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28 marzo 2015

DIFERENCIA ENTRE REPRIMIR Y ACEPTAR UNA EMOCIÓN



¿Cómo sabemos si realmente estamos aceptando nuestras emociones o las estamos reprimiendo?

Cuando sentimos una emoción negativa, como por ejemplo ira, irritabilidad, observaremos que no tenemos paz. Nuestro cuerpo está intranquilo, nervioso y sentimos negatividad.
Ante este tipo de emociones, automáticamente y sin ser conscientes, nos negamos a sentirlas, no nos gustan y en nuestro interior decimos "no quiero sentir esto", entonces les damos la espalda. 
Nuestra propia negación no permite que la emoción aflore a la superficie y, por tanto, no la transformamos en luz, no la iluminamos... la reprimimos... y la emoción no se libera, va a permanecer en nuestro subconsciente.

Para saber si estamos aceptando una emoción negativa, hemos de permitir sentirla... 
Cuando la sentimos, estamos dejando que la emoción aflore a la superficie, y de esta manera tomar consciencia de ella y transformarla en luz.
Para transformar la emoción negativa en luz, debemos primeramente OBSERVARLA... Y A CONTINUACIÓN, ABRAZARLA CON AMOR, CON CONSCIENCIA. 
Podemos decir en nuestro interior "soy consciente de que siento esta emoción, la ira, permito que salga, acepto que está aquí y la abrazo con todo mi amor y mi consciencia".

Así pues, la única diferencia entre reprimir y aceptar una emoción, es simplemente el permitir sentirla, observarla y abrazarla (es cuando la aceptamos), o negarla, rechazarla, darle la espalda, no querer sentirla (es cuando la reprimimos).

El reprimir emociones negativas hace que éstas permanezcan en la profundidad de nuestro subconsciente, y ya sabemos que nuestro subconsciente es el que crea la realidad que experimentamos. Si tenemos muchas emociones negativas en nuestro interior, atraeremos experiencias negativas, de dolor y sufrimiento... 
Es muy importante aceptarlas, de esta manera las liberamos y nosotros nos sanamos. 
Cuanta más paz haya en nuestro subconsciente, más paz habrá en nuestra vida.

Camino al Despertar 

26 marzo 2015

¿CÓMO TRASCENDER LOS HÁBITOS?


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La mente es memoria; acumulación de conceptos que hemos aprendido en el pasado. Y nos aferramos a esta acumulación de conceptos del pasado porque es lo único que conocemos. 
El futuro es la proyección del pasado, de los conceptos que ya hemos aprendido. 
No podemos pensar en algo que no conocemos, sino que utilizamos nuestra memoria (conceptos aprendidos en el pasado) para proyectarla en el futuro.
La mente solo puede proyectar lo que ya sabes, lo que ya conoces. Por tanto, tu futuro es pasado modificado.
Hagas lo que hagas en el futuro, será una continuación del pasado. De aquí surgen los hábitos. 

Los hábitos solo pueden trascenderse cuando eres consciente. Cuando no eres consciente, te dejas llevar por los hábitos, que no son más que quehaceres aprendidos en el pasado.
Te han enseñado desde tu infancia a hacer las cosas de una determinada manera. Tus padres fueron un ejemplo para ti, tus profesores de la escuela también, tus amistades, y todas las personas con las que tuviste relación, todos ellos te enseñaron cómo se hacen las cosas. Ha esto lo llamamos educación. Y la educación está basada en hábitos; en unas pautas y normas y maneras de hacer y de estar. 

Cuando te mueves por hábitos, repites los mismos patrones de tu infancia. Por ejemplo, si tus padres se separaron, es muy probable que tú también te acabes separando de tu pareja. Si tuviste un padre que bebía alcohol y fumaba, es muy probable que tú también acabes fumando y bebiendo alcohol. Si tu madre cocinaba de una determinada manera, haciendo un tipo de recetas, es muy probable que tú acabes haciendo las mismas recetas que hacía tu madre. Esto es muy típico en las culturas. Los hijos aprenden de los padres. Y así, con todo, se van generando unos hábitos.
Al haberlo vivido desde que eras un niño, todo lo que tus padres, profesores y tu entorno te mostraron y enseñaron, crees que es lo correcto, por tanto, acabas repitiendo los mismos quehaceres y patrones. 

Todas las culturas son diferentes entre ellas, porque se basan según los hábitos aprendidos. La comida de cada país es cocinada según los hábitos de ese país. También ha sucedido con las religiones; con la política, la educación, el idioma, etc. Absolutamente todo son hábitos que se han ido aprendiendo desde la infancia.

También actuamos inconscientemente, basándonos en los hábitos cuando se trata de emociones. Repetimos los mismos patrones de nuestra familia. 
Por ejemplo, si un padre maltrata a su hijo; le grita, le falta el respeto, le obliga a hacer lo que el padre quiere, etc… el niño va a repetir el mismo patrón de su padre, porque será lo que él ha conocido, ha visto en su casa, y cree que eso es lo correcto. Repetirá ese mismo patrón de maltratador, a no ser que se vuelva consciente. 

Los hábitos crean karma, porque cuando actúas por hábitos, eres inconsciente. Estás condicionado por el pasado y repites lo mismo sin darte cuenta.
Tanto si haces acciones negativas, como positivas, si están motivadas por tus hábitos, se crea karma.
Si no te das cuenta de esto, seguirás siendo un esclavo de tus hábitos, tus acciones.

Cuando te vuelves consciente, te das cuenta de que esos hábitos no son los correctos, que hay otras maneras de hacer, sin generar sufrimiento, entonces, es cuando conscientemente, dejas de repetir los mismos patrones, los mismos hábitos que aprendiste en el pasado y pasas a accionar de manera consciente; utilizando el sentido común (“no debo hacer a los demás lo que no me gusta que me hagan a mi”), o accionando según tu intuición (voz interior) y tu propia voluntad. 
Al estar consciente, tu voluntad siempre estará enfocada en hacer acciones positivas que beneficien a los demás seres y a ti mismo. 
Cuando llegas a este punto, ya eres un ser consciente, pero el hecho de no repetir hábitos requiere de un intenso estado de alerta, de consciencia, presencia, porque ya no actúas desde la mente (memoria del pasado, patrones que se siguen repitiendo en el futuro), sino que actúas desde el corazón, la consciencia, el Ser.

Por tanto, para trascender los hábitos debemos ser conscientes y tener el dominio de nosotros mismos. No dejar que los hábitos sigan dominándonos, no ser su esclavo, sino darnos cuenta de que somos absolutamente responsables de todo lo que nos sucede.
Únicamente puedes dejar de ser esclavo de tus hábitos cuando te das cuenta de ellos, cuando tomas consciencia, porque has aprendido las consecuencias de dichos hábitos. Ahora sabes las consecuencias y ya no deseas volver a vivirlas. 

Camino al Despertar

25 marzo 2015

¿QUÉ ES SER TESTIGO?



Ser testigo es mirar, observar, sin ningún juicio, sin ningún pensamiento.
Cada vez que pensamos, estamos juzgando. 
Si por ejemplo miro la luna y digo “la luna es redonda” o “qué bonita es” o “cómo brilla”, estoy juzgando la luna, estoy utilizando el pensamiento para interpretar la luna. 
Cuando digo que la luna es bonita, la luna deja de ser lo que es y pasa a ser la “luna bonita”. He corrompido la realidad, he hecho un condicionamiento, la luna está condicionada por mi pensamiento de que es bonita. La realidad deja de ser la realidad y pasa a ser una interpretación mental, una realidad condicionada.
En cambio, si miro la luna y no digo nada, simplemente observo la luna, estoy siendo testigo, estoy viendo la luna tal y como es, estoy viendo la realidad tal y como es. 
La luna es… la realidad es… no hay interpretación mental, no hay condicionamiento, solo hay lo que es, la verdad.

Pensar es evaluar, es clasificar, es etiquetar. En cuanto evalúas una cosa, la clasificas, le pones nombre, has pensado.
Cuando no se te permite pensar, lo único que puedes hacer es observar, ser testigo. 
La luna está ahí; no se te permite pensar en si es bonita o fea, si es redonda o cuadrada, si brilla o no brilla, no puedes etiquetar, clasificar, evaluar… entonces lo único que puedes hacer es ver la luna tal y como es. Aquí es cuando ves realmente la realidad, porque no hay ningún pensamiento que distorsione esta realidad… no hay ningún juicio, ni etiqueta, simplemente ves la luna.
Cuando no hay mente, nada es corrompido, nada es condicionado… las cosas son como son… la realidad es la realidad.

Cuando piensas, impones el pasado en el presente; porque todo pensamiento se basa en conceptos del pasado. La mente equivale a tus recuerdos del pasado, a tu memoria. 
La mente solo puede estar en el pasado o en el futuro, pero no puede estar en el presente. Los pensamientos son conceptos, interpretaciones, juicios, etiquetas… y todos estos conceptos han sido aprendidos en el pasado; los aprendiste en el pasado y los proyectas en el futuro. 
Cuando eras pequeño, te enseñaron que un lápiz es un lápiz, que un árbol es un árbol y que una casa es una casa. También te enseñaron que un lápiz es más pequeño que un árbol y que un árbol es más pequeño que una casa. Te enseñaron lo que es bonito y lo que es feo, lo que es bueno y lo que es malo… te llenaron de condicionamientos.
Cuando naciste, viniste sin condicionamientos; fue la sociedad y la cultura de tu entorno quienes te enseñaron todos estos conceptos. Así, aprendiste a identificar, a etiquetar, a clasificar, a evaluar, a juzgar. Pero si no hiciéramos esto, sería muy difícil vivir en este mundo. Todo tiene un nombre, una etiqueta… y cuando miras una cosa, automáticamente la etiquetas… no ves la esencia, sino que ves el concepto.
Cuando miras una mariposa, no ves la esencia de la mariposa, sino que ves “un gusano que se ha transformado en mariposa”… y también ves “la mariposa vuela, sus bellos colores, es hermosa”. Solo ves los conceptos, pero no ves la esencia.

En el presente, no hay mente, no puede haberla, porque en el momento en que surge un pensamiento, ya es pasado… es pasado proyectándose… son datos proyectándose… En el momento en que piensas, surge el recuerdo, la memoria… y la memoria son datos almacenados en tu subconsciente para poder definir las cosas… para poder identificarlas, clasificarlas y evaluarlas. La memoria son recuerdos, experiencias vividas en el pasado, conceptos que has aprendido y los has guardado.

Cuando eres testigo, no hay pensamientos, no hay memoria, no hay datos. Ser testigo es observar las cosas sin mente, sin pensamientos, sin etiquetas ni conceptos. Por tanto, nada puede ser interpretado cuando eres testigo. Cuando no hay mente, todo es como es… la realidad refleja la realidad tal y como es, su esencia pura, sin conceptos ni condicionamientos.

La iluminación se basa en despojarse de todos estos condicionamientos, vaciarse de conceptos, de mente… es permanecer en el momento presente, el aquí y ahora… y en este momento todo es como es, la realidad es la que es… no hay mente que se proyecta, no hay pasado ni memoria que se proyecta, únicamente hay esencia… un vacío de conceptos… todo es como es.
Por eso, ya estamos iluminados, pero al habernos llenado de tantos conceptos y condicionamientos, no vemos la realidad tal y como es, no vemos la esencia, sino que la interpretamos de acuerdo a nuestros conceptos aprendidos en el pasado.
Los seres que han “alcanzado la iluminación”, simplemente han logrado vaciarse de todos estos conceptos aprendidos y ven las cosas tal y como son… ven la realidad tal como es en su esencia más pura.

El primer paso para ser testigo es detenerse, permanecer en silencio. El segundo paso es ser, solo ser. Cuando respiras, solo respiras; cuando caminas, solo caminas; cuando miras la luna, ves su esencia. No hay pensamientos, no hay conceptos, no hay mente.
Y cuando no hay mente, cada cosa que hagas se convierte en meditación, observación… y puedes ver claramente.
Cuando bebes té sin pensar, simplemente bebes té. Es solo beber, no hay un “yo”, solo hay “beber té”, el “yo” ha desaparecido… el “yo” ya no existe.
Pero si hay pensamientos; “mmmm qué rico está el té”, el “yo” está ahí… el ego está ahí. 
Cuando no hay pensamientos, solo hay “beber té”, no hay “yo”, no hay ego. Tú no existes… si eres testigo, no existes… no hay separación entre el “yo” y el “beber té”, porque solo hay “beber té”… y si no hay separación, no hay dualidad, hay unicidad.

Camino al Despertar 

23 marzo 2015

¿CÓMO AYUDAR AL QUE NO QUIERE SER AYUDADO?



Una persona que no desea ser ayudada es una persona llena de dolor. Está profundamente hundida en su propia pena, tan hundida que se ha acostumbrado a estar ahí y no desea salir.
Su identificación con su "yo físico-mental-emocional" (ego) es tan grande y tan fuerte que no puede ver más allá... no sabe ver más allá.
Esta persona tiene una gran falta de autoestima y confianza.
Cuando alguien no se quiere a sí mismo, es muy difícil ayudarle y más aún cuando no confía.... Está totalmente cerrada en si misma, en su propio dolor, el cual necesita alimentarse de más dolor... es un pez que se muerde la cola... es muy difícil salir de ahí, pero hay una manera de poder ayudarle:
Esta persona lo que realmente está pidiendo es amor... está pidiendo ser amada, ser respetada, ser valorada... ya que su propia baja autoestima y su desconocimiento de su verdadera esencia son las causas de su "enfermedad".
Pero no podemos decirle que no se ama, que está hundida en su dolor, que no se conoce a sí misma, porque no comprende, y al no comprender, se cerraría aún más en su propia pena.

Por tanto, para poder ayudarla, debemos hacer lo siguiente:
Si después de preguntarle si desea ayuda, ella responde "no" varias veces, lo único que debemos hacer es no insistir más... dejarla... Entonces será nuestra actitud y el trabajo que vamos a hacer nosotros para ayudar a esa persona.
Con nuestra propia energía y vibración, podremos ayudarla.
Debemos de ser siempre muy respetuosos con ella; hablarle dulcemente, con cariño y respeto. Nunca sacar el tema de que ella está mal, que necesita ayuda, etc... nunca hablar sobre las negatividades.
Cada vez que estemos con esa persona, simplemente hemos de permanecer en silencio, con un estado de presencia, de no-mente. La paz que se desprende con el estado de presencia, es lo que ella necesita... paz... tranquilidad... calma...

Pasado un tiempo, esa persona verá paz y calma en nosotros, y eso le provocará confianza. Al tener más confianza, su corazón se irá abriendo poco a poco... pero nosotros hemos de seguir manteniéndonos en silencio, en estado de presencia. Y si hemos de decirle algo, siempre con mucho respeto y amabilidad... el amor es sanador.

Puede ser que la persona tarde mucho tiempo en lograr abrirse a nosotros y confiar plenamente, esto depende de la persona, pero cuando llegue el momento en que se abra a nosotros, estaremos dispuestos a escucharla.
En la fase de escuchar, hemos de estar muy preparados, ya que la persona sacará todo su dolor... Lo puede sacar en forma de ira, o culpándote a ti, o en forma de orgullo negativo, así es la confianza. Habrá momentos en que te atacará, te ofenderá y te gritará, pero tú sabrás que no es ella la que habla sino su propio dolor, así que tú sigues permaneciendo en estado de presencia y escucha.

Más adelante, puede ser que la persona se de cuenta de todo el dolor que lleva dentro, o puede ser que no, pero en ambos casos ya habrá una buena relación entre tú y ella. 
El proceso de sanación es largo y requiere de mucha presencia, pues es tu propia energía (vibración) lo que está sanando a la otra persona.... es tu propia paz interior, tu amor...
Debes ser muy fuerte para que no te dejes arrastrar por su dolor, ya que su energía tenderá a llevarte a ti hacia "abajo", hacia su dolor... por eso debes de permanecer muy consciente, muy alerta, en estado de presencia.

Esta experiencia es tan positiva para la persona que está sufriendo como para ti, es un aprendizaje, una "prueba espiritual" que te permite a ti estar más presente, más consciente, y por ende, lograr estados superiores de consciencia e iluminación.




Camino al Despertar

21 marzo 2015

EXPRESA TU LIBERTAD



No hagas esfuerzos por adaptarte al mundo cuando sientes que no encajas...
No te obligues a seguir un sistema que está considerado como "normal", cuando en realidad es un sistema basado en las estructuras antiguas (inconsciencia)...
Si sientes que es muy difícil vivir limitado por horarios, obligaciones, tareas que ocupan la mayor parte de tu día y no te aportan nada, es hora de empezar a plantearse un cambio...
Este cambio ya se ha dado en tu interior, pero aún sigues aferrado a los viejos hábitos y esto te provoca resistencia y resignación... 
Solo te sientes libre y feliz cuando realmente no estás atado a nada ni a nadie... sientes que únicamente gozas de la vida cuando haces realmente aquellas cosas que amas y salen de tu corazón... 

Cuando has avanzado tanto en tu evolución consciencial, ya no puedes volver atrás y vivir limitado por el tiempo y el dinero... sientes una total opresión cuando has de seguir lo que es considerado como "normal" en las masas (madrugar, trabajar, sacrificarte por los demás a cambio de un sueldo, etc... ), esto ya no va contigo, tú eres un ser despierto y consciente, has traspasado la línea y tu corazón te pide que seas tú mismo y dejes de ser el esclavo que eras antes...

Esto es el salto cuántico, el despertar de la consciencia... es duro y doloroso... ya que la sociedad mayoritariamente aún sigue los viejos patrones... y hay que alimentar el cuerpo... pero tu corazón te pide libertad!
Permítete soltar todo eso... sin miedo... con consciencia... deja fluir y ten completa confianza en tu Ser Superior... Ahora ya no hay vuelta atrás, hay que seguir adelante... con más libertad, con más sencillez, soltando cargas y mochilas que te han oprimido y esclavizado durante tantos años...

Sé libre!! ... Ten el valor y coraje de desapegarte de tus posesiones, cuando lo que realmente necesitas es vivir plenamente feliz, sin ataduras, sin obligaciones, sin hábitos... simplemente siendo en el momento presente...
Una vida más sencilla, un contacto más directo con la naturaleza... Vende todos tus bienes si hace falta... siempre con consciencia... porque no hay nada más importante que tu libertad y felicidad... 
Y únicamente podrás ser libre y feliz cuando seas realmente tú mismo... el Ser divino y maravilloso que aflora desde tu corazón para manifestarse en el mundo exterior.

No es fácil... pídele a tu Ser Superior que te guíe, que te muestre el camino para poder realizar el cambio en tu vida exterior.
Y recuerda algo muy importante: "Aléjate de todo y de todos aquellos que no te dejan sentir libre".

Camino al Despertar 

19 marzo 2015

¿CÓMO PODEMOS ACEPTAR?



La aceptación es una de las cosas más difíciles, es todo un trabajo interior que requiere de mucha comprensión.
Cuando se da una situación concreta en la vida, la cual te produce malestar, como por ejemplo tener un trabajo que no disfrutas y no te sientes feliz con él; no te gusta y es algo que te ves obligado a vivir, pero no puedes de ninguna manera cambiar la negatividad y el rechazo que sientes con respecto a ello, suele surgir resignación en ti. 
La resignación no es aceptación, la resignación es cuando algo no te gusta, no sientes alegría con ello, pero interiormente dices "no tengo más remedio que aguantar".
Llegar a este punto, es ir en contra de nosotros mismos, pues no podemos realizar ninguna actividad si no sentimos en lo más profundo de nuestro interior alegría alguna. De aquí surge el enojo, la ira, la depresión, la resignación, la esclavitud... Te sientes totalmente preso, sin alternativa alguna, y no eres feliz. Te ves "obligado" a vivir esa experiencia que la vida te ha puesto delante, sin otra solución.
Esto es un karma. 
Cuando la vida te pone delante cualquier experiencia de la cual sientas sufrimiento y negatividad, es karmático.
Por tanto, la única manera que tenemos de transformar nuestra negatividad y resistencia interior ante la experiencia es con la ACEPTACIÓN. 

¿Y cómo podemos aceptar?

Con comprensión... con sabiduría... con una visión superior.
Sabemos que la vida está regida por el karma, la ley de causa y efecto. También sabemos que todo es impermanente. Somos conscientes de que en la vida venimos a experimentar lecciones para "aprender" de ellas (volvernos más sabios y conscientes), por tanto, lo único que debemos hacer para lograr aceptar es CAMBIAR NUESTRO ENFOQUE. Es decir, cambiar nuestra manera de ver las cosas... mirar desde otra perspectiva más elevada y superior, conscientemente, con sabiduría, sin identificarnos con la experiencia en sí, ya que es en la propia experiencia donde se esconde el aprendizaje, la lección.

Si cambiamos nuestra percepción de las cosas, podremos lograr más comprensión y por tanto, más aceptación.

En el ejemplo anterior sobre el tener un trabajo que no nos satisface, no nos produce alegría, hemos de ser conscientes de que en ese trabajo se esconde la gran lección que la vida nos ha traído. Hemos de observar en nuestro interior y discernir; buscando el "por qué y para qué tengo que vivir esto".
Cuando indagas en tu interior, descubres que ese trabajo es la gran oportunidad para ti de lograr un estado más elevado de consciencia.

"¿Qué es lo que tengo que aprender de este trabajo que no me gusta?"...
La respuesta puede ser "ser más paciente", "ser más tolerante", "adquirir más sabiduría", "volverme más consciente", etc...
No hay ninguna experiencia que no nos aporte más sabiduría, pues la vida no suele darte lo que quieres sino lo que necesitas para impulsar tu estado consciencial. 
Por tanto, viendo la situación desde esta perspectiva más elevada (sin estar identificado, atrapado, en ella), es cuando podemos aceptar que todo lo que experimentamos en la vida es para nuestra propia evolución.

Una vez hayas aprendido lo que tenías que aprender de esa experiencia, automáticamente ésta desaparecerá; ese karma se disolverá... ya lo habrás liberado, trascendido.

Agradece por cada situación y vivencia, pues en ella se esconde el más grande de los tesoros "impulsar y expandir tu estado de consciencia y adquirir más sabiduría y comprensión."

Camino al Despertar

12 marzo 2015

LA PERSONA MÁS IMPORTANTE



La persona más importante de tu vida eres tú mismo.
Los demás son proyecciones de tu mente que actúan como espejo, para reflejar los aspectos de tu subconsciente que has de trabajar (sanar).
No te prives de tu libertad diciendo "sí" a los demás. Primero estás tú y después los demás.
No debes complacer a nadie, no debes privarte de tu libertad para hacer felices a los demás. 
Cuando se dé una situación en la que tú y el otro no estéis de acuerdo, debes comunicarle tu punto de vista con respeto y amor. Que el otro te comprenda es cosa suya. Tú no eres responsable de lo que sienten los demás, eres responsable de lo que tú sientes y de la manera en cómo tratas a los demás. 
Aprende a decir "no" cuando sientas que es "no". Sin miedo.
Mientras trates a los demás de la manera correcta; con amabilidad, amor, respeto y gratitud, estarás en dharma (hacer el bien a uno mismo y a los demás). Y cuando estás en dharma solo hay lugar para la paz, la felicidad y la abundancia.

Es muy importante tu libertad y la libertad de los demás.
Cuando sientas que alguien de tu entorno no te trata con respeto, sientes que de alguna manera está limitando tu libertad, debes alejarte de esa persona, con amabilidad, con amor... deseándole lo mejor.
Si es alguien de tu familia, puedes poner distancia entre tú y la otra persona, siempre con amor; respetando su libertad y también respetándote a ti mismo. 
No permitas que nadie te maltrate, no permitas que te utilicen para su beneficio, haciéndote sentir culpable si no haces lo que la otra persona quiere. La vida no es así... no se trata de aguantar, ni de permitir que los demás abusen de ti. 
Simplemente puedes decirle amablemente: "Gracias, pero no me siento bien cuando me hablas así. Es beneficioso para ambos que haya respeto".

Absolutamente nadie puede pretender cambiar a otra persona, ni mucho menos que esté a sus pies. 
Nadie es esclavo de nadie. 
Si la otra persona no comprende que tú eres un ser libre, no tienes más remedio que alejarte de ella, con amabilidad, con amor.

Cuando pretendes que otra persona haga lo que tú quieres, le estás privando de su libertad, y al mismo tiempo estás creando karma. 
De la misma manera, cuando tú mismo permites ser abusado o privado de tu propia libertad, porque no tienes más salida en la vida que estar junto a esa persona, también estás creando karma para ti mismo. 
Así que, para liberar este karma, solo tienes que hacer una única cosa: comunicarle con amor a la otra persona que debe respetar tu libertad, y que a partir de ahora ya no permitirás estar bajo sus pies. 
En el momento en que des este paso, automáticamente la vida dará un giro, tu karma se liberará y lograrás la paz y felicidad.
La vida no se cambia desde afuera, sino desde tu interior. Haz la prueba y te sorprenderás. Toma consciencia y cambia tu actitud, y de pronto verás que el mundo de allá afuera cambiará automáticamente... como por arte de magia.

Nadie es más importante que tú mismo, que tu libertad. Y al mismo tiempo, la libertad de todos es tu propia libertad. Así que toma consciencia: respétate a ti mismo y respeta a los demás.


Camino al despertar 

11 marzo 2015

¿CÓMO SANAR EL DOLOR QUE AFLORA DESDE EL SUBCONSCIENTE?



Cuando tenemos un dolor que permanece en estado latente (dormido) en la profundidad de nuestro subconsciente, la vida nos pondrá delante una situación o una persona con la finalidad de que el dolor aflore a la superficie.
Mientras el dolor está en el subconsciente, dormido, no sentimos dolor, y por tanto, no sabemos que está ahí. 
Cuando aflora a la superficie, entonces es cuando sentimos dolor y sufrimiento. El dolor se ha "despertado" y nos avisa de que está en nuestro interior. Esto es una oportunidad para nosotros, para saber que estaba ahí y así poder sanarlo.

Las personas, solemos culpar a los demás o a las situaciones cuando éstas nos hacen sentir incómodos, molestos, enojados, irritables, y sobretodo cuando sentimos dolor y sufrimiento.
La verdad es que ninguna persona nos causa dicho dolor, ni tampoco puede la situación en sí... Somos nosotros mismos que tenemos ese dolor en nuestro interior. Y la otra persona es quien nos lo está reflejando. Es decir, esa persona está ahí como espejo nuestro; y al sentirnos mal, sufrimos... pensamos que es la persona quien nos ha causado ese sufrimiento, cuando en realidad la persona tan solo nos ha ayudado a que el dolor se despierte, salga a la superficie y de esta manera podamos tomar consciencia de él y sanarlo.

¿Cómo sanar un dolor que ha despertado de nuestro interior?

Para sanar, hemos de aceptar ese dolor. 
Ahora sabemos que está en nosotros y es nuestra oportunidad para iluminarlo.
Hemos de observarlo, iluminarlo con la luz de la plena consciencia; siendo testigos. 
Observarlo significa, poner atención en el dolor, sin juicios ni pensamientos, simplemente observarlo y abrazarlo con amor y consciencia.
Podemos decir en nuestro interior: "Dolor, ahora sé que estás ahí, te abrazo con todo mi amor y mi plena consciencia".

También podemos escribir en un papel todo lo que sentimos (dolor, negatividad, ira, tristeza, enojo, odio, etc...) y a continuación escribir: "Yo Soy fuente de luz y de amor. Yo soy fuente de aceptación y de consciencia. Abrazo mi dolor y lo transformo en luz. Gracias, gracias, gracias".


Debes recordar que absolutamente todo lo que te hace sentir una persona, en forma de sufrimiento, no te lo hace sentir esa persona, sino que ese sufrimiento está ya en ti y ha despertado; ha pasado del subconsciente al consciente. 
Nunca culpes a nadie, al contrario, agradéceles que estén ahí para que te hayan ayudado a reflejar tu dolor y así darte cuenta.

Todos los dolores que llevamos dentro, en nuestro subconsciente, son karmas que no hemos sanado. Por tanto, se van repitiendo una y otra vez, en distintas situaciones, con diferentes personas, e incluso en vidas posteriores hasta que logres sanarlo.

Ese karma, se repetirá un montón de veces, hasta que lo hayas superado. Cuando lo hayas sanado, ya no se repetirá más, ya no volverás a vivir ninguna situación ni aparecerá ninguna persona que te vuelva a hacer sentir ese mismo dolor.
Pero si ves que en tu vida hay situaciones que se repiten una y otra vez... párate y observa tu alrededor... pon atención en tu interior, sobretodo en qué es lo que sientes y empieza a trabajar con la observación consciente para lograr la sanación.


Cuando estamos en el camino espiritual, la mayoría de las personas, tenemos tendencia a reprimir las emociones y sentimientos de malestar, dolor y negatividad. 
Los reprimimos pensando que los estamos observando para transformarlos en luz, pero casi nunca es así. 
Cuando notamos la más mínima sensación de inquietud y negatividad (somos conscientes de ella), no permitimos que el dolor salga a la superficie. Está ahí enterrado en nuestro subconsciente, despertando y dando señales de alarma... y en cuanto nos damos cuenta de que sentimos un sutil dolor, automáticamente lo bloqueamos, lo reprimimos, no lo dejamos aflorar.
Esto es debido a nuestra mente (ego) que se mueve por hábitos y en cuanto detecta el leve dolor de nuestro interior, recuerda lo mal que se pasa al sufrir, entonces tiene miedo y automáticamente lo rechaza, no lo acepta... nuestra mente dice: "no quiero sentirme mal. Quiero estar bien".
El dolor no ha podido salir a la superficie y al no sanarlo, vuelve a quedar en la profundidad de nuestro subconsciente, en estado latente (dormido), hasta que otra situación distinta provocará que vuelva a despertar.

Hemos de ser muy conscientes de esto, ya que si no permitimos que los dolores salgan (pasen del subconsciente a la mente consciente), no lograremos liberarlos.

La manera correcta para poder sanar esos dolores es la siguiente:


En el momento que despierta y empieza aflorar hacia la superficie (nos damos cuenta de que nos sentimos mal), tenemos que PERMITIR Y ACEPTAR QUE ESE DOLOR ESTÁ AHÍ Y QUE DEBE SALIR. TENEMOS QUE SENTIR ESE DOLOR, A PESAR DE QUE ESTO ES LO QUE SOLEMOS EVITAR. 
Le tememos al sufrimiento y por eso lo negamos, le damos la espalda y lo dejamos ahí, como un niño indefenso, llorando, que necesita ser abrazado y consolado con amor y compasión.
Por tanto, cuando notes que hay algo que te molesta en el interior, un malestar, o un dolor agudo que surge de repente, no lo niegues, no le des la espalda... obsérvalo como si fuera un niño pequeño indefenso, que necesita tu ayuda, necesita un abrazo, necesita de tu amor, de tu luz para poder transformarse (transmutarse) y así, liberarse.

Así que siente ese dolor, sin miedo; siéntelo como observador que eres, sentir el dolor pero sin identificarte con él (no te aferres a él, no te dejes arrastrar por él), simplemente mantén un poco de distancia entre tú y el dolor, lo observas como si estuvieras mirando una película de drama, siendo consciente de que ese dolor no eres tú... lo observas sin juicios y luego lo abrazas con compasión y con el amor y la luz de tu consciencia. 

Puedes decir en tu interior: "sé que estás aquí, no te preocupes, voy a abrazarte y a cuidar de ti".

Esta es la manera correcta para sanar el dolor del subconsciente que aflora a la superficie.

El dolor es energía enquistada, bloqueada; son como pelotas de energía que tienen una vibración distinta a la energía que fluye por todo nuestro campo electro-magnético (energía Chi). 

Estas pelotas no permiten que nuestra energía Chi fluya correctamente, y con el paso del tiempo, causan enfermedades en el cuerpo físico. 
Las enfermedades del cuerpo físico son las señales que nos indican que algo en nuestro interior no fluye correctamente. Por tanto, la enfermedad es el síntoma que nos permite tomar consciencia de la energía enquistada que hay en nuestro interior y que debemos sanar.



Camino al Despertar

02 marzo 2015

LAS RELACIONES COMO REFLEJO DE NUESTRO INTERIOR



A veces nos preguntamos: "¿Por qué ha aparecido esta persona en mi vida que me hace sentir tan mal?" o "¿Por qué estoy viviendo esta experiencia tan dolorosa?"

La respuesta es la siguiente:
Todas nuestras vidas anteriores, experiencias vividas, personas conocidas, recuerdos de alegrías y sufrimientos, dolores que no han sido sanados, etc... absolutamente todo lo que hemos experimentado, queda grabado en nuestra mente subconsciente.
La mente subconsciente es la memoria de todas nuestras experiencias; es el disco duro donde quedan registradas.

Cuando se presenta alguna situación o persona en tu vida que te hace sentir dolor, ese dolor no te lo causa la otra persona sino que ya está dentro de ti, en tu subconsciente. Y esa persona o situación en concreto, es una proyección de tu propia mente para ayudarte a sanar ese dolor que estaba enterrado dentro de ti.
Esa persona será un espejo tuyo en el cual se reflejarán esas emociones negativas que tienes que resolver.
Con la ayuda de esa persona, ese dolor que está en tu subconsciente, aflorará a la superficie y de esta manera podrás saber que está ahí... tomar consciencia de que tienes algo que hay que sanar.

Todas las personas son espejos que nos ayudan a reflejar aquellos aspectos de nosotros mismos que no hemos sanado.
Y estas personas son creadas por nosotros mismos; son proyecciones de nuestra mente, con la finalidad de que nos reflejen lo que hay que resolver de nuestro interior.

Por ejemplo, cuando hay un miembro de nuestra familia, con el que no nos llevamos bien. Esa persona nos hace sentir enojo, ira, rencor, incluso odio. 
En realidad, no es la persona que nos lo provoca, sino que la emoción negativa (enojo, ira, rencor, odio) ya estaba en nuestro subconsciente... Esa persona tan solo nos lo ha reflejado. Nos ha ayudado a ser conscientes de ese dolor. 
Por tanto, no podemos culpar a nadie, ya que nadie nos causa sufrimiento; ellos nos ayudan a que afloren los aspectos negativos que ya tenemos dentro y que debemos sanar. 
Hemos de estar agradecidos por esas personas que nos hacen sentir "mal", porque ese "mal" ya lo teníamos dentro.

Esto sucede mucho con las relaciones de pareja. Suele ser, en la gran mayoría de los casos, que las parejas son las personas que nos reflejan los dolores que tenemos en nuestro subconsciente.
Si no hay dolor, haga lo que haga tu pareja, no puede afectarte para nada.

Por eso Buda decía: "Todo lo que te molesta de otros seres es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo".

Cuando ACEPTAS que tienes ese dolor o emoción negativa, estás abriendo las puertas a la sanación. Porque aceptación implica sanación. 
Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para la evolución de nuestra consciencia.

Camino al Despertar