20 abril 2015

MEDITACIÓN GUIADA PARA LOGRAR EL ESTADO DE ILUMINACIÓN




Ésta es una práctica de meditación para lograr estados superiores de consciencia, elevarte por encima del pensamiento, aprender a permanecer en tu centro y comprender tu naturaleza esencial, la iluminación.

La iluminación no es nada más que el estado natural de tu verdadera esencia, tu Ser interno; libre de ego (identificación con tus pensamientos). Es la paz de espíritu, el equilibrio interno, el estado de gracia y felicidad que todos tenemos cuando permanecemos en el núcleo de nuestro ser interno y dejamos de perdernos en nuestros pensamientos.

Para empezar la meditación, primero debemos sentarnos en una posición cómoda; puedes sentarte en posición de loto, o medio loto, o en una silla. 
La posición no es lo más importante de esta práctica, lo más importante es poner tu atención en tu Ser interno, es decir, tu presencia, estar siendo. O dicho en otras palabras, el permanecer en el aquí y ahora, el momento presente. 
También es importante poner atención a observar tus pensamientos; simplemente observarlos, sin identificarte con ellos. 
La posición de las manos: puedes hacer el mudra de la armonía, o el mudra de la sabiduría, o el mudra del vacío. 
Así pues, empezamos!

Una vez sentados y las manos en posición, cerramos los ojos. Hacemos tres respiraciones profundas: cogemos aire por la nariz, inspiramos profundamente y lo dejamos ir por la boca, exhalamos profundamente, sacando todo el aire al exterior.
Volvemos a inspirar profundamente por la nariz… y exhalamos profundamente por la boca. 
Última respiración, inspiramos profundamente por la nariz… y exhalamos por la boca.
Una vez hemos hecho las tres respiraciones profundas, ahora respiramos de manera natural: cogemos aire por la nariz y exhalamos también por la nariz.
Ponemos especial atención a la respiración: inspiro por la nariz y expiro por la nariz… inspiro y expiro… inspiro y expiro…

Ponemos una breve atención a nuestro cuerpo; notaremos que está rígido… relajamos… soltamos… dejamos ir…

Ahora ponemos nuestra atención en los pensamientos. Los observamos, sin identificarnos con ellos. Simplemente los dejamos pasar; ellos vienen y se van. No nos aferramos a ningún pensamiento, nos mantenemos en nuestro centro, con una plena atención a nuestro ser interno.
Viene un pensamiento… lo observo… es como una nube en el cielo… pasa de largo… y se disuelve… desaparece… 
Viene otro pensamiento… lo observo… no me aferro a él, no me engancho a él, simplemente lo veo pasar… 
Hay un espacio, una distancia entre el pensamiento y yo… El pensamiento pasa de largo… y se disuelve… desaparece…
Así permanecemos durante un largo período de tiempo; observamos nuestros pensamientos, vemos como vienen y pasan de largo… nos mantenemos presentes en nuestro centro, en el núcleo de nuestro ser interno.

Observaremos que cada vez aparecen menos pensamientos… Seguimos en nuestro centro, poniendo especial atención a nuestro ser interno… 
Poco a poco notaremos más espacio… más paz… como una especie de apertura… 
Al tener toda nuestra atención en nuestra propia Presencia, no sentiremos nuestro cuerpo… Estamos elevando nuestra consciencia, y, por tanto, trascendemos nuestro cuerpo y trascendemos la mente, de esta manera, alcanzamos estados superiores de consciencia.

Seguimos poniendo toda nuestra atención a nuestro ser interno… Somos presencia… Estamos totalmente en nuestro centro, en el núcleo mismo de nuestro ser…. Somos espacio infinito… una totalidad… una unidad… Somos uno con Todo… 
Permanecemos así durante toda la práctica de meditación.

Si aparece algún pensamiento, simplemente lo observo… no me agarro a él, lo dejo pasar… viene… pasa… y se va… se disuelve…

Soy Presencia… Soy espacio infinito… Soy uno con todo… Soy la totalidad misma…
Siento una fusión entre la dimensión de la materia y la dimensión divina… no hay separación… Una unidad… Un Todo…
Hay una sensación de gracia… una paz infinita… una felicidad… Éste es nuestro estado natural… nuestra verdadera esencia… es el estado de iluminación…
Permanecemos en este estado hasta el final de la práctica de meditación.

Para finalizar la meditación, vamos tomando consciencia de nuestro cuerpo; hacemos tres respiraciones profundas; cogemos aire por la nariz… inspiramos profundamente… y lo sacamos por la boca… exhalamos profundamente.
Inspiramos profundamente por la nariz… y exhalamos profundamente por la boca… 
Voy tomando consciencia del lugar en el que estoy… Voy moviendo mis manos, mis pies…
Inspiramos profundamente por la nariz… y exhalamos profundamente por la boca… y abrimos los ojos lentamente…

Lo importante es mantenernos en este estado, durante todo el día. Es de esta manera, como logramos traer el Cielo a la Tierra, es decir, el estado de iluminación.





Camino al Despertar