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28 noviembre 2013

¿CÓMO SABER QUÉ HAY EN NUESTRO SUBCONSCIENTE?



El método más simple para obtener respuestas de tu subconsciente se llama Test de Balance.
Es extremadamente simple de aprender y no requiere la ayuda de nadie más, por lo que se puede usar cuando estás solo.
Para probar el Test de Balance, debes adoptar una posición vertical y asegurarte de estar cómodo. La habitación debe ser tranquila y libre de distracciones, incluyendo música y televisión. Te será más fácil de aprender si estás solo o con alguien que esté aprendiendo junto contigo.

Esto es lo que hay que hacer:

Permanece de pie y parado, con tus pies separados del ancho de los hombros así estás en equilibrio de manera confortable.
Quédate quieto con las manos a los costados.
Deja ir todas tus preocupaciones y relaja tu cuerpo completamente. Cierra tus ojos si te sientes cómodo haciéndolo.
En pocos segundos notarás que es casi imposible permanecer completamente quieto. Tu cuerpo cambiará su posición continuamente de manera suave en diferentes direcciones, mientras tus músculos trabajan para mantener tu posición vertical. Notarás que estos movimientos son muy suaves y que no están bajo tu control consciente.
Cuando hagas una afirmación positiva, verdadera o congruente tu cuerpo debería comenzar a balancearse hacia adelante notablemente, usualmente en menos de diez segundos. 
Cuando hagas una afirmación incongruente o falsa debería balancearse hacia atrás dentro de la misma estructura.

Cuando estés listo, simplemente afirma las palabras “amor incondicional”. Mantén esta frase en tu mente y trata de sentir los sentimientos que están conectados con esta frase. En pocos instantes, tú deberías notar que tu cuerpo se balancea hacia adelante. Como una planta creciendo en dirección a la luz, tu cuerpo se balanceará de manera suave hacia la energía positiva de ese pensamiento.
Ahora deja tu mente en blanco y di la palabra “odio”. Trata de sentir los sentimientos que están conectados a este sentimiento. Como cualquier organismo que se alejará de manera automática de una sustancia envenenada o dañina, tu cuerpo debería alejarse del pensamiento de “odio”. Podrás notar que tu cuerpo, en diez segundos más o menos, va a empezar a balancearse hacia atrás. Es muy importante que no trates de forzar tu cuerpo para que se balancee hacia adelante o atrás. Simplemente, deja que tu cuerpo se balancee solo. Le estás dando a tu subconsciente su primera oportunidad de hablarte de esta manera directa y debe ser hecho de manera suave para mejores resultados.

Ahora trata de hacer una afirmación que sepas que es verdadera. Afirma tu nombre en voz alta diciendo: “Mi nombre es _________”. Si tu nombre es Alex por ejemplo, dirías: “Mi nombre es Alex”. Tu subconsciente sabe qué es congruente o verdadero. Cuando haces una afirmación verdadera, sentirás que tu cuerpo empieza a balancearse de manera suave hacia adelante porque es atraído hacia la positividad, congruencia y verdad.

Asegúrate de mantener tu mente en blanco sin otros pensamientos luego de hacer tu afirmación. Si tus pensamientos están deambulando, será difícil para tu subconsciente determinar lo que tú estás buscando.
Es importante tener paciencia contigo mismo. Cuando aprendes este método al principio, puede llevarte más tiempo de lo esperado para que tu cuerpo se balancee. No te desalientes si esto ocurre.
El tiempo de respuesta de tu cuerpo se acortará de manera significativa cuanto más practiques.
Lo más importante es permanecer enfocado en la afirmación o pensamiento que sea que hayas producido. Sólo mantén tu mente en calma y permite que tu subconsciente se comunique contigo a través del mecanismo de tu cuerpo físico.

Otra técnica para acceder al subconsciente es a través del Test muscular: 

Es el método más utilizado, también es conocido por test kinestésico o kinesiología. 
El test muscular nos puede decir la salud total y el equilibrio de nuestros cuerpos.
Puede ayudar a identificar áreas vulnerables antes de que las dolencias y las enfermedades se apoderen. Nos brinda una forma directa de preguntarle al cuerpo qué lo está molestando y, una vez que hemos tratado el problema, nos puede decir si hemos corregido el problema o no.
Nos puede decir si hay emociones atrapadas presentes en el cuerpo y hacernos saber el momento en que han sido liberadas.
Nuestros subconscientes están monitoreando de manera constante los glóbulos blancos en nuestras venas y los latidos de nuestros corazones. Estos sistemas son inconscientes para nosotros. Nuestra computadora interna está perfectamente al tanto de qué es lo que pasa exactamente dentro nuestro a cada nivel, todo el tiempo.
Nuestros cuerpos pueden decirnos qué es bueno para nosotros y qué no lo es. Incluso tenemos una respuesta física cuando decimos la verdad o mentimos. Los músculos se debilitan de manera instantánea cuando mentimos. Permanecen fuertes cuando decimos la verdad.

El test muscular también puede usarse para descubrir qué es lo que está sucediendo en el cuerpo de otra persona.
Puedes aprenderlo fácilmente y utilizarlo para ayudarte a ti mismo, a tus amigos y a tus seres queridos a identificar y liberar las emociones atrapadas.

El Test Básico del Brazo (para hacer el test a otra persona):

Primero que nada pregúntale a la persona que deseas hacerle el test si tiene dolor en alguno de los hombros. Si tiene, no uses ese brazo porque puede agravar su condición. Si tiene problema en ambos brazos, o si es demasiado joven, o está demasiado débil o enfermo para hacerle el test, deberías buscar una forma diferente de test.

1. Pídele a la persona que vas a hacer el test que se pare y mantenga un brazo extendido hacia el frente, horizontal al piso. No debe mantener el puño apretado sino dejar la mano relajada.

2. Coloca los dos primeros dedos (índice y corazón) de tu mano suavemente sobre su brazo, justo sobre su muñeca.

3. Ubica tu mano libre en el hombro opuesto para apoyarlo.

4. Dile a la persona “Te voy a hacer decir una afirmación y luego voy a presionar tu brazo. Quiero que lo resistas manteniendo tu brazo en el mismo lugar donde está; trata de evitar que yo empuje tu brazo hacia abajo”.

5. Haz que la persona afirme su nombre. Si su nombre es Kim, por ejemplo, él o ella dirá: “Mi nombre es Kim”.

6. Realiza el test muscular incrementando de manera suave y constante la presión de su brazo hacia abajo, yendo desde nada de presión hasta una presión bastante firme dentro de alrededor de 3 segundos.

7. La articulación del hombro debe permanecer “trabada” contra tu firme presión hacia abajo y no debe ceder.

Si la afirmación que acaba de hacer es verdadera, debes sentir que su brazo está “trabado” contra la presión que ejerces hacia abajo. Si la afirmación es falsa, debes sentir que su brazo empieza a ceder bajo el suave incremento de tu presión.
Siempre debes utilizar el mínimo de fuerza requerida para percibir si el brazo permanece trabado o no. Eso es lo que tú estás buscando.

Aquí hay algunos consejos que te ayudarán a mejorar y dominar el test muscular:

1. No utilices demasiada fuerza, sólo la que necesitas para obtener la respuesta. Piensa en suavidad, no en fuerza.
2. Suavemente, incrementa la fuerza de cero a firme por 3 segundos.
3. Mantén tus dedos en la posición correcta. Si pones tus dedos sobre los huesos de su muñeca, su brazo se debilitará porque el cuerpo tratará de proteger a los huesos de la muñeca. Tus dedos deben estar ubicados justo arriba de la muñeca (la parte de arriba de su brazo).
4. Recuerda que la persona a la que estás haciendo el test debe estar dispuesta a hacerlo. Si su actitud es cínica o escéptica, será más difícil para ti practicarle el test. No pierdas el tiempo con personas que no quieren ser ayudadas o que no están abiertas a ser ayudadas.
5. Puedes experimentar con varias posiciones de brazos para ver cuál funciona mejor para ti y quien sea con quien estés trabajando. Otra opción es que la persona mantenga su brazo extendido hacia el costado en vez de extendido hacia el frente.

Bradley Nelson. "El código de la emoción".

27 noviembre 2013

LOS 9 NIVELES DE LA MEDITACIÓN


La meditación es un proceso en el que se pasan por nueve niveles:

Cuando uno empieza a meditar en calma mental y se sienta, se dice a si mismo: “Bien, voy a meditar durante diez minutos y durante este tiempo voy a mantener la atención en esta imagen de Buda o voy a observar la respiración”.


1. El primer nivel se llama “emplazar la mente”.

En este primer nivel: “Vaya desastre!”…
Nos damos cuenta de que casi ni encontramos el objeto.
Durante toda la sesión nos decimos: “se supone que tengo que observar la respiración y sin embargo la mente se va a todos lados!”.
Así que sólo a veces recuerdas que se tiene que observar la respiración, pero tu mente anda la mayor parte del tiempo de aquí para allá.
En realidad se trata de intentar, primero, fijar la mente en el objeto, así que toda la sesión transcurre fijando la atención al objeto.


2. El segundo nivel se llama “emplazamiento continuo”.

En este nivel se es capaz de fijar la mente en el objeto y permanecer por poco tiempo en él antes de volverlo a perder.
Hay continuidad. Antes no había continuidad en absoluto; fijabas la atención y se iba.


3. El tercer nivel se llama “emplazar de nuevo”.

En este nivel se puede permanecer en el objeto durante bastante tiempo. Estás en el objeto y de vez en cuando se pierde, pero tan pronto como se pierde, eres consciente de ello y puedes volver a fijar la mente en el objeto.


4. El cuarto nivel se llama “emplazamiento cercano”.

En este nivel, desde el principio hasta el final de la sesión no pierdes el objeto en absoluto. Durante toda la sesión puedes mantener la atención en él.
Aún hay distracción y pesadez pero una parte de la mente ya no pierde el objeto.


5. El quinto nivel se llama “disciplina”.

Porque en el cuarto nivel has podido estar durante toda la sesión en el objeto, familiarizándote con él, llegas a un nivel de paz interior que nunca antes habías experimentado. Es como si tu mente hubiese sido siempre como agua hirviendo y de pronto el agua se calma y ves que tu mente experimenta tranquilidad.
La diferencia entre el quinto y el cuarto nivel consiste en que en el quinto no hay ni laxitud ni excitación burdas, solo un poco sutiles.


6. El sexto nivel se llama “pacificación” y es muy difícil reconocerlo porque el objeto está ahí, estable y claro, pero falta intensidad en la fijación.
En general, cuando llegamos a este nivel, es mejor inclinarse hacia el lado de la excitación sutil que hacia el de la laxitud sutil, porque la excitación sutil es fácil de reconocer.


7. En el séptimo nivel puedes permanecer en el objeto. 

Te sientas a meditar y permaneces en el objeto. Y de vez en cuando tienes que comprobar si surgen excitación o laxitud, pero la mayor parte de la sesión estás continuamente consciente del objeto.
La excitación y la laxitud ya no son fuertes, no se dan con frecuencia y si surgen sólo tienes que pararlas, y el pensamiento se para, la emoción se detiene.


8. El octavo nivel es en realidad un proceso de pasar de la mente ordinaria, que tiene distorsiones, a una mente de calma mental. 

Es como entrar en un túnel, o entrar en algo.


9. El noveno nivel se llama “emplazar en equilibrio”.

En él ya no hay esfuerzo. Sólo con sentarte a meditar estás tan familiarizado con ese estado que sólo de sentarte ya permaneces en él durante toda la sesión. No importa lo larga que sea, puedes permanecer en el objeto sin ninguna excitación o laxitud.
Este es un estado de mente fantástico.

Una vez lograda la calma mental, al cabo de un tiempo, produce una transformación del cuerpo y la mente, surge un gozo físico y mental y este gozo da lugar a una flexibilidad física especial: elasticidad o ligereza del cuerpo y de la mente, agudeza, flexibilidad de la mente.
Cuando se ha completado este proceso, sabes cuál es el problema y cómo afrontarlo para pasar al siguiente nivel.

Venerable Rene Feusi

LOS 5 MANDAMIENTOS PARA LA PAZ MENTAL


1. No Interferir en las cuestiones de los demás: 

Como sea que los otros vivan sus vidas es problema de ellos. Nosotros podemos no estar de acuerdo con cambiarlo, pero no podremos modificar nada. Los únicos que van a cambiar, y a veces, somos nosotros. Interferir en los problemas de los demás nos puede traer rechazo, enojo, y mucho más. Dejen eso atrás y enfóquense en lo suyo.


2. La importancia del perdón:

Traer un enojo adentro es como cargar un carbón encendido, quemándonos constantemente. Debemos dejar ir los enojos y perdonar. Cultivar un corazón de amor y benevolencia y olvidar las cosas negativas. Lo que las personas hacen malo es problema de ellos no de nosotros. Dejémoslo atrás, sólo nos causará problemas.


3. No busquemos ser reconocidos:

Hagamos las cosas por nosotros mismos, por nuestro propio beneficio, no por el de los demás. Las alabanzas no duran mucho tiempo. Tengamos confianza en nosotros mismos. No necesitamos reconocimiento. El buscar reconocimiento hace que no hagamos las cosas por la pasión, sino por los otros. Dejemos eso atrás.


4. No seamos celosos:

El celo es como un odio. Es un gusano interno que nos devora y nos destruye. No seamos presos de él. Enfoquémonos en nosotros mismos. Algunas veces estamos adelante, otras veces atrás. Si alguien hizo algo bueno celébrenselo, no se lo condenen. La envidia es terrible, es peor que estar enojados. Es un mecanismo de defensa, pero hay que dejarlo atrás.


5. Meditar Constantemente:

La meditación significa estar en paz, en absoluta relajación. Es un momento en donde nuestra mente se aclara de todo pensamiento negativo e imparcial, y nos deja en un estado de limbo y tranquilidad absoluta. Deja nuestra mente en blanco, libres de odios, y terrores. Todos la buscamos de una forma u otra. Es vital.

Budismo Tibetano

25 noviembre 2013

LA HISTORIA DE BUDA


En la tradición mahayana se suele presentar la vida de Buda según el formato de lo que se llama las doce acciones.
Las doce acciones son las mismas actividades que realizarán los mil budas que van a aparecer durante este eon afortunado en este sistema de mundos. Todos ellos llevarán a cabo el mismo tipo de actividades. 
No vivirán exactamente igual, nacerán de maneras diferentes, pero todas sus vidas tendrán cierto formato que será similar.
Por esta razón, quizá penséis que esto es algo que sucedió en el pasado, pero también sucederá en el futuro. De manera que si lo conocéis, podréis estar preparados para cuando vengan Maitreya y los demás.

En las escrituras mahayana se dice que la primera acción de Buda fue abandonar Tushita, transferir a Maitreya, que será el próximo buda, la tarea de dar enseñanzas y residir en Tushita. 

La segunda acción es entrar en la matriz, el vientre de su futura madre, y en ese momento su madre tuvo un sueño muy espectacular y agradable: un elefante blanco con seis colmillos entraba en ella.

La tercera acción: Inmediatamente después de salir del vientre, tras nacer, Buda fue capaz de levantarse y dar siete pasos.

La cuarta acción: Buda Siddharta demostró ser increíblemente diestro y experto en muchas cosas.

La siguiente acción se llama divertirse o disfrutar con un harén o corte de esposas.
La quinta acción: Todo tipo de placer sensorial, comida, afecto. Dentro de los muros de la ciudad real, se construyeron para Gautama varios castillos.
Durante esta época, Buda manifiesta lo que tal vez nosotros evidenciamos cuando cunde el aburrimiento. Quiere salir del templo.

La sexta acción: En su primer viaje ve a algunas personas, en viajes sucesivos en diversas ocasiones. Ve ancianos, enfermos y a una persona muerta.
Cada vez le preguntaba a su asistente: “¿Qué es esto? Nunca he visto algo parecido. ¿Por qué este hombre anda encorbado y con bastón? ¿Qué le pasa?” Y su asistente le respondía: “Es un anciano, eso es lo que le pasa”.
Siddharta le decía: “¿Eso es habitual? ¿Hay mucha gente así?” Y el asistente le respondía: “Esto le pasa a todo el mundo, a todos, es el destino de todos”. 
Después reparó en alguien que parecía un renunciante, alguien que buscaba el sentido de la vida; trascender el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte. Todo lo que Buda había descubierto.
Se supone que esto fue lo que hizo que empezara a bullir la mente de Siddharta y le hizo caer en la cuenta: “Esto es lo que tengo que hacer, yo también debo abandonar mi hogar”.

La séptima acción: Entonces tomó su regio cabello y con su propia espada cortó los hermosos rizos.
Se dice que esa es una de sus reliquias y fue en busca de maestros, de una respuesta a la enfermedad, a la vejez y a la muerte.
Sus maestros lo querían mucho, sabían que era un príncipe y veían sus grandes cualidades y que había alcanzado su mismo estado. Aunque ellos eran los maestros, él había alcanzado sus mismos logros en muy poco tiempo. Y le pidieron que se quedara para dar enseñanzas a sus discípulos. Pero él no quiso y se fue en busca de una respuesta al enigma al que se enfrentaba.
Algunos días se sustentaba sólo con una pequeña baya de algún árbol, así el Buda Siddharta se quedó muy demacrado.

La octava acción: En este momento, Buda empezó a reconocer que no estaba haciendo ningún progreso. Cuando fue a bañarse al río, comprobó que estaba tan débil que no podía ni siquiera salir del agua, así que empezó a preocuparse por lo que le iba a suceder. Se puso a mendigar comida y a partir de ese momento empezó a sentirse revitalizado.

La novena acción: Buscó un lugar donde meditar. Se sentó en un cojín de hierba, con una determinación: “No me levantaré hasta alcanzar la esencia de la iluminación”. Y esta es la demarcación del siguiente acto, que se llama “la derrota de mara” o “de los maras”.
“Mara” puede ser una parte de nuestro propio Ser, de nuestra mente, o algo externo que obstaculiza nuestro desarrollo espiritual.


La décima acción: Esa noche alcanzó la iluminación, bajo el árbol bodhi; transformado completamente. Había eliminado de su mente todo vestigio de ignorancia y todo tipo de limitación, y allí pasó las siguientes siete semanas, sin alejarse demasiado. “¿A quién voy a dar enseñanzas? Oh, aquellos cinco discípulos con los que pasé seis años, su mente, su ojo del dharma está sólo ligeramente cubierto con el polvo de la ignorancia”. Sabiendo dónde se encontraban, emprendió el viaje hacia el Parque de los Ciervos, cerca de Sarnath.

La undécima acción: Empezó a impartir el primer discurso sobre las Cuatro Nobles Verdades. Este es el siguiente período extenso en la vida de Buda. Dio enseñazas durante muchas décadas.
El resto de su vida fue dando estas enseñanzas, haciendo girar la rueda del Dharma.


La duodécima acción: Finalmente mostró el aspecto de fallecer, de morir, de pasar al paranirvana.

Así que en resumen, sólo como una especie de introducción, ésta es la vida de Buda, las doce acciones.

Budismo Mahayana

LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN BUDISTA




La enseñanza del Buda dice de manera clara y neta: “debéis hacer del momento presente el momento más magnífico, el más maravilloso de vuestra vida. Debe convertirse en el momento más maravilloso de vuestra vida. Sois inteligentes. Sabéis lo que hay que hacer para transformar este momento presente en un momento maravilloso.”
Sólo la libertad puede ayudaros. Liberaos de vuestras preocupaciones, de vuestras inquietudes sobre el pasado, el futuro, etc.

Buda decía: “El pasado ya no está aquí; el futuro todavía no está aquí; hay solamente un momento en el cual podéis estar realmente vivos: es el momento presente. Por lo tanto, cuando hacéis una inspiración, os liberáis del pasado, del futuro, y os instaláis firmemente en el momento presente.”

Inspiro… soy la inspiración: vosotros sois la inspiración, os establecéis en el aquí y el ahora.
Una inspiración es algo muy agradable, placentero, nutritivo, curativo.
Con la inspiración la energía de la plena consciencia nace, la energía de la concentración nace. Y si continuais viviendo en la concentración, tendréis visiones muy profundas de todo lo que está ahí. Y esta visión nos aporta la comprensión que nos ayuda a liberarnos de nuestro sufrimiento.


Plena consciencia, concentración, y visión profunda, son las energías que pueden ser liberadas por la práctica. La practica de la respiración consciente y el caminar en plena consciencia.
Cuando hablamos es difícil practicar la respiración consciente, por lo tanto, hablemos muy poco para poder tener el tiempo de practicar la respiración consciente.
Hay que regocijarse en la inspiración, hay que regocijarse de nuestra espiración.
Observa el cielo azul, la flor, la vegetación, el niño… haces una inspiración y estás verdaderamente ahí, estás en contacto con las maravillas de la vida en el momento presente.


Cuando camines, hazlo en plena consciencia. Camina como una persona libre.
¿Libre de qué?
Libre de arrepentimientos en lo que concierne al pasado, libre del miedo, de la ansiedad en lo que concierne al futuro.
Camina como un hombre, como una mujer libre. Y cuando camines así, estás en pleno contacto con las maravillas de la vida y estás en la Tierra Pura del Buda, o en el reino de Dios. Y más adelante, podrás reorganizar tu vida para poder vivir así, respirar así, caminar así, comer así, mirar así.


Es posible adquirir momentos de libertad en la vida cotidiana.
En la vida cotidiana somos llevados por los acontecimientos.
Hay una clase de energía llamada energía del hábito, que nos empuja todo el tiempo a correr, a pensar en el futuro, y no somos libres para nada.
No hablamos de libertad política, hablamos de libertad en lo que concierne a nuestras energías negativas, sobre todo la energía del hábito.


La práctica de la plena consciencia nos ayuda a reconocer esta energía cuando ella aparece. Esta energía que nos empuja a correr, a apresurarnos, esta energía que nos impulsa a decir cosas que no queremos decir, esta energía que nos empuja a hacer cosas que no queremos hacer.
La respiración consciente nos va a ayudar.


No vamos a luchar contra esta energía. Una batalla no es necesaria.
Lo que debemos hacer es sonreír a esta energía y decir: “Hola, energía del hábito, te he reconocido”, eso es todo.
El Buda ha practicado así también.


Por lo tanto la respiración consciente y el caminar en plena consciencia nos ayudan mucho a generar esta energía de plena consciencia que nos va a ayudar a reconocer esta energía del hábito. Y cuando la energía del hábito es reconocida, ya no puede empujarnos a hacer las cosas que no queremos hacer.

Estar conscientes en este momento, en cada momento… Es la clave para alejarnos del sufrimiento.

La libertad es lo que se cultiva con la práctica.
Cuando inspiro puedo hacer dos o tres pasos. En cada paso digo: “Estoy en mi casa”.
Y cuando expiro puedo hacer dos pasos y decir: “He llegado, ya he llegado”.
Es porque en la práctica, nuestra verdadera morada es aquí y ahora. La dirección de la vida, la verdadera dirección de la vida, es aquí y ahora.


Por lo tanto, cada paso debe llevaros a nuestra verdadera morada, que es el aquí y el ahora. La dirección de la Tierra Pura del Buda o el Reino de Dios es también el aquí y el ahora. Así que hay que volver a este sitio para poder tocar las maravillas de la vida que pertenecen a la Tierra Pura.

“Estoy en mi casa. He llegado, he llegado a mi casa, que es el aquí y el ahora. He llegado al aquí y al ahora”.
Y si tenéis bastante concentración en esto, la alegría va a convertirse en una realidad.


La práctica de la meditación budista consiste en dos elementos: el parar y la mirada profunda. Samatha y Vipassyana.
Camináis, pero ya habéis llegado. Ya no corréis más.
Hemos corrido durante toda nuestra vida, hemos corrido en las vidas pasadas y hemos corrido durante todas nuestras vidas. Es porque creemos que la felicidad no es posible en el aquí y el ahora. Es por lo que hemos continuado corriendo.
“Necesito otras condiciones para ser verdaderamente feliz”.

Esta idea, esta creencia, nos empuja a correr.
La práctica consiste en pararse. Porque según la enseñanza budista, las condiciones para la felicidad son suficientes en el instante presente.


Practica el detenerte, no sólo en la meditación sentada, también practica el detenerte durante la comida.
Entre nosotros hay personas que continúan corriendo durante la comida, ellos están ahí, comiendo, pero de hecho, continúan corriendo en su pensamiento.
Practicar el detenerse es la práctica fundamental: hay que dejar de correr.

“Estoy en mi casa, he llegado”. Quiere decir, que no tengo que correr más. Es todo.
Lo que busco está aquí mismo, está ahora. 


¿Qué es lo que busco?

Busco la felicidad, busco la paz, busco la Tierra Pura, pero todo esto está disponible en el momento presente. Por lo tanto debo detenerme para entrar en contacto con estas cosas.

Y si vuestra energía de la plena consciencia es suficientemente poderosa, la alegría nace, cada paso dado de esta forma, os da la fuerza, la alegría, la estabilidad, la libertad. Os resistís a la tendencia de correr hacia el pasado o hacia el futuro. Estáis verdaderamente instalados en el momento presente. Hay solidez, hay libertad en cada acto de caminar.
Caminad como un Buda.
Caminad como un hombre libre, como una mujer libre.


¿Libres de qué?

Libres de tormentos, de arrepentimientos en lo que concierne al pasado; libres del miedo, de la ansiedad concerniendo al futuro.
Estáis instalados en el momento presente, estáis en contacto con las maravillas de la vida que están disponibles, sois personas libres.
Y sabéis muy bien que sin libertad no hay felicidad posible.
La verdadera felicidad reposa en la libertad.


Liberaos de esta angustia, de este miedo, de este arrepentimiento, para poder vivir verdaderamente el momento de vuestra vida.
La práctica es para liberarnos de estos obstáculos con el fin de poder entrar en contacto profundo con las maravillas de la vida que nos curan, que nos transforman, que nos dan la alegría, el amor.
Y es sobre esta base como podemos ayudar a los demás a sufrir menos, a restaurar su bienestar, su sonrisa.


Buda, Dios, la felicidad, están disponibles 24 horas cada día.
La Tierra Pura, el Reino de Dios es nuestra felicidad, y pertenecéis a ello; están disponibles para nosotros 24 horas cada día.


“Estoy en mi casa, he llegado. No hay más que el aquí y ahora.
Bien sólido, verdaderamente libre, tomo refugio en mi mismo.
Estoy en mi casa, he llegado. No hay más que el aquí y ahora.
Bien sólido, verdaderamente libre, en la tierra pura me establezco”.




Thich Nhat Hanh

24 noviembre 2013

HO´OPONOPONO




Hoʻoponopono es un antiguo método de sanación hawaiana basada en la reconciliación y el perdón.
Se define en el diccionario hawaiano como “higiene mental: conferencias familiares en donde las relaciones se corrigen a través de la oración, confesión, arrepentimiento, compensación mutua, el perdón y el agradecimiento".

La técnica de Ho’oponopono nos permite sanar nuestra mente. Si vemos situaciones desagradables a nuestro alrededor, estarían reflejando áreas de nuestra propia mente que necesitan sanación.

Hemos aceptado la creencia en que hay personas y situaciones con las que no estamos unidos y que están fuera de nuestro control. Sólo nos queda intentar cambiarlas o negociar con ellas o adaptarnos.
En cambio esta técnica, Ho’oponopono, propone que somos 100% responsables de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Entonces, cada vez que algo desagradable pase a formar parte de nuestras vidas, cualquier suceso o encuentro que nos resulte molesto en cualquier forma, podemos sanar la parte de nuestra mente que lo creó o que lo convocó.

Un terapeuta en Hawaii curó un pabellón completo de pacientes criminales con serias patologías sin siquiera ver a ninguno de ellos. El psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de si mismo para ver cómo él (el psicólogo) había creado la enfermedad de esa persona. En la medida en que él mejoraba, el paciente mejoraba también.
¿Cómo podía una persona curar a otro tratando de curarse a si mismo? Y, ¿cómo podía, aunque fuera un verdadero maestro con un gran poder de autocuración, sanar a criminales insanos?
El terapeuta había usado Ho´oponopono.

Solemos entender que “total responsabilidad” significa que soy el responsable de lo que pienso y hago, pero no soy responsable de lo que hacen los otros. Y que lo que esté mas allá, está fuera de mis manos. Pero la realidad no es así.

El terapeuta Hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas, el Dr. Ihaleakalá Hew Len, nos enseña una nueva perspectiva acerca de lo que es la total responsabilidad.

El dr. Len había trabajado en el Hospital Estatal de Hawaii durante cuatro años. El pabellón donde encerraban a los enfermos criminales era peligroso. Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal se enfermaban al poco tiempo o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba el pabellón caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por los pacientes. No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.
El Dr. Len nunca vio a los pacientes. Acordó tener una oficina y estudiar los legajos. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre si mismo. Y mientras lo hacía, los pacientes mejoraban.
“Luego de unos pocos meses, a los que debían permanecer encadenados se les podía permitir que caminaran libremente” dijo el dr. Len. “A otros, a quienes tenían que mantener permanentemente medicados, se les podía reducir las dosis. Y algunos, que no hubieran tenido jamás la posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta”. “No solamente eso”, continuó, “sino que el personal comenzó a disfrutar de su trabajo.”

¿Qué es lo que estuvo haciendo el dr. Len consigo mismo que provocó el cambio en esas personas?

“Simplemente estaba sanando la parte de mí que había creado sus enfermedades”, dijo él.
El Dr. Len explicó que la total responsabilidad se extiende a todo lo que está presente en tu vida, simplemente porque está en tu vida. Es tu responsabilidad en un sentido literal. Todo el mundo es tu creación.
Si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas, de cualquier forma, es tu responsabilidad.
Esto significa que la actividad terrorista, el presidente de tu país, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, están allí para que tú las sanes. No existen, sino que son proyecciones que salen de tu interior. El problema no está ahí afuera, está en ti, y para resolverlo, tú debes cambiar, debes sanar.
Echarle a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad.
Esta sanación tan particular, el Ho’oponopono, significa amarse plenamente a uno mismo.


Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida.
Si deseas curar a cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote a ti mismo.


Al Dr. Len"¿Cómo se curaba a si mismo, qué era lo que hacía exactamente cuando miraba los legajos de los pacientes?"
"Simplemente decir "Lo siento" y "Te amo", una y otra vez", explicó él: "Lo siento… Te amo"
“Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo. Y mientras te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo.”


¿Cómo utilizar la técnica de Ho’oponopono?

Cada vez que sucede algo que nos desagrada, o que alguien tiene una actitud que no nos gusta, en vez de tratar de cambiar las cosas “allí afuera” podemos pedir, como en una oración, que “por favor sea sanada la parte de mi mente que creó este problema (o el conflicto o la actitud de la otra persona)”. Podemos decir mentalmente y dirigiéndonos a la Divinidad:
“Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias”.

La técnica debe aplicarse con una actitud de serena alegría, no con culpa y remordimientos.

Y por último, pero tal vez lo más importante, debemos haber comenzado a intuir a través de la experiencia, que en realidad somos nosotros los que creamos o atraemos los problemas. Si seguimos pensando que somos “las víctimas” de los demás o de las circunstancias externas, nada puede cambiar aunque practiquemos Ho’oponopono.

El Ho´oponopono es una técnica que también ayuda a sanar el karma de nuestro pasado.



Camino al Despertar

23 noviembre 2013

EL POEMA ERES TÚ




1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad.
Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo qué siente al respecto. Si tu cuerpo envía señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad, procede.

2. Vive en el presente, que es el único momento que tienes.
Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento.
Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. 
Refleja infinitas leyes de la naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.

3. Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. 
En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura.
Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que te conviene o no te conviene.

4. Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer.
Tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. 
Al comprender esto se logra una gran libertad.

5. Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. 
Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.

6. Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro.
Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior.
Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo.
Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti.
Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.

7. Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar.
Al juzgar a otros reflejas tu falta de auto aceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.

8. No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida, es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.

9. Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor.
El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado.
Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita.
Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor.
Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.

10. Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda.
La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía. Como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos.
Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia.
Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.

Deepak Chopra

22 noviembre 2013

APRENDE A SER EL CONDUCTOR CONSCIENTE DE TU VIDA




Tu vida está siendo dirigida por tu parte subconsciente.
¿Y cómo puedo cambiar esto y ser yo el "conductor consciente" de mi propia realidad?

Cuando somos muy pequeños, aprendemos a sentirnos con nosotros mismos y con la vida dependiendo de cómo nos han tratado nuestros padres o los adultos que nos rodeaban.

Si hemos vivido con personas desdichadas, asustadas, culpables o coléricas, habremos aprendido muchas cosas negativas sobre nosotros mismos y sobre el mundo, y esto genera una vida de frustración.
Cuando crecemos, tendemos a recrear el ambiente emocional de nuestro hogar de la infancia; recreamos la relación que teníamos con nuestra madre, nuestro padre o la que tenían ellos entre sí.

Nos tratamos a nosotros mismos tal como nos trataban nuestros padres.


Nos regañamos y castigamos de la misma manera, o nos amamos y animamos de la misma manera. Todo depende de cómo nos trataron en la infancia.
A pesar de esto, no echemos la culpa a nuestros padres, porque ellos no podían enseñarnos algo que no sabían.
Si nuestra madre no sabía amarse a sí misma, ni nuestro padre tampoco, era imposible que ellos nos enseñaran a amarnos a nosotros mismos.
Ellos nos enseñaban todo aquello que les enseñaron sus padres cuando eran pequeños.

El pasado no se puede cambiar, pero el presente sí.

Ahora es el momento de cambiar nuestros pensamientos negativos y hacerlos positivos. Todo lo que pensamos es lo que la vida nos va a traer, es lo que vamos a vivir, porque es nuestro subconsciente el que envía ondas electromagnéticas al universo y después atraemos lo mismo en forma de vivencias.

A lo largo de nuestras reencarnaciones, vamos viviendo experiencias y almacenando datos en nuestro subconsciente.

Todo lo que ves a tu alrededor es una proyección de los datos que tienes en tu subconsciente, es decir, lo que hay ahí fuera, es lo que tienes tú en tu subconsciente.
Los datos generan sufrimiento y deben de limpiarse del subconsciente para poder sanarnos y liberarnos.

La mente tiene 2 partes. El consciente y el subconsciente. Y son partes diferentes.

La parte consciente es la que piensa, la que controlamos con la mente, es tu conexión espiritual (tu fuente), es la parte que contiene tus deseos, anhelos, aspiraciones, todo lo que esperas de la vida.
En cambio el subconsciente es como una máquina, porque graba y reproduce.

Si tú habitúas un programa en tu mente y se lo repites suficientes veces en el consciente, se quedará grabado en el subconsciente. Y éste continúa reproduciendo eso el resto de tu vida a menos que re-escribas el programa.

Así pues, tu vida está siendo dirigida por tu parte subconsciente.
Los programas que están en tu mente subconsciente son los que determinan todo lo que vives y lo que atraes a tu vida.

Un niño que ha sido tratado con palabras destructivas, va a vivir una vida muy difícil, porque en su subconsciente tiene programada una autoestima muy baja, y esto genera vibraciones muy bajas y es cuando la persona atrae negatividad y sufrimientos.

Es muy importante el poder de las palabras que ejercemos sobre los niños, sobretodo los más pequeños de 6 años, porque todo aquello que se les diga es lo que se les quedará programado en el subconsciente para toda su vida.

Es muy importante limpiar nuestra mente subconsciente de estos programas tan destructivos y negativos, y reprogramarla con afirmaciones positivas para ir aumentando nuestra autoestima, nuestra vibración y poder atraer todo lo mejor para nuestras vidas.

También es muy importante la autoestima; amarse uno a sí mismo, pero la mayoría de personas no se aman a sí mismas, tienen una autoestima baja, a causa de lo que han recibido desde la infancia, de cómo les han tratado.
En su subconsciente es dónde tienen almacenado este programa de baja autoestima. Por eso atraen experiencias muy dolorosas.

¿Cuál es la solución?


El trabajo consiste en reprogramar tu mente subconsciente, utilizando primero la mente consciente.

El cambio en tu modo de pensar, de negativo a positivo, es lo que borra esencialmente la enfermedad.
Pero..., ¿Cómo se dice uno a sí mismo, desde su propia mente "ponte a hacerlo ya, sánate ahora"?
Repite en tu mente consciente cada día:

"Yo me amo a mí mismo y me acepto tal como soy".


Esta información va a ir quedando grabada en tu subconsciente, y es ahí cuando vas a empezar a experimentar en tu vida cambios muy positivos y vas a empezar a sanarte.
Es un trabajo que requiere de constancia, fuerza de voluntad y disciplina.

También, para sanar tu subconsciente tienes que perdonarte y amarte a ti mismo.

El perdón nos libera del pasado.
Uno de los ejercicios más poderosos para limpiar, borrar esos datos que están en el subconsciente es utilizando el Ho`oponopono:

LO SIENTO, PERDONAME, TE AMO, GRACIAS.

Diles a la rabia, a la ira, el odio, el rencor, etc... "Te amo".
Dile al recuerdo que está reproduciendo esos sentimientos:
"Te amo. Gracias por volver a mostrarte y darme una nueva oportunidad de liberarme".

Una vez estamos limpios de los datos del subconsciente (los datos se han borrado), es cuando te sientes en un estado de Vacío (como decía Buda), o página en blanco, de ausencia de cosas, de claridad, y es cuando eres libre, dejas de sufrir y la inspiración llega, porque consigues volver tu mente a cero.
Y es entonces cuando vienen a tu vida experiencias positivas y llenas de felicidad.


Camino al Despertar

21 noviembre 2013

LA LEY DEL MENOR ESFUERZO





Es la cuarta ley de “Las siete leyes espirituales del éxito” de Deepak Chopra.
Esta ley se basa en el hecho de que la inteligencia de la naturaleza funciona con toda facilidad y despreocupación.
Ése es el principio de la menor acción, de la no resistencia. Por consiguiente, es el principio de la armonía y el amor. Cuando aprendemos esta lección que nos enseña la naturaleza, satisfacemos con facilidad nuestros deseos.


Si observamos la naturaleza, veremos que ella utiliza un esfuerzo mínimo para funcionar. La hierba no tiene que hacer ningún esfuerzo para crecer; sencillamente, crece. Los peces no se esfuerzan para nadar; sencillamente, nadan. Las flores no hacen ningún esfuerzo para abrirse; sencillamente, se abren. Las aves no se esfuerzan para volar; sencillamente, vuelan. Ésa es su naturaleza intrínseca. La Tierra no se esfuerza para girar sobre su eje; es su naturaleza girar a velocidad vertiginosa en el espacio.
Es la naturaleza del sol brillar. Y es la naturaleza humana hacer que los sueños se conviertan en realidad, con facilidad y sin esfuerzo.


Es mínimo el esfuerzo que hacemos cuando nuestros actos brotan del amor, porque es la energía del amor la que aglutina la naturaleza. Cuando tratamos de conseguir el poder para controlar a los demás, gastamos energía. Cuando buscamos el dinero o el poder para satisfacer al ego, gastamos energía persiguiendo la ilusión de la felicidad, en lugar de disfrutar la felicidad del momento. Cuando anhelamos el dinero para beneficio personal únicamente, cortamos el flujo de energía hacia nosotros e impedimos la expresión de la inteligencia de la naturaleza.
Pero cuando nuestras actuaciones nacen del amor, no hay desperdicio de energía. Cuando nuestros actos brotan del amor, la energía se multiplica y se acumula y el exceso de energía que recogemos y disfrutamos puede canalizarse para crear cualquier cosa que deseemos, incluida la riqueza sin límites.
Podemos considerar el cuerpo como un aparato para controlar la energía: puede generar, almacenar y gastar energía. Si sabemos cómo generar, almacenar y gastar la energía de una manera eficiente, podemos crear cualquier cantidad de riqueza.
Fijar nuestra atención en el ego, consume la mayor parte de la energía. Cuando nuestro punto interno de referencia es el ego, cuando buscamos poder y control sobre los demás, o la aprobación del resto del mundo, desperdiciamos nuestra energía.
Sin embargo, cuando liberamos esa energía podemos recanalizarla para crear cualquier cosa que deseemos. Cuando nuestro punto interno de referencia es nuestro espíritu, cuando nos volvemos inmunes a la crítica y perdemos el temor a los desafíos, podemos aprovechar el poder del amor y utilizar creativamente la energía para vivir la abundancia y la evolución.

Esta ley es también la ley que elimina la resistencia, la oposición, la contraposición, la negación y se basa en el principio de la inteligencia de la naturaleza. Si todo elemento de la naturaleza sigue su curso de manera sosegada, tranquila y fluida, ¿por qué no también el ser humano?

Hemos llegado a un punto en que queremos controlar la naturaleza para ponerla a nuestros pies. Y este hábito, ya de mucho tiempo, nos ha llevado a querer controlarlo todo para ponerlo a nuestro servicio, y más allá de un orden natural o un bien común.
En el deseo de controlar las situaciones (acontecimientos, personas, etc.) para que éstas sean como “yo quiero”, se gasta y desperdicia toda mi energía. Porque yo, como el resto de la naturaleza, soy un pozo de energía, y mi felicidad, y éxito espirituales, dependen de cómo gestione esa energía.

La ley del menor esfuerzo tiene tres componentes, tres cosas que podemos hacer para poner en funcionamiento este principio de "hacer menos para lograr más":


1. ACEPTACIÓN:

El primer componente es la aceptación.
Aceptar significa sencillamente contraer un compromiso: "Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los hechos tal como se presenten".
Eso significa que sabremos que este momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. Este momento - el que estamos viviendo ahora mismo - es la culminación de todos los momentos que hemos vivido en el pasado. Este momento es como es porque todo el universo es como es.
Cuando luchamos contra este momento, en realidad luchamos contra todo el universo. No aceptamos.
Hemos de intentar aceptar las cosas como son, no como quisiéramos que fueran, en este momento.
Es importante comprender esto: podemos desear que las cosas sean diferentes en el futuro, pero en este momento debemos aceptarlas como son.


Cuando nos sentimos frustrados o estamos molestos a causa de una persona o una situación, recordemos que nuestra reacción no es contra la persona o la situación, sino contra nuestros sentimientos acerca de esa persona o esa situación.
Ésos son nuestros sentimientos, y nadie tiene la culpa de ellos.
Cuando reconozcamos y comprendamos esto plenamente, estaremos listos para asumir la responsabilidad de lo que sentimos y para cambiarlo.
Si podemos aceptar las cosas como son, estaremos listos para asumir la responsabilidad de nuestra situación y de todos los sucesos que percibimos como problemas.


Debemos aceptarnos a nosotros mismos, aceptar a los demás tal y como son, y sobre todo, aceptar la realidad y los hechos que nos acontecen tal y como son.
Es recomendable aceptar cada momento tal y como es porque así debe de ocurrir y porque de él debemos aprender. Pero esto no debe ocultar que podemos desear un futuro mejor y diferente, en caso de que la realidad actual  no sea lo que buscamos.
La aceptación nos lleva a no luchar contra corriente, a no forzar un cambio imposible, a no estancarnos en la realidad lamentándonos. Aceptar es decir: “bien esto es así, no lo puedo cambiar, voy a ver qué lección puedo sacar.” Esto nos llevará irremediablemente, estando conectados con nuestro interior y más conscientes, a cualquier posible solución y mejora de la situación no deseada. Además, en caso de una situación agradable y positiva nos llevará a saborearla en mayor medida.



2. RESPONSABILIDAD:

En segundo lugar, y como consecuencia de la aceptación, seremos capaces de desarrollar responsabilidad.
¿Qué significa responsabilidad?
Significa no culpar a nadie ni a nada, ni siquiera a nosotros mismos, de nuestra situación.

Una vez aceptado un suceso, un problema o una circunstancia; responsabilidad significa la capacidad de tener una respuesta creativa a la situación tal como es en este momento.
En todos los problemas hay un principio de oportunidad, y esta conciencia nos permite aprovechar el momento y transformarlo en una situación o una cosa mejor.
Cuando hacemos esto, toda situación supuestamente enojosa se convertirá en una oportunidad para crear algo nuevo y bello; y todo supuesto torturador o tirano se convertirá en maestro. La realidad es una interpretación. Y si optamos por interpretar la realidad de esta manera, tendremos muchos maestros a nuestro alrededor, y muchas oportunidades para evolucionar.
Siempre que enfrentemos a un tirano, torturador, maestro, amigo o enemigo (todos son la misma cosa), recordemos: "Este momento es como debe ser". Cualesquiera que sean las relaciones que tengamos en este momento de nuestra vida, son precisamente las que necesitamos en este momento. Hay un significado oculto detrás de todos los acontecimientos, y ese significado oculto está trabajando a favor de nuestra evolución.

La responsabilidad es la capacidad de tener una respuesta creativa a la situación tal como es en este momento.
Como aceptamos, no culpamos a nada ni a nadie, ni siquiera a nosotros mismos de las cosas, y, entonces, estamos en disposición de cambiar aquello que no nos gusta.


3. ASUMIR UNA ACTITUD NO DEFENSIVA:

Es el tercer componente de la ley del menor esfuerzo.
Asumir una actitud no defensiva significa que nuestra conciencia abandona su actitud defensiva y nosotros renunciamos a la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que nuestro punto de vista es el correcto.

Si observamos a las personas que nos rodean, veremos que ellas pasan el noventa y nueve por ciento del tiempo defendiendo sus puntos de vista.
Si sencillamente renunciamos a la necesidad de defender nuestro punto de vista,  lograremos acceso a una cantidad enorme de energía que anteriormente desperdiciábamos.
Cuando estamos a la defensiva, cuando culpamos a los demás y no aceptamos ni nos rendimos ante el momento, nuestra vida se llena de resistencia. Cada vez que encontremos resistencia, reconozcamos que forzar la situación sólo aumentará la resistencia.
No es bueno alzarse rígido como un gran roble que se agrieta y sucumbe a la tempestad; al contrario, debemos tratar de ser flexibles como la caña que se dobla en la tormenta y sobrevive.
Desistamos completamente de defender nuestro punto de vista. Cuando no hay un punto que defender, no puede haber discusión, y si no hay discusión, no hay pérdida de energía. La dicha nacerá en nuestro interior y podremos deshacernos de las terribles cargas y molestias de la actitud defensiva, el resentimiento y el rencor. Sólo entonces nos sentiremos despreocupados, festivos, alegres y libres.
En medio de esta libertad alegre y sencilla, sabremos sin duda en nuestro corazón que lo que deseemos estará disponible para nosotros cuando lo deseemos, porque nuestro deseo vendrá del nivel de la felicidad, y no del nivel de la ansiedad o el temor.
El camino de la no resistencia es el camino a través del cual la inteligencia de la naturaleza se desarrolla espontáneamente, sin resistencia ni esfuerzo. Cuando alcancemos esa deliciosa combinación de aceptación, responsabilidad e indefensión, sentiremos la facilidad con que fluye la vida.
Si permanecemos abiertos a todos los puntos de vista, no aferrados rígidamente a uno, nuestros sueños y deseos fluirán con los deseos de la naturaleza. Entonces podremos liberar nuestros deseos sin apego, y después sólo esperar el momento propicio para que florezcan convertidos en realidad. Podemos estar seguros de que cuando el momento sea el indicado, nuestros deseos se cumplirán. Ésa es la ley del menor esfuerzo.


¿Cómo aplicar la ley del menor esfuerzo?

1. Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los sucesos tal como se presenten. Sabré que este momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. No lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente. Mi aceptación es total y completa. Acepto las cosas como son en este momento, no como me gustaría que fueran.

2. Habiendo aceptado las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie de mi situación (y eso me incluye a mí). También sé que todo problema es una oportunidad disfrazada, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me permite transformar este momento en un beneficio mayor.


3. Hoy mi conciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista.



Camino al Despertar