
Cuando estás presente, te haces en alguna medida a la luz, a la pura conciencia que emana de la Fuente. También te das cuenta de que la luz no está separada de quien eres, sino que constituye tu esencia misma.

Cuando tu conciencia se dirige hacia fuera, surgen la mente y el mundo. Cuando se dirige hacia dentro, alcanza su propia Fuente y regresa a casa, a lo No Manifestado.

Después, cuando vuelves al mundo manifestado, retomas la identidad en la forma a la que habías renunciado temporalmente. Tienes un nombre, un pasado, una situación de vida, un futuro. Pero ya no eres la misma persona que antes; un aspecto esencial ha cambiado porque has vislumbrado una realidad dentro de ti que «no es de este mundo», aunque tampoco está separada de él, del mismo modo que no está separada de ti.

Siente tu cuerpo interno mientras participas en tus actividades cotidianas, especialmente cuando te relacionas con otras personas o con la naturaleza. Siente la quietud en lo profundo de él. Mantén la puerta abierta.
Es muy posible ser consciente de lo No Manifestado a lo largo de la vida. Lo sientes como una profunda paz de fondo, una quietud que nunca te abandona, pase lo que pase fuera.
Así te conviertes en un puente entre lo No Manifestado y lo manifestado, entre Dios y el mundo.


Este es el estado de conexión con la Fuente, que llamamos iluminación.

La clave está en mantenerse permanentemente en un estado de conexión con tu cuerpo interno, sentirlo en todo momento. Esto profundizará y transformará tu vida rápidamente.
Cuanta más conciencia dirijas hacia el cuerpo interno, más elevada será su frecuencia vibratoria, de manera parecida a una luz que brilla más a medida que giras el interruptor progresivo y aumenta el flujo eléctrico.

En ese alto nivel energético la negatividad ya no puede afectarte, y tenderás a atraer nuevas circunstancias que reflejen esa frecuencia elevada.

Si mantienes la atención en el cuerpo siempre que te sea posible, estarás anclado en el ahora. No te perderás en el mundo externo ni en la mente. Los pensamientos y las emociones, los miedos y los deseos, pueden seguir presentes en alguna medida, pero ya no se adueñarán de ti.

No entregues toda tu atención a la mente y al mundo externo. Mantén parte de la atención dentro de ti, siente tu cuerpo interno siempre que puedas. Mantente arraigado en tu interior. A continuación observa cómo eso cambia tu estado de conciencia y la cualidad de tus acciones.

Eckhart Tolle

13 julio 2014

LA VERDADERA LIBERACIÓN



La única verdadera liberación es la liberación de tu mente (el ego).

¿Y cómo puedo liberarme de la mente?

Empieza por escuchar la voz que habla dentro de tu cabeza, y hazlo tan frecuentemente como puedas.
Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo.
Esto es lo que llamo "observar al pensador", que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua (como el testigo).

Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues.
No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.
Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola.
Esta comprensión "Yo soy", esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento, surge de más allá de la mente. Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento.
Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia.

Cuando escuchas el pensamiento, sientes como si hubiera una presencia consciente (tu yo profundo) por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.

Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de "no-mente".
Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se irán prolongando.
Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principio del estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.

Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin.
También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser.

En este estado de conexión interna, estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación mental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria del campo energético que da vida al cuerpo físico.

A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el estado de conciencia pura.
En este estado sientes tu propia presencia con tal intensidad y alegría que, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelven relativamente insignificantes.
Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad.
Te lleva más allá de lo que pensabas que era "tu identidad".
Esa presencia es esencialmente tú, y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.

En lugar de "observar al pensador", también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.
Retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas.
Ésta es la esencia de la meditación.

En tu vida cotidiana, puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria y darle toda tu atención.
Por ejemplo, cada vez que subas o bajes escaleras, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.
O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.
En cualquier actividad, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.

Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.

El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprender a no identificarte con tu mente.
Cada vez que creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.

Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza, como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él.

Eckhart Tolle

EL SER Y LA ILUMINACIÓN


¿QUÉ ES EL SER?

Más allá de las formas de vida que están sujetas al nacimiento y a la muerte, existe la Vida Una, eterna y omnipresente.
Muchas personas utilizan la palabra Dios para describirla, pero yo suelo llamarla Ser (la Presencia, la Conciencia). 
La palabra Ser no explica nada, es un concepto abierto. Es imposible formarse una imagen mental del Ser, y nadie puede pretender poseerlo. El infinito invisible no puede ser reducido a una entidad finita. Es tu esencia misma; puedes acceder a ella inmediatamente, como el sentimiento de tu propia presencia.

Sólo hay un pequeño paso entre la palabra Ser y la experiencia del Ser.
El Ser no sólo es trascendente; también impregna profundamente cada forma, y su esencia es invisible e indestructible. Esto significa que ahora mismo puedes acceder al Ser porque es tu identidad más profunda, tu verdadera naturaleza. Pero no trates de aferrarlo con la mente. No trates de entenderlo.
Sólo puedes conocerlo dejando la mente en silencio. Cuando estás presente, cuando tu atención está plena e intensamente en el ahora, puedes sentir el Ser, pero nunca podrás entenderlo mentalmente.

¿QUÉ ES LA ILUMINACIÓN?

La iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de «sensación-realización».
Buda dijo: "La iluminación es la Conciencia, consciente de si misma".

La palabra iluminación no es un logro sobrehumano, sino que es tu estado natural, en el que sientes la unidad con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, con algo que es esencialmente tú, y sin embargo es mucho mayor que tú. Es encontrar tu verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma.

La incapacidad de sentir esta conexión, crea la ilusión de que estás separado de ti mismo y del mundo que te rodea. Entonces te percibes, consciente o inconscientemente, como un fragmento aislado. Surge el miedo, y los conflictos internos y externos pasan a ser la norma.

El mayor obstáculo para experimentar la realidad de tu conexión, es la identificación con la mente (el ego), que hace que el pensamiento se vuelva compulsivo.
Ser incapaz de dejar de pensar, es una enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo la sufre y se considera algo normal.
Este ruido mental incesante, te impide encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser. También crea un falso yo, fabricado por la mente, que lanza una sombra de miedo y sufrimiento.

La identificación con la mente, produce una pantalla opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que bloquean toda verdadera relación.
Esa pantalla se interpone entre tú y tú mismo, entre tú y tu prójimo, entre tú y la naturaleza, entre tú y Dios; crea la ilusión de separación, la ilusión de que tú y el "otro" estáis totalmente separados.
Entonces te olvidas de que, debajo del nivel de las apariencias físicas y de las formas separadas, eres uno con todo lo que es.

La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa de forma in-apropiada, se vuelve muy destructiva.
Para decirlo con más precisión, no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: por lo general no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Ésa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti.
Es como si estuvieras poseído sin saberlo, y crees que la entidad posesora (el pensador) eres tú.

La Libertad comienza cuando te das cuenta de que no eres la entidad posesora, el pensador. Saberlo te permite examinar la entidad. En el momento en que empiezas a observar al pensador, se activa un nivel de conciencia superior.
Entonces empiezas a darte cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el pensamiento sólo es una pequeña parte de esa inteligencia.
También te das cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes: la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interna, surgen de más allá de la mente.
Empiezas a despertar. 

Eckhart Tolle

11 julio 2014

LOS REINOS ESPIRITUALES DEL RENACIMIENTO BUDISTA




Cada ser renace después de morir y no solo renace como ser humano también hay otros estados de conciencia, llamados reinos o mundos superiores e inferiores, según el budismo.
El ser humano está sujeto al Samsara, la rueda de reencarnaciones generada por el karma, y tiene la oportunidad en esta vida de poder renacer en reinos superiores o mejor aún, alcanzar la iluminación, el estado búdico y así poder salir del Samsara.
Para ello, es esencial comprender cómo funcionan los Reinos Espirituales.

El concepto de los diez reinos espirituales o diez mundos forma parte de la creencia budista de que existen diez condiciones en la vida a los que los sentimientos están sujetos y que experimentan en cada momento. Diez planos existenciales diferentes en los que se puede nacer en cada vida. O estados de la mente que pueden intercambiarse debido a influencias internas y externas.
Los diez mundos consisten en cuatro reinos superiores y seis reinos inferiores (o cuatro reinos nobles y seis reinos del Samsara).

Cada Ser va generando a lo largo de su vida un karma específico, y en el momento de morir, renacerá en un reino en concreto, un estado de conciencia, en función del karma que ha acumulado en la vida pasada.
Así pues, estos estados de conciencia o reinos espirituales, dependen del karma de cada ser, y aparecen en sus vidas como respuesta a sus motivaciones, sus acciones y su entorno.

Los cuatro estados nobles son: aprendizaje, comprensión, bodhisattva y budeidad
Estos mundos se desarrollan a través de la búsqueda, descubriendo y aspirando a ellos, es decir, se caracterizan por la creencia de que los humanos necesitan hacer un esfuerzo para llegar a ellos a partir de sus vidas.

APRENDIZAJE
Es la condición en la cual un ser busca alguna habilidad, verdad última o automejora a través de las enseñanzas de los demás.
Para acceder a este estado, el que experimenta, debe primero desarrollar la sabiduría de la naturaleza de las cosas, libre de ilusiones/desilusiones.
Este estado se caracteriza por buscar la verdad a través de fuentes externas, como textos y personas.

COMPRENSIÓN
La realización es el estado en el cual se descubre una verdad parcial a través de las propias observaciones, esfuerzos, concentración y meditación personal.
Normalmente, para acceder a este estado, el que experimenta debe haber comprendido que las fuentes de sabiduría externas son inferiores a las internas como su mente. Se caracteriza por buscar la verdad y la comprensión a través de una percepción interna.

Los dos estados anteriores, se conocen en conjunto como los dos vehículos. Incluso aunque se basan en el deseo de incrementar la sabiduría, el ego está presente y condiciona.

BODHISATTVA
En el estado de bodhisattva, la persona no solo aspira a la iluminación personal, sino también busca la liberación del sufrimiento de los demás a través de acciones altruistas y compasivas, como la ayuda desinteresada a los demás.
Este estado se caracteriza por que el sentimiento de felicidad que da el hecho de ayudar a los demás es superior al de la felicidad que uno consigue para sí mismo.

BUDEIDAD
Es el más alto de los diez mundos. Es la condición de pura e indestructible felicidad que no depende de las circunstancias personales.
El que lo experimenta está totalmente libre de toda desilusión, sufrimiento y miedo. Es la condición de la libertad perfecta y absoluta, caracterizada por sensatez (sabiduría, prudencia) ilimitada, coraje, compasión y fuerza vital.
Este estado es realmente complicado de describir y se obtiene únicamente a través de la percepción directa e interna de la realización. 
La budeidad se caracteriza porque no permite caer en estados inferiores debido a causas externas y porque no confía en lo externo para conseguir la felicidad.

Los Seis reinos inferiores, o Reinos del Samsara, o reinos de existencia, se dividen en: 
3 Reinos Inferiores: El infierno (los Narakas). El hambre (los Pretas). El Reino Animal.
3 Reinos Superiores: Los humanos. Los asuras. Los Devas.

La mayoría de los seres pasan la mayor parte de su tiempo moviéndose entre estas seis condiciones de vida, del infierno al paraíso, gobernados por sus reacciones a las influencias externas y por tanto muy vulnerables a cualquiera de los seis reinos del Samsara. De hecho, su identidad en la realidad mundana está basada en factores externos.
Los reinos inferiores se diferencian de los superiores simplemente por el grado de sufrimiento; no porque un reino sea mejor que otro.

INFIERNO (Los Narakas)
Es la condición en que un ser experimenta el máximo sufrimiento, de todos los demás reinos de existencia. Es un sufrimiento infernal. 
Estos seres sufren las 24 horas del día y muy intensamente, y esto les impide hacer la práctica espiritual. 
Es la agresión claustrofóbica total, donde uno percibe la carencia total de libertad en sus acciones al tener una energía física y mental mínima. El ser siente estar atrapado por sus circunstancias y está dominado por la ira frustrada y la urgencia de destruir y autodestruirse. 
En este estado, a pesar de que los narakas son muy inteligentes, no pueden realizar la práctica espiritual, debido al intenso sufrimiento que experimentan, que les impide pensar con claridad; deberán reencarnar en el reino humano.

HAMBRE (Los Pretas)
Es la condición en que se experimenta mucho sufrimiento, pero no tanto como los Narakas. Esta condición está caracterizada por el sufrimiento de hambre y sed. Es el deseo insaciable de la posesión que gobierna el resto de acciones. El ser está atormentado por la poca habilidad y la lentitud existente para conseguir los objetivos, incluso cuando consigue satisfacer sus deseos. 
En este estado, a pesar de que los pretas son muy inteligentes también y pueden comprender el Dharma, tampoco tienen suficiente capacidad para la práctica espiritual, debido a su intenso sufrimiento; deberán reencarnar en el reino humano.

ANIMALES (El ser renace como un animal)
Es la condición en la cual un ser es gobernado por su instinto; no tiene ningún sentido de moralidad y vive únicamente para sobrevivir y vivir el presente.
Los seres de este reino tienen mucho sufrimiento; miedo a la aniquilación, a ser devorados o maltratados por otros seres, etc. Pero tienen menos sufrimiento que los Naracas y los Pretas. 
En este estado, el ser no dudará en realizar cualquier tipo de actos para conseguir algo personal. Hay una total ausencia de buen juicio y razón. 
Los animales no pueden comprender el dharma, al no tener desarrollada la mente pensante; no tienen suficiente capacidad para la práctica espiritual; deberán reencarnar en el reino humano.

LOS HUMANOS
El reino humano o idealismo de las pasiones, es un estado en el cual la capacidad para diferenciar y la mente pensante están desarrolladas.
Se caracteriza por la ambición pasional por ideales abstractos y modelos de rol y es única entre los estados inferiores ya que sabe de su potencial y tiene la motivación suficiente como para superar el sufrimiento. 
Los seres humanos estamos en la mejor condición, de los 6 tipos de estados del Samsara, para la oportunidad de práctica espiritual. El sufrimiento no es tan intenso como en los Naracas, los Pretas y los animales, que nos impida la práctica espiritual, ni tan sutil como en los asuras y los Devas, que no nos permita darnos cuenta. Por este motivo, podemos tomar consciencia del sufrimiento que experimentamos y poder transformarlo. 
En este estado, el ser sí tiene la capacidad para lograr el estado de budeidad, así como lograr trascender el sufrimiento.

LOS ASURAS
Son los Devas (Dioses) que fueron expulsados. Los Asuras tienen mucha envidia de los Devas. Siempre están enojados, en un estado en el cual son dominados por su ego, la competitividad, la arrogancia, la ira y la necesidad de ser superior en todas las cosas. Hacen muchas guerras con los Devas, para tratar de conquistarles. 
Los Asuras son esclavos de sus desilusiones, viéndose más importantes y superiores que los demás. Este estado se caracteriza por ver a los demás seres como amenazas potenciales. El resto de experiencias en este estado son bastante placenteras comparadas con el estado humano. 
Este reino no es mejor o superior que el reino humano, simplemente los asuras experimentan menos sufrimiento que los humanos, o el sufrimiento es más sutil. 
En este estado, los asuras tampoco tienen suficiente capacidad para lograr la budeidad; deberán reencarnar en el reino humano.

LOS DEVAS
Es el Reino de los dioses. Es la condición de placer total; cuando los deseos han sido superados por las experiencias de una vida corta pero intensa en sentimientos de disfrute.
Este estado se caracteriza por no sentir emociones negativas y ser menos vulnerable a influencias externas que los estados inferiores a él. 
A diferencia de la verdadera felicidad conseguida con la budeidad, este estado se caracteriza por un gran placer sensorial temporal. Los Devas solo buscan disfrutes y satisfacer sus placeres sensoriales. 
Este reino no es mejor o superior al reino humano, simplemente los Devas experimentan menos sufrimiento; hay un sufrimiento tan sutil que no lo pueden identificar. Y debido a que tienen todo lo que desean y a la gran distracción que experimentan, nunca se ponen a reflexionar sobre toda la insatisfacción que existe en su vida, no son conscientes del sufrimiento. 
Los Devas están en la cúspide de los reinos del Samsara, no porque sean más espirituales, sino porque experimentan un sufrimiento más sutil.
Al no experimentar apenas sufrimiento, los Devas no son conscientes del sufrimiento y por tanto, no tienen la capacidad para lograr la budeidad. Y debido a que experimentan un intenso placer sensorial, inevitablemente descenderán a un mundo inferior una vez que esta felicidad basada en el placer sensorial temporal, desaparezca. 
(Un Deva renacerá en un mundo inferior).

El reino de los Devas no es mejor o superior al de los humanos, y éste no es mejor o superior al de los animales. La diferencia entre un estado del otro es simplemente el grado de sufrimiento y la capacidad para lograr la iluminación (budeidad).
El reino humano es el único de los reinos del Samsara, que tiene todas las capacidades para lograr la budeidad.

Cada uno de los diez estados, posee a su vez los mismos diez estados. Cada uno de ellos, tiene el potencial suficiente para revelar y dar paso a cualquiera de los demás en cualquier momento.
Muchas corrientes del budismo creen que según se practica el budismo, hace que el estado de budeidad se vaya haciendo predominante en sus vidas, ya que sus actos son una especie de filtro que revela los aspectos positivos de los otros nueve.
Los estados o reinos se denominan igual que los planos de existencia; la forma de pasar de uno a otro es a través del renacimiento en la próxima vida; nacer en otro estado tras la muerte. Todo ello está a su vez gobernado por el karma.

Nuestra vida en este planeta es simplemente para mejorar nuestra condición personal y desligarnos del ciclo continuo de los renacimientos que nos impone el karma. La Rueda de la Vida está compuesta de 4 círculos concéntricos y muestra las causas reales del sufrimiento, no de una forma pesimista, sino ofreciendo la posibilidad de redención a nuestra efímera existencia.

El círculo central, en su nivel más bajo, representa a 3 animales enlazados en un ciclo sin fin: un cerdo, una serpiente y un gallo, cada uno surgiendo del otro a modo de danza macabra. Estos 3 animales son los símbolos de los llamados los “3 venenos" porque son la fuente de nuestros males que nos corroen por dentro. El gallo, del que nace la serpiente, representa la codicia, la avaricia, la vanidad o la lujuria junto con la sensación posterior de culpa, miedo o pánico cuando surge una contrariedad o se produce una pérdida.
La serpiente representa la natural tendencia a la agresión, nuestro instinto íntimo de egoísmo. Cuando no conseguimos lo que deseamos o vemos amenazado algún bien que nos pertenece, por naturaleza reaccionamos agresivamente. Estas situaciones en principio desfavorables nos brindan una excelente oportunidad para ejercitarnos en el autocontrol y en la práctica de la compasión.
De la boca de la serpiente surge el cerdo, la ignorancia, con unas orejas tan grandes que le ciegan los ojos, y así apenas puede conocer que ocurre a su alrededor. De la misma manera, nuestra perspectiva de la vida puede estar tan estrechamente influida por los factores culturales y sociales de nuestro entorno que perdemos de vista nuestra condición esencial de ser, impidiéndonos cualquier acercamiento a la toma de conciencia.

Resumiendo, nuestros esfuerzos por satisfacer frustrados deseos, están simbolizados por el gallo, y lo hacen por medio de la agresión (serpiente), haciéndonos insensibles e ignorantes (cerdo). Esta ignorancia nos empuja hacia el egoísmo y así renace de nuevo el gallo, condenándonos al ciclo imparable de la rueda del Samsara.

Nuestras vidas se hallan dominadas esencialmente por dos fuerzas contradictorias: el impulso interior que nos mueve a adquirir nuevos niveles de conciencia y el peso mortal de nuestra ignorancia que nos empuja hacia horizontes mucho más limitados.
Nuestra tarea, para trabajar en la senda del espíritu, tiene que consistir en permitir a estas fuerzas naturales interiores llevarnos hacia delante y desatarnos de la ignorancia. Este impulso interior, no es otro que el que nos mueve hacia el estado de Buda, de Budeidad, que está latente dentro de cada uno de nosotros, oculto por la ignorancia.

Más hacia el exterior, encontramos otro círculo dividido en seis porciones; cada una de las cuales representa un nivel de existencia condicionada. Y se llama así, condicionada, porque es consecuencia de nuestras propias acciones a través del karma.
Estos niveles de existencia condicionada son los 6 reinos inferiores o reinos del Samsara: infierno, hambre, animales, humanos, pretas y los devas.

El círculo más exterior está dividido en 12 partes, cada una correspondiente a una etapa del ciclo de causa y efecto, que mantiene al ser atrapado entre los seis reinos periódicos anteriormente comentados.



Budismo 

05 julio 2014

LAS RELACIONES ABUSADORAS, DE HOSTILIDAD Y MALTRATO



Está atrapada en una relación con un compañero abusador y no es la primera vez...
¿Por qué?
La mente, condicionada por el pasado, siempre busca recrear lo que conoce y con lo que está familiarizada. Incluso si es doloroso, al menos es familiar.
La mente siempre se adhiere a lo conocido. Lo desconocido es peligroso porque no tiene control sobre ello. Por eso a la mente le desagrada e ignora el momento presente.

La conciencia del momento presente crea una brecha, no sólo en la corriente de la mente sino también en el continuo del pasado-futuro.

Nada verdaderamente nuevo y creativo puede venir a este mundo excepto a través de la brecha, ese claro espacio de posibilidades infinitas.

Al estar identificada con su mente, puede estar recreando un patrón aprendido en el pasado, en el cual la intimidad y el abuso están inseparablemente ligados.
También puede estar actuando de acuerdo con un patrón mental aprendido en su niñez temprana, según el cual usted no es digna y merece ser castigada.
Es posible, también, que viva gran parte de su vida en el cuerpo del dolor, que siempre busca más dolor del cual alimentarse.
Su compañero tiene sus propios patrones inconscientes, que complementan los de usted.
Por supuesto, su situación es creada por usted misma.
¿Pero quién o qué es ese yo que está creándola?
Un patrón mental-emocional del pasado, nada más.

¿Por qué convertirlo en la identidad propia?
Si le dicen a usted que ha elegido su condición o situación, están reforzando su estado de identificación con la mente.
¿Pero su patrón mental es usted? ¿Es su propio ser? ¿Su verdadera identidad se deriva del pasado?
La clave es ser la presencia observadora detrás de sus pensamientos y sus emociones. Ser consciente de su patrón mental-emocional, del cuerpo del dolor, observarlo y estar presente en el aquí y ahora, aceptarlo, abrazarlo, hacer el proceso de alquimia, de transmutación.




Nadie elige la disfunción, el conflicto, el dolor. Nadie elige la locura. Ocurren porque no hay suficiente presencia en usted para disolver el pasado, suficiente luz para disipar las tinieblas. Usted no está completamente aquí y ahora. Usted aún no ha despertado del todo. Mientras tanto, la mente condicionada sigue gobernando su vida.

Similarmente, si usted es una de las muchas personas que tiene problemas con sus padres, si usted aún alberga resentimiento sobre algo que hicieron o no hicieron, entonces usted todavía cree que tenían elección, que podían haber actuado de forma diferente. 
Siempre parece que las personas tienen una elección, pero se trata de una ilusión. Mientras su mente con sus patrones condicionados dirijan su vida, mientras usted sea su mente ¿qué elección tiene? Ninguna. Usted ni siquiera está ahí. 

El estado de identificación con la mente es gravemente disfuncional. Es una forma de locura. Casi todo el mundo sufre de esa enfermedad en grados diferentes. En el momento en que se dé cuenta de eso; no puede haber más resentimiento. ¿Cómo puede resentirse con la enfermedad de alguien? La única respuesta apropiada es la compasión.

Si usted es manejado por su mente, no tiene elección y sufrirá las consecuencias de su inconsciencia y creará un sufrimiento mayor.
Usted llevará el peso del miedo, el conflicto, los problemas y el dolor. Eventualmente el sufrimiento creado así lo obligará a salir de su estado inconsciente.

Cuando se entrega a lo que es y así se vuelve completamente presente, el pasado deja de tener poder alguno. No lo necesita ya. La presencia es la clave. El Ahora es la clave.

"¿Cómo sabré cuándo me he entregado?"
Cuando ya no necesite hacer esa pregunta.

Eckhart Tolle

04 julio 2014

TRANSFORMAR LA ENFERMEDAD EN ILUMINACIÓN




La entrega es la aceptación interior de lo que es.
Estamos hablando de su vida (este instante), no de las circunstancias de su vida (su situación vital).
La enfermedad es parte de su situación vital.
Permita que el sufrimiento lo empuje hacia el momento presente, hacia un estado de intensa presencia consciente. Úselo para la iluminación.
La entrega no transforma lo que es, al menos no directamente. La entrega lo transforma a usted.
Cuando usted está transformado, todo su mundo se transforma, porque el mundo es sólo un reflejo.
Si usted se mira en el espejo y no le gusta lo que ve, tiende a atacar a la imagen del espejo. Eso es precisamente lo que usted hace cuando está en un estado de no aceptación. Y, por supuesto, si usted ataca a la imagen, ella le devuelve el ataque.
Si usted acepta la imagen, no importa lo que sea, si usted es amistoso con ella, no puede no ser amistosa con usted. Así es como usted cambia el mundo.
La enfermedad no es el problema. Usted es el problema, mientras la mente egotista tenga el control.
Cuando usted está enfermo o incapacitado, no sienta que ha fracasado, no se sienta culpable. No culpe a la vida por tratarlo injustamente, tampoco se culpe a sí mismo. Todo eso es resistencia.
Si usted tiene una enfermedad grave, úsela para la iluminación.
Cualquier cosa "mala" que ocurra en su vida, úsela para la iluminación.
Haga que ella lo obligue a tener una conciencia intensa del momento presente, y vea lo que pasa.
Conviértase en un alquimista. Transmute el metal bajo, en oro; el sufrimiento, en conciencia; el desastre, en iluminación.

Sólo una situación crítica tiene la capacidad de quebrar la dura cáscara del ego y de obligar a la entrega y forzar al estado de despertar.
Una situación crítica surge cuando a través de algún desastre, una conmoción drástica, una pérdida profunda, o el sufrimiento. Todo su mundo se hace añicos y ya no tiene sentido. Es un encuentro con la muerte, sea física o psicológica. El ego, el creador de este mundo, se derrumba. De las cenizas del viejo mundo, uno nuevo puede nacer.
No hay garantía, por supuesto, de que incluso una situación límite lo haga, pero el potencial está siempre ahí. La resistencia de algunas personas a lo que es, se intensifica incluso en tal situación, y de esa forma se convierte en un descenso al infierno.
En otros, puede haber sólo una entrega parcial, pero incluso eso les dará cierta profundidad y serenidad que no tenían antes.
Partes de la cáscara del ego se rompen, lo que permite que pequeñas cantidades de brillo y paz que estaban más allá de la mente, la traspasen.

Las situaciones límite han producido muchos milagros. Ha habido asesinos condenados a muerte que en las últimas horas de su vida, esperando su ejecución, experimentaron el estado de no ego y la profunda paz y alegría que lo acompañan.
La resistencia interior a la situación en la que se encontraban se hizo tan intensa que produjo un sufrimiento insoportable y no había ningún sitio a donde huir ni nada que hacer para escapar de él, ni siquiera un futuro proyectado por la mente. Se vieron forzados a una aceptación completa de lo inaceptable. Se vieron forzados a la entrega. De esta forma, pudieron entrar en el estado de gracia con el que viene la redención: la liberación completa del pasado.
Por supuesto, no es realmente la situación límite la que hace sitio al milagro de la gracia y la redención, sino el acto de entrega.

Siempre que lo golpee un desastre, o que algo ande muy "mal": enfermedad, incapacidad, pérdida del hogar o la fortuna o de una identidad socialmente definida, ruptura de una relación cercana, muerte o sufrimiento de un ser amado, o la cercanía de su propia muerte, sepa que hay otra cara en ello, que usted está sólo a un paso de algo increíble: una transmutación alquímica del metal bajo del dolor y el sufrimiento, en oro. Ese paso se llama entrega.
No quiero decir que usted se sentirá feliz en esa situación. No será así. Pero el miedo y el dolor se transmutarán en una paz interior y una serenidad que viene de un lugar muy profundo, de lo No Manifestado. Es la "paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión".
Comparada con eso, la felicidad es algo muy superficial.
Con esta paz radiante viene la comprensión (no en el nivel de la mente sino en la profundidad de su Ser) de que usted es indestructible, inmortal.
Si usted vive en este estado de aceptación, no crea más negatividad, más sufrimiento, más infelicidad. Vive entonces en un estado de no resistencia, un estado de gracia y ligereza, libre de esfuerzo.

Siempre que sea incapaz de hacer esto, entregarse, porque la condición sea tan extrema que es absolutamente inaceptable para usted, usted está creando alguna forma de dolor, alguna forma de sufrimiento. Puede parecer que la situación es la que crea el sufrimiento, pero no es así, es su resistencia la que lo crea.
Si usted no puede aceptar lo que hay afuera, acepte lo que hay adentro. Esto significa: no se resista al dolor, permítalo estar ahí. Entréguese a la pena, la desesperación o el miedo, la soledad o cualquier forma que el sufrimiento tome. Sea testigo sin etiquetarlo mentalmente. Abrácelo. Entonces vea cómo el milagro de la entrega transmuta el sufrimiento profundo en paz profunda. Deje que se convierta en su resurrección y ascensión.

Cuando su dolor es profundo, usted probablemente tendrá una fuerte necesidad de escapar de él en lugar de entregarse a él. Usted no quiere sentir lo que siente, pero no hay escapatoria, no hay modo de salir.
Hay muchos pseudoescapes: el trabajo, la bebida, las drogas, la ira, la proyección, la supresión, etc., pero no lo liberan a usted del dolor.
Cuando usted niega el dolor emocional, todo lo que usted hace o piensa, así como sus relaciones, se contaminan con él. Usted lo emite, como la energía que emana y los demás lo recogerán subliminalmente.
Si son inconscientes, pueden incluso sentirse empujados a atacarlo o hacerle daño en alguna forma, o usted puede herirlos en una proyección inconsciente de su dolor. Usted atrae y manifiesta lo que corresponde con su estado interior.

Cuando no hay salida, todavía hay un camino a través del dolor, así que no se aparte de él. Enfréntelo. Siéntalo plenamente. Déle toda su atención al sentimiento, no a la persona, evento o situación que parece haberlo causado. Preste toda su atención a lo que siente y absténgase de clasificarlo mentalmente. Según entra en el sentimiento, esté intensamente alerta. Al principio, puede parecer un lugar oscuro y aterrador, y cuando surja el impulso de alejarse de él, obsérvelo, pero no actúe sobre él. Siga poniendo su atención en el dolor, continúe sintiendo la tristeza, el miedo, el espanto, la soledad, lo que sea. Permanezca alerta, esté presente, presente con todo su Ser. Mientras lo hace, está trayendo una luz a esta oscuridad. Es la llama de su conciencia.
La aceptación del sufrimiento es un viaje hacia la muerte. Enfrentar el dolor profundo, permitirle ser, llevar su atención a él, es entrar en la muerte conscientemente. Cuando usted ha sufrido esta muerte, se da cuenta de que no hay muerte y no hay nada que temer. Sólo el ego muere.


Eckhart Tolle

01 julio 2014

CREANDO EL NUEVO MUNDO A TRAVÉS DEL SER


Su percepción del mundo es un reflejo de su estado de conciencia.
En cada momento, su conciencia crea el mundo que usted habita.
Usted no está separado de él y no hay mundo objetivo allá afuera.

Una de las grandes comprensiones que ha surgido de la física moderna es la de la unidad entre el observador y lo observado: la persona que dirige el experimento -la conciencia observadora- no puede separarse de los fenómenos observados, y una forma diferente de mirar hace que los fenómenos observados se comporten de modo diferente.
Si usted cree, en un nivel profundo, en la separación y la lucha por la supervivencia, entonces ve esta creencia reflejada alrededor de usted y sus percepciones son gobernadas por el miedo.
Usted habita un mundo de muerte y de cuerpos que luchan, matan y se devoran unos a otros.

Nada es lo que parece ser.
El mundo que usted crea y ve a través de la mente egotista, puede parecer un lugar muy imperfecto, incluso un valle de lágrimas. Pero cualquier cosa que usted perciba es solamente una especie de símbolo, como una imagen en un sueño. Es la forma en que su conciencia interpreta e interactúa con la danza de energía molecular del universo.
Esta energía es la materia prima de la "llamada" realidad física.
Usted la ve como cuerpos y nacimiento y muerte, o como lucha por la supervivencia.
Es posible y de hecho existe, un número infinito de interpretaciones completamente diferentes, de mundos completamente diferentes, según la conciencia que los percibe.
Cada ser es un punto focal de conciencia y cada punto focal crea su propio mundo, aunque todos los mundos están interconectados.

Hay un mundo humano, un mundo de las hormigas, un mundo de los delfines, etc. Hay innumerables seres cuya frecuencia de conciencia es tan diferente de la suya, que probablemente usted es inconsciente de su existencia, como ellos lo son de la suya.
Los seres altamente conscientes, que se dan cuenta de su conexión con la Fuente y con los demás, habitarían un mundo que parecería un reino celestial; y sin embargo todos los mundos son finalmente uno.

Nuestro mundo humano colectivo se crea en gran medida por medio del nivel de conciencia que llamamos mente.

Incluso dentro del mundo colectivo humano hay grandes diferencias, muchos "submundos" diferentes, dependiendo de los que perciben o crean sus mundos respectivos.
Puesto que todos los mundos están interconectados, cuando la conciencia colectiva humana se transforme, la naturaleza y el reino animal reflejarán esa transformación.
De ahí la frase de la Biblia que dice que en los tiempos venideros "El león descansará con el cordero". Esto señala la posibilidad de un orden de realidad completamente diferente.

El mundo como se nos aparece ahora es un reflejo de la mente egotista.
Puesto que el miedo es una consecuencia inevitable de la mente egotista, es un mundo dominado por el miedo.
De la misma forma en que las imágenes de un sueño son símbolos de estados y sentimientos interiores, nuestra realidad colectiva es en gran medida una expresión simbólica de miedo y de las pesadas capas de negatividad que se han acumulado en la psique humana colectiva.
No estamos separados de nuestro mundo, así que cuando la mayoría de los seres humanos se libere del engaño egotista, este cambio interior afectará a toda la creación.
Usted habitará literalmente en un mundo nuevo. Es un cambio en la conciencia planetaria.
El extraño dicho budista de que cada árbol y cada hoja de hierba eventualmente se volverán iluminados, apunta a la misma verdad.

De acuerdo con San Pablo, toda la creación está esperando a que los seres humanos se vuelvan iluminados.

Así interpreto yo su dicho de que "El universo creado, está esperando con ansiedad a que el hijo de Dios sea revelado".
San Pablo continúa diciendo que toda la creación será redimida por medio de esto: "Hasta el presente, todo el universo creado en todas sus partes, gime con dolores de parto".
Lo que está naciendo es una nueva conciencia y, como su reflejo inevitable, un nuevo mundo.
Esto también se predice en el Libro de la Revelación del Nuevo Testamento: "Entonces vi un nuevo cielo y una nueva tierra, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido".

Pero no confunda causa y efecto.
Su tarea primordial no es buscar la salvación por medio de la creación de un mundo mejor, sino despertar de la identificación con la forma. Entonces usted no está atado a este mundo, a este nivel de realidad.
Usted puede sentir sus raíces en lo No Manifestado y así está libre del apego al mundo manifestado.
Usted puede disfrutar aún de los placeres pasajeros de este mundo, pero ya no hay miedo de la pérdida, así que no necesita aferrarse a ellos.
Aunque usted puede gozar los placeres sensoriales, el anhelo de experiencia sensorial se ha ido, así como la búsqueda constante de realización a través de la gratificación psicológica, a través de la alimentación del ego.
Usted está en contacto con algo infinitamente más grande que cualquier placer, más grande que cualquier cosa manifestada.

En un sentido, usted no necesita entonces ya del mundo. No necesita siquiera que sea diferente de como es.
Sólo en este punto usted comienza a hacer una contribución real a la venida de un mundo mejor, a crear un orden diferente de realidad.
Sólo en este punto usted es capaz de sentir verdadera compasión y de ayudar a los demás en el nivel de las causas.
Sólo los que han trascendido el mundo pueden hacer surgir un mundo mejor.

En ese estado, su influencia de sanación está basada primariamente no en el hacer, sino en el ser.
Toda persona con la que usted entre en contacto, será tocada por su presencia y afectada por la paz que usted emane, sean conscientes de ello o no.
Cuando usted está completamente presente y las personas que lo rodean manifiestan conducta inconsciente, usted no sentirá necesidad de reaccionar a ella, así que no le da realidad.
Su paz es tan vasta y profunda que todo lo que no es paz desaparece en ella como si nunca hubiera existido.
Esto rompe el ciclo kármico de la acción y la reacción. (Solo se rompe el ciclo kármico cuando se vive desde el Ser, no desde el ego).
Los animales, los árboles, las flores, sentirán su paz y responderán a ella.
Usted enseña por medio del ser, demostrando la paz de Dios. Usted se vuelve la "luz del mundo", una emanación de pura conciencia y así elimina el sufrimiento desde su causa. Usted elimina la inconsciencia del mundo.

Esto no significa que usted no pueda enseñar también a través del hacer, por ejemplo señalando cómo dejar la identificación con la mente, cómo reconocer patrones inconscientes en uno mismo, etc.
Pero quien es usted es siempre una enseñanza más vital y un elemento de transformación del mundo más poderoso que lo que usted dice, y más esencial incluso que lo que usted hace.

Más aún, reconocer la primacía del Ser y trabajar así desde la causa no excluye la posibilidad de que su compasión se manifieste simultáneamente en el nivel del hacer y de los efectos, al aliviar el sufrimiento, siempre que se tropiece con él.

Cuando una persona hambrienta le pida pan y usted tenga, se lo dará. Pero mientras da el pan, aunque su interacción pueda ser sólo muy breve, lo que realmente importa es ese momento de Ser compartido, del cual el pan es sólo un símbolo. En él tiene lugar una profunda curación que proviene de la compasión.
En ese momento no hay dador ni quien recibe.

Eckhart Tolle