07 enero 2017

¿CÓMO ERRADICAR EL SUFRIMIENTO?



Nada de lo que sucede en el exterior puede causarnos sufrimiento.
El único sufrimiento que existe es creado debido a nuestra resistencia y falta de aceptación de lo que es.
No puede haber sufrimiento si no hay resistencia.
En el momento en que sucede algo y lo negamos, cuando nos resistimos a experimentarlo, a sentirlo, a vivirlo, en ese mismo momento, surge el sufrimiento. 
Pero cuando dejas de negar eso, de poner resistencia, cuando realmente dejas de impedir sentir y experimentar eso, entonces, surge la paz, surge la calma, y con ello, nada de sufrimiento.

¿Cómo sabemos que nos estamos resistiendo?
Cada vez que sintamos incomodidad, malestar. Es decir, cada vez que un "no" en nuestra mente perturbe el estado paz de nuestra verdadera naturaleza. 
Podremos detectar esta sensación de incomodidad observando nuestro interior; nuestras emociones, nuestros pensamientos y también nuestro cuerpo físico, el cual, estará rígido y tenso.

Escucha tu cuerpo físico, observa tus emociones y tus pensamientos, y con la auto-observación podrás detectar esta sensación de malestar e incomodidad cada vez que te estés resistiendo a algo que suceda en este momento; puede ser una situación, un pensamiento, una emoción, etc., puede ser cualquier cosa. Pero no es la cosa u objeto en sí lo que te causa malestar, sufrimiento e infelicidad, sino que es tu resistencia a ello y falta de aceptación.

Permite que todo sea, deja de negar lo que es, deja de luchar contra lo que es... simplemente relájate y permite que sea...
No te identifiques con ello, solo observa, permanece como la Presencia Consciente que está más allá de las formas, y verás que nada, absolutamente nada puede afectarte... 
Nada puede dañarte en lo más mínimo... todo surge en tu mente, en tu negación y resistencia a lo que es.

La vida está ahí para reflejarte todas las cosas que debes aceptar... abrazar con amor y permitir que todo sea, sin estar apegado. Entonces, todo deviene paz, felicidad... y en esta paz, surge la dicha y el estado de gracia.



Camino al Despertar