La enseñanza del Buda dice de manera clara y neta: “debéis hacer del momento presente el momento más magnífico, el más maravilloso de vuestra vida. Debe convertirse en el momento más maravilloso de vuestra vida. Sois inteligentes. Sabéis lo que hay que hacer para transformar este momento presente en un momento maravilloso.”
Sólo la libertad puede ayudaros. Liberaos de vuestras preocupaciones, de vuestras inquietudes sobre el pasado, el futuro, etc.
Buda decía: “El pasado ya no está aquí; el futuro todavía no está aquí; hay solamente un momento en el cual podéis estar realmente vivos: es el momento presente. Por lo tanto, cuando hacéis una inspiración, os liberáis del pasado, del futuro, y os instaláis firmemente en el momento presente.”
Inspiro… soy la inspiración: vosotros sois la inspiración, os establecéis en el aquí y el ahora.
Una inspiración es algo muy agradable, placentero, nutritivo, curativo.
Con la inspiración la energía de la plena consciencia nace, la energía de la concentración nace. Y si continuais viviendo en la concentración, tendréis visiones muy profundas de todo lo que está ahí. Y esta visión nos aporta la comprensión que nos ayuda a liberarnos de nuestro sufrimiento.
Plena consciencia, concentración, y visión profunda, son las energías que pueden ser liberadas por la práctica. La practica de la respiración consciente y el caminar en plena consciencia.
Cuando hablamos es difícil practicar la respiración consciente, por lo tanto, hablemos muy poco para poder tener el tiempo de practicar la respiración consciente.
Hay que regocijarse en la inspiración, hay que regocijarse de nuestra espiración.
Observa el cielo azul, la flor, la vegetación, el niño… haces una inspiración y estás verdaderamente ahí, estás en contacto con las maravillas de la vida en el momento presente.
Cuando camines, hazlo en plena consciencia. Camina como una persona libre.
¿Libre de qué?
Libre de arrepentimientos en lo que concierne al pasado, libre del miedo, de la ansiedad en lo que concierne al futuro.
Camina como un hombre, como una mujer libre. Y cuando camines así, estás en pleno contacto con las maravillas de la vida y estás en la Tierra Pura del Buda, o en el reino de Dios. Y más adelante, podrás reorganizar tu vida para poder vivir así, respirar así, caminar así, comer así, mirar así.
Es posible adquirir momentos de libertad en la vida cotidiana.
En la vida cotidiana somos llevados por los acontecimientos.
Hay una clase de energía llamada energía del hábito, que nos empuja todo el tiempo a correr, a pensar en el futuro, y no somos libres para nada.
No hablamos de libertad política, hablamos de libertad en lo que concierne a nuestras energías negativas, sobre todo la energía del hábito.
La práctica de la plena consciencia nos ayuda a reconocer esta energía cuando ella aparece. Esta energía que nos empuja a correr, a apresurarnos, esta energía que nos impulsa a decir cosas que no queremos decir, esta energía que nos empuja a hacer cosas que no queremos hacer.
La respiración consciente nos va a ayudar.
No vamos a luchar contra esta energía. Una batalla no es necesaria.
Lo que debemos hacer es sonreír a esta energía y decir: “Hola, energía del hábito, te he reconocido”, eso es todo.
El Buda ha practicado así también.
Por lo tanto la respiración consciente y el caminar en plena consciencia nos ayudan mucho a generar esta energía de plena consciencia que nos va a ayudar a reconocer esta energía del hábito. Y cuando la energía del hábito es reconocida, ya no puede empujarnos a hacer las cosas que no queremos hacer.
Estar conscientes en este momento, en cada momento… Es la clave para alejarnos del sufrimiento.
La libertad es lo que se cultiva con la práctica.
Cuando inspiro puedo hacer dos o tres pasos. En cada paso digo: “Estoy en mi casa”.
Y cuando expiro puedo hacer dos pasos y decir: “He llegado, ya he llegado”.
Es porque en la práctica, nuestra verdadera morada es aquí y ahora. La dirección de la vida, la verdadera dirección de la vida, es aquí y ahora.
Por lo tanto, cada paso debe llevaros a nuestra verdadera morada, que es el aquí y el ahora. La dirección de la Tierra Pura del Buda o el Reino de Dios es también el aquí y el ahora. Así que hay que volver a este sitio para poder tocar las maravillas de la vida que pertenecen a la Tierra Pura.
“Estoy en mi casa. He llegado, he llegado a mi casa, que es el aquí y el ahora. He llegado al aquí y al ahora”.
Y si tenéis bastante concentración en esto, la alegría va a convertirse en una realidad.
La práctica de la meditación budista consiste en dos elementos: el parar y la mirada profunda. Samatha y Vipassyana.
Camináis, pero ya habéis llegado. Ya no corréis más.
Hemos corrido durante toda nuestra vida, hemos corrido en las vidas pasadas y hemos corrido durante todas nuestras vidas. Es porque creemos que la felicidad no es posible en el aquí y el ahora. Es por lo que hemos continuado corriendo.
“Necesito otras condiciones para ser verdaderamente feliz”.
Esta idea, esta creencia, nos empuja a correr.
La práctica consiste en pararse. Porque según la enseñanza budista, las condiciones para la felicidad son suficientes en el instante presente.
Practica el detenerte, no sólo en la meditación sentada, también practica el detenerte durante la comida.
Entre nosotros hay personas que continúan corriendo durante la comida, ellos están ahí, comiendo, pero de hecho, continúan corriendo en su pensamiento.
Practicar el detenerse es la práctica fundamental: hay que dejar de correr.
“Estoy en mi casa, he llegado”. Quiere decir, que no tengo que correr más. Es todo.
Lo que busco está aquí mismo, está ahora.
¿Qué es lo que busco?
Busco la felicidad, busco la paz, busco la Tierra Pura, pero todo esto está disponible en el momento presente. Por lo tanto debo detenerme para entrar en contacto con estas cosas.
Y si vuestra energía de la plena consciencia es suficientemente poderosa, la alegría nace, cada paso dado de esta forma, os da la fuerza, la alegría, la estabilidad, la libertad. Os resistís a la tendencia de correr hacia el pasado o hacia el futuro. Estáis verdaderamente instalados en el momento presente. Hay solidez, hay libertad en cada acto de caminar.
Caminad como un Buda.
Caminad como un hombre libre, como una mujer libre.
¿Libres de qué?
Libres de tormentos, de arrepentimientos en lo que concierne al pasado; libres del miedo, de la ansiedad concerniendo al futuro.
Estáis instalados en el momento presente, estáis en contacto con las maravillas de la vida que están disponibles, sois personas libres.
Y sabéis muy bien que sin libertad no hay felicidad posible.
La verdadera felicidad reposa en la libertad.
Liberaos de esta angustia, de este miedo, de este arrepentimiento, para poder vivir verdaderamente el momento de vuestra vida.
La práctica es para liberarnos de estos obstáculos con el fin de poder entrar en contacto profundo con las maravillas de la vida que nos curan, que nos transforman, que nos dan la alegría, el amor.
Y es sobre esta base como podemos ayudar a los demás a sufrir menos, a restaurar su bienestar, su sonrisa.
Buda, Dios, la felicidad, están disponibles 24 horas cada día.
La Tierra Pura, el Reino de Dios es nuestra felicidad, y pertenecéis a ello; están disponibles para nosotros 24 horas cada día.
“Estoy en mi casa, he llegado. No hay más que el aquí y ahora.
Bien sólido, verdaderamente libre, tomo refugio en mi mismo.
Estoy en mi casa, he llegado. No hay más que el aquí y ahora.
Bien sólido, verdaderamente libre, en la tierra pura me establezco”.